Esta semana se estrenó Ruleta Rosa. Va estar durante todo agosto en el Centro Arte Alameda.

Este 8 de agosto se estrenó en Chile la obra de teatro Ruleta Rosa, que contará con presentaciones por todo este mes en el Centro Arte Alameda. Con las actuaciones de Gonzalo Bustos, Esteban Carvajal, Jorge Fuentes, Nico Galleguillos, Cesar Muñoz y dirigida por Nibaldo Maturana, esta obra gira en torno a relaciones homosexuales que se entrecruzan a partir de dinámicas comunes del día a día dentro de la cultura occidental de la homosexualidad: drogas, fiestas, sexo sin condón, encuentros casuales en la calle y relaciones entre primos.

La obra se desarrolla en un círculo, alrededor cuentan con un espacio para cada actor, que a su vez representan a esos gays que viven en poblaciones, que recorren el Parque Forestal en Santiago de Chile en busca de sexo casual y lo disfrazan de ejercicio, esos gays afeminados que rompen el binario que los empuja a recibir constantemente en las relaciones sexuales, los adictos a la cocaína de familia adinerada que tienen romances con sus primos, los que leen poesía en los pastos de los parques que parecen referenciar los sketchs de Antonio Gasalla en la televisión argentina, los publicistas adictos a la fiesta con música de los 90 y electrónica dura, los que asaltan luego de drogar a sus víctimas, y así.

Cada límite está representado por lo más real de la geografía marica.

La historia funciona como extractos de las vidas de los protagonistas. Estas personalidades confluyen entre diálogos disparatados, superficiales y desordenados. Se van conociendo de a poco y explican sus vidas en base a tópicos comunes.


Uno de los puntos favorables que tiene la obra es que no solo “vemos la obra” sino que también vemos “cómo se hace la obra”. En cada asiento, los actores, se cambian ropa, zapatillas, buscan en cajas la parafernalia necesaria para la escena siguiente y nos hacen testigos de la situación.

Hay una sobre interacción con el público. Conversan con el público, les hacen guiños, los tocan, les bailan. Este formato resulta entretenido y permite tener un encuadre completo de la obra. Estás atrás, adelante, al lado, puedes observar toda la obra constantemente.


Sin duda el mejor personaje fue el que nos mostró Cesar Muñoz, el más creíble y real, sin ninguna duda quien se roba el protagonismo durante toda la función.

Uno de los problemas más grandes de esta puesta en escena son los cortes bruscos de audio que no permiten entrar en un mood, ni entender la historia ni los vuelcos que están ocurriendo. También, conviven escenas en las que cuesta entender qué está pasando, la acústica no parecía un punto importante y a veces no se lograba entender lo que algunos decían.


Sin embargo se presentan escenarios queer bastante atingentes. Trata con honestidad los encuentros y las relaciones homosexuales. Una lástima que ya lo hayamos visto antes.