No, no es una broma. A inicios de octubre llegó Royal Cobras, protagonizado por una celebridad rusa heterosexual acompañada de un jurado de la misma orientación sexual. Las temáticas LGBTQI+ están prohibidas y los concursantes no pueden hablar de sus experiencias, por lo que todo se centra en la anfitriona. Esto es lo que sabemos de la nueva serie.
A principios de octubre la noticia sobre una versión Rusa de RuPaul’s Drag Race remeció las redes sociales. Sobre todo porque ese país es el mismo que prohíbe por ley la “propaganda gay” en distintos tipos de consumo, como las series y el internet. Parece casi una paradoja que un programa de televisión como el estadounidense tenga cabida en el país soviético, pero no. Hay mucho contexto detrás.
Al darle play al capítulo número uno de Royal Cobras, lo primero que se lee (en ruso) es: “este programa no tiene como objetivo formar actitudes sexuales no tradicionales”. Protagonizado por Nastya Ivleeva, una mujer cisgénero heterosexual quien es la presentadora, el programa pasa por alto las vivencias de la comunidad LGBTIQ+ que caracterizaban la versión estadounidense. Y por si fuera poco, el Moscow Times afirmó que la celebridad rusa está acusada de está ignorar la naturaleza política del drag para ponerse al medio.
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“Mientras seis drag queens actúan en el número de apertura del programa, Ivleeva desciende del techo con un traje brillante y toma el centro del escenario”, describe un portal ruso. Y pese a que la persona que capta la atención es una mujer heterosexual, el Moscow Times publicó que el organismo de control de medios ruso ya recibió quejas por la aprición de hombres haciendo drag. Cabe destacar que no tienen espacio para expresar su identidad más que en el acto inicial.
Y por si fuera poco, las discusiones sobre temáticas de las diversidades sexuales están prohibidas y los jueces también son celebridades rusas heterosexuales.
El activista por las disidencias sexuales, Nikita Andrijanov habló con el Moscow Times para expresar su preocupación y descontento frente a Royal Cobras. “El programa pasa por alto la desafiante realidad en la que vive la comunidad LGBTQI+ de Rusia al imitar el glamour estadounidense de RuPaul’s Drag Race en un nivel superficial”, sentenció. Además señaló que si bien podría parecer un buen primer paso para instalar la cultura drag en el país, este tipo de programas afecta la humanidad de quienes participan. “Como si las personas LGBTQI+ nunca hubieran existido”.
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