A pesar de que las llamadas “Salas 4d” existen en Chile desde el 2013, no fue hasta unas semanas que con un grupo de amigos decidimos “probar la experiencia” para ver Rogue One.

Por Fernando Bascuñan.

La película en cuestión fue la nueva de Star Wars, “Rogue One”. No soy un fanático hardcore de la saga, pero como buen chico crecido en los 90 sé perfecto el tiempo donde se ubica la película, la trama de los planos de la estrella de la muerte, sus personajes y naves.

En Chile el servicio se promociona como una experiencia que te hace sentir ser parte de la película. Pero la verdad es que todo es una mentira del marketing que busca desesperadamente atraer público a los cines. Los puedo entender, con servicios como Netflix, Spotify o Cuevana había que inventar algo tan “espectacular” para poder meter millennials a los cines.

Este es el comercial de Cine Hoyts que promociona el servicio.

https://www.youtube.com/watch?v=90pV4mNABck

Me sentí tan estafado como cuando esperas que la hamburguesa del McDonalds sea igual a la de la foto.

Al principio, mientras me fumaba el pito antes de entrar a la sala, encontraba que todo era una súper buena idea, mi mente decía “weon será como ver Star Wars en una montaña rusa”. Pero no, la experiencia es todo lo contrario.

Ya que cada vez que aparecía una nave en pantalla mi asiento se movía para cualquier lado sin explicación alguna. O cada vez que una nave chocaba con agua o algún liquido obtenías un chorro de agua y efectos de humo de dudoso origen.

Y para arruinarte aún más tu ida al cine, los creativos decidieron agregar unos focos destellantes dentro de la sala (que de seguro se ocupan para efectos de explosiones o disparos). Acá, cada vez que alguien disparaba algún “blaster” el foco se iluminaba dejándote ciego entre 2 y 5 segundos. Esta película no tiene cientos, sino miles de disparos. Así que podría decir que pasé buena parte de la velada sin ver prácticamente nada.

Ya en mitad de la película, cada que vez que se venía una escena de acción mi cabeza pensaba, por favor no te muevas, por favor no te muevas y PAF! partía el Tagadá, moviéndome de un lado a otro sin ninguna relación a lo que estaba viendo en la pantalla.

Cuando miraba a mis amigos todos se reían de la situación pero todos pensábamos lo mismo “por qué mierda alguien no apaga esta hueá”. Todos nos mirábamos con una risa cínica diciendo “lo estamos pasando súper bien, cierto?”.

Ya para el final, Darth Vader sale con una de las escenas más increíbles de todo el film, algo así como 20 segundos en donde uno entiende por qué es el sith más poderoso. Me paré un poco de mi asiento para poder apreciar bien lo que estaba viendo. Ya estaba chato y odiando a la novia de mi amigo que se la había ocurrido la genial idea del 4D.

En conclusión, si te gusta el cine NO compres entradas 4d y con lo que te ahorras te compras un pito para hacer la experiencia más inmersiva de manera más natural.