Entre las principales preocupaciones de los gobiernos del mundo ante el avance de la pandemia del Covid-19, está mantener el equilibrio entre la protección de la salud y el funcionamiento de la economía para evitar una crisis social. Ante esta disyuntiva, el académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, psicólogo y antropólogo, Sergio González, sostuvo que existe una falsa dicotomía entre salud y economía.
“No existe esa dicotomía de salud pública versus economía. Los gobiernos se deben primero a la sociedad y, en esa línea, la economía es un instrumento de la sociedad”, afirmó González.
“Hoy, lo que hemos perdido, son acuerdos fundamentales acerca de cómo construir sociedad, país, nación. Y, en ese sentido, esta es una tremenda oportunidad para repensar el pacto social. Los gobiernos, por ejemplo, en el tema economía, tienen la responsabilidad de llamar a la mesa a todos los actores relevantes para repensar esta lógica del acuerdo que implica una nueva mirada a lo que es la convivencia de la sociedad”, agregó el psicólogo.
A juicio del experto, “la economía, hoy más que nunca, estará en una situación de reformulación en términos de lo que sean los acuerdos sociales y el gran pacto social que se pueda construir, incluso pensando en una nueva Constitución para Chile”.
Para Sergio González, estas inquietudes ya estaban sobre la mesa desde el estallido social de octubre, “y ahora, con la pandemia, claramente se transforma en un tema irrenunciable, para pensar en lo que viene postpandemia. Tenemos la oportunidad de repensar nuevas formas de cohesión social”.
Otro de los aspectos relevantes abordados por González, es el, en sus palabras, “fracaso de las estrategias de acción individuales o de grupos pequeños, y de la lógica del sálvese usted solo y por sí mismo”.
“Hoy está claro que la función del Estado es fundamental, no solo respecto a la salud de la población, sino para generar las medidas que permitan construir un mejor futuro para todos”, señaló, poniendo como ejemplo las medidas adoptadas a favor de la ciudadanía y las pequeñas empresas en países como Nueva Zelanda y Alemania, y el vuelco en las políticas que guiaron el actuar del Primer Ministro de Inglaterra.
“Lo de Boris Johnson, quien estaba en la lógica de privatizar el sistema de salud público, y que hoy reconoce que su vida se la debe al servicio público y, específicamente a una enfermera y enfermero migrante que lo cuidaron, nos llama a entender estos temas desde una mirada del Estado y desde las políticas públicas”, puntualizó Sergio González.
El riesgo del gasto público mínimo
Por su parte, el sociólogo y académico del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Usach, Vicente Espinoza, concordó en que las proyecciones económicas, al menos a un año, estarán cruzadas por las medidas que adopten los gobiernos para lidiar con la pandemia del COVID-19.
No obstante, afirmó que se debe colocar especial atención en “la carta de ex Presidentes latinoamericanos y ex ministros de Hacienda, que ven en el dogmatismo del gasto público mínimo, el mayor factor de riesgo para el futuro de la economía, ya que crearía y profundizaría una recesión, deteriorando las condiciones de vida de la población”.
El Director del Magíster en Ciencias Sociales del IDEA-Usach hace alusión a la misiva firmada por ex mandatarios como el chileno Ricardo Lagos, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el colombiano Juan Manuel Santos y el mexicano Ernesto Zedillo, quienes reclamaron por políticas más audaces de organismos multilaterales de crédito.
El doctor en sociología y experto tanto en fenómenos como transformaciones de las sociedades americanas contemporáneas hizo hincapié en el perjuicio que provocan las medidas de distanciamiento social para quienes no tienen empleos formales o posibles de desempeñar a distancia.
“La mejor alternativa en ese caso sería proveer un ingreso universal permanente incondicional mientras dure la crisis sanitaria, al estilo de lo aplicado experimentalmente en años anteriores en Canadá, algunos países de Europa y también en Kenya (por razones no asociadas con la pandemia, sino con la eventual pérdida de empleos por la robotización”, planteó.
“Algo de este estilo, por razones diferentes en cada país, se está haciendo a propósito de la pandemia en Canadá y Estados Unidos. Por cierto, ello involucra incremento del gasto público, pero esto no es indeseable en las actuales condiciones”, concluyó.