Rip Curl es una conocida marca multinacional, posicionandose como una de las más grandes empresas productoras y distribuidoras de ropa en Australia y asociada a positivimo y buena vibra gracias al Surf. ustedes entienden…playa, sol y Jack Johnson.
Lamentablemente hace algunos días, se vio envuelta en un problema no menor, pues a través de los medios de comunicación se descubrió una planta de producción en Corea del Norte que explotaba a sus empleados.
Una investigación que realizada por Fairfax Media reveló una fábrica en Taedonggang, localización cercana a la capital de Corea del Norte. En el lugar, cientos de trabajadores fueron contratados para realizar parte de la colección de invierno de Rip Curl. El problema radica en las condiciones en las que trabajan los empleados, soportando hasta 20 horas de trabajo. Además, las prendas eran etiquetadas con “Made in China”
Luego de que las fotografías fueran expuestas en el sitio Fairfax Media, Tony Roberts, director financiero de Rip Curl, realizó un pequeño comunicado refiriéndose a la situación.
Fuimos conscientes de este problema, referente a la colección de invierno de 2015, solo después de que la producción se hubiera completado y enviado a nuestros clientes minoristas.
Ha sido un caso en el que uno de nuestros proveedores ha delegado la fabricación en una subcontrata no autorizada, en una fabrica no autorizada, en un país no autorizado, sin nuestro conocimiento o consentimiento, en una clara violación de nuestros términos y políticas con los proveedores.
Sin embargo, otros testigos afirman que la fábrica se encuentra vigente en Corea del Norte al menos desde julio del 2014. Anjaly Thomas es un escritor de viajes y asegura que visitó físicamente la fábrica durante el 2014 y encontró a empleados haciendo ropa Rip Curl.
A través de su sitio relata cómo fue lo que vio en el lugar.
Los trabajadores se les paga muy poco y, a menudo con cupones de alimentos para ser cobrados en el gobierno.
Las pobres aclaraciones sobre lo sucedido por parte de Rip Curl no han sido suficientes para nadie. La directora de la ONG Oxfam en Australia, Helen Szoke, también dijo algunas cosas al respecto.
Los australianos se sorprenderían al escuchar que una marca icónica australiana con raíces en la costa de surf de Victoria no puede realizar un seguimiento de su producción dentro de su propia cadena de suministro.
Rip Curl no tiene excusa para no estar al tanto de lo que está sucediendo. La empresas son responsables de los abusos de los derechos humanos en sus negocios, no solo moralmente si no también dentro del marco de los derechos humanos internacionales.