Con la última entrevista a RuPaul, realizada por Vulture, nos dejó claro que forma parte de la minoría de los que no se declaran fanáticos del programa Lip Sync Battle y de hecho hasta lo calificó como una mala copia de Drag Race. Habló en profundidad sobre la cultura gay en Hollywood y cómo el “drag” le dio una vida, que asegura, está viviendo como se le da la real gana.
RuPaul Andre Charles nació el 17 de noviembre de 1960. Serio, sobrio, y un poco intimidante, este famoso drag queen, modelo, actor y compositor estadounidense de 55 años analizó el mundo del espectáculo, la cultura pop homosexual y heterosexual, la trascendencia de la educación a las generaciones jóvenes y la contribución que significa su programa de televisión.
En primer lugar el periodista de Vulture le pregunta sobre cómo Drag Race RuPaul sigue reinventándose con ocho temporadas y 100 capítulos emitidos. El responde que es simple; el programa está inspirado y basado en las reinas de cada temporada y anualmente van cambiando. Sin embargo, este año en particular si hubo un cambio grande; esta es la primera drag race de niños, pues son niños que crecieron viendo el programa y toda su estética transformista viene del show. Es enfático en que siempre hay que poner atención en la respuesta del público y siempre intentar ir un paso adelante para no dejar de sorprender ni entretener.
Lo que más agradece de esta incursión en el “mundo drag infantil” es la valentía y la fortaleza de los niños y lo únicas de cada una de sus historias de vida. Hablar al respecto evoca en RuPaul, su propia infancia y experiencia; el drag más que salvarle la vida, le dio una. Explica que si uno es inteligente y sensible, es capaz de ver cómo funciona todo en este planeta y se lleva una desilusión que termina en amargura como respuesta la mediocridad y a la hipocresía. El drag le dio una razón para vivir: la irreverencia. A los 15 años se prometió a si mismo: “Está bien, voy a hacer esta vida. Pero voy a hacerlo a mi manera, y nunca voy a ser parte de la Matrix.”
El drag no está ni ahí con las normas sociales, “Muchacho, chica, negro, blanco, católico, judío, musulmán. No es nada de eso. Hemos de cambiar de forma. Podemos hacer lo que queramos”. Está seguro de que ni él, ni ningún representante del mundo drag va a llegar a ser mainstream porque son la antítesis de ese concepto; son lo opuesto a encajar.
“Nunca he estado en Ellen o David Letterman o The Tonight Show, y hay una razón por la que nunca he sido pensado como alguien que puede ir de allí. Porque los anfitriones se sentirían muy incómodos, especialmente si realmente habláramos. Sería lo contrario de lo que están acostumbrados. Así que yo soy parte del ‘mainstream’? No. La gente sabe mi nombre, la gente sabe cómo soy, pero estoy invitado a la fiesta? No.”
Fue categórico en que tampoco quiere serlo; “Hice un pacto conmigo mismo cuando tenía 15 años; si iba a vivir esta vida, sólo lo haría a mi manera, y yo sólo voy a hacerlo si voy a tener el dedo de al medio en alto y hacia la sociedad todo el tiempo. Así que cada vez que he me he dicho cosas como ‘Aw, me gustaría poder ser invitados a los premios Emmy’ digo, Ru, Ru, recuerda el pacto que haz realizado; nunca quisiste ser parte de esa basura”.
Su opinión respecto al programa Lip Sync Battle es la siguiente: “Es una copia mediocre de mi show. La cultura pop heterosexual ha imitado cosas de la cultura homosexual desde que tengo memoria”. Aprovecha esa instancia entonces, para comenzar a hablar sobre su nuevo proyecto televisivo denominado Gay for Play. Busca que sea un espacio que fusione la diversión y la sensibilidad gay para que sea bien recibida incluso en la misma sociedad homosexual; asegura que sigue existiendo muchas personas que se avergüenzan de ser gay. “Las cosas no han cambiado mucho. Se ve en la política en este momento (…)todavía somos una cultura muy primitiva. La homosexualidad sigue siendo tratado como un accesorio, pero si pudiéramos terminar con el odio hacia nosotros mismos, podríamos llegar muy lejos”.
De paso aclara que los drag queens nada tienen que ver con la comunidad trans. De hecho, en la entrevista afirma que son completamente opuestos; “Nos burlamos de identidad (…) Voy a hacer lo que quiera. Todas las experiencias que he vivido y aprendido, y cada maestro que he estudiado dice exactamente lo mismo: ‘La vida no es para ser tomada en serio’ (…) La gente es estúpida, no pierda su tiempo engañando a la gente tonta o tratando de descifrarlos o tratando de educarlos. No funciona. Es un caso perdido”.
En relación al fenómeno de la “diversificación de los medios de comunicación”, RuPaul siente que efectivamente existen más oportunidades en la actualidad pero eso no implica que esa diversificación sea una realidad, “porque hay más vías en donde puedes tener una voz. Pero dicho eso, todo el mundo tiene una voz también, y esas otras voces son tratadas con la misma insignificancia (…) Así que hay muchas más oportunidades, pero el campo de juego está lleno de gente. Tienes que ser muy distinto para conseguir realmente ser escuchado”.
Su percepción es que las audiencias se han vuelto más de nicho y explica el porqué con una teoría personal, y en sus propias palabras, retorcida. “Debido a que cada vez más personas se convirtieron en narcisistas, se auto-analizaron o se sometieron a terapia, sus problemas personales se convirtieron omnipotentes y querían que todo el mundo estuviera al tanto (…) En lugar de que fuese al revés, y preocuparse de sí mismos desde dentro hacia fuera, buscan exteriorizarlo todo para reflejar lo que son (…) Tiene que ver con la generación del YO y la generación narcisista que tiene la necesidad de hacer que su entorno sepa quiénes creen ser”
https://www.youtube.com/watch?v=gg6jk_cGs9M