El grupo de la llamada secta de Colliguay, liderado por el fallecido Ramón “Antares de la Luz” Castillo no logró probar que no estaban actuando conscientemente en el ritual que quemó vivo a un bebé.
Probablemente recuerdas que el 2013 un grupo liderado por Ramón Castillo aka Antares de la Luz fue protagonista de la noticia más satánica del último tiempo: el grupo, bautizado entonces por la prensa como “Secta de Colliguay“, escandalizó al país entero al conocerse que en un aberrante ritual había quemado a un bebé de dos días de vida porque el grupo creía que la guagua era el mismísimo Anticristo y que a través del rito iban a salvar al mundo.
Si, a todos nos provoca escalofríos recordarlo. Entonces empezó una cacería por parte de las policías y la prensa por dar con Ramón “Antares de la Luz” Castillo que terminó cuando se descubrió que el hombre, que deliraba con ser una especie de Jack Bauer, Frodo y Morpheus, se había colgado en Perú.
Con el líder del grupo muerto, los integrantes del grupo tuvieron que enfrentar a la justicia mientras la prensa informaba sobre cada detalle de sus vidas pre-secta y también sobre los sórdidos abusos sexuales a los cuáles las mujeres de la secta fueron sometidas.
Durante los 4 años que duró el juicio en su contra toda la defensa del grupo estuvo abocada a probar que los jóvenes no actuaron consciente-mente sino que estaban bajo un “delirio místico compartido” que les impedía tener responsabilidad sobre sus actos pues estaban con la mente empapada por el lavado de cerebro al cual Antares los sometió.
Pero no. Hoy el Juzgado de Garantía de Quilpué falló y dio a conocer las condenas que deberán cumplir. De partida desestimó la tesis de “delirio místico compartido” y bajó el perfil a que el grupo fuera una secta y la calificó como una “mal llamada secta” argumentando que nunca estuvieron atrapados pues podían abandonarlo cuando quisieran.
Natalia Guerra, madre del bebé, fue quien recibió la condena más dura: deberá pasar 5 años en la cárcel por el delito de parricidio en grado consumado.
Pablo Undurraga, sindicado como “mano derecha” de Antares, recibió la misma pena, por el delito de homicidio calificado.
El resto de los integrantes de la Secta de Colliguay, María del Pilar Álvarez, David Pastén, Carolina Vargas, Josefina López y Karla Franchy, fueron condenados a 3 años de libertad vigilada intensiva por el delito de encubrimiento.