Sucedió en el norte de Madrid, en una ciudad llamada Torrelodones.

La caca inflable, muy parecida al emoji que realmente se supone que es un sonriente helado de chocolate pero que todos usamos para decir que algo es una mierda, mide tres metros de altura por tres metros de diámetro, pesa 30 kilos, y le costó al municipio algo así como un millón y medio de pesos (2 mil y tantos dólares).

emojicaca

La idea de tamaño pedazo de caca era parte de una campaña para que la gente recoja los excrementos de sus mascotas. Pero se la robaron, nadie se explica cómo, y ahora probablemente los autores del hecho deben estar preparando una super fiesta con el trofeo instalado en el patio.