Una empresa que ofrece pornografía a través de realidad virtual estrenará unos guantes que envían señales eléctricas y que activan nervios sensoriales. En palabras de uno de los creadores, esta tecnología “se está convirtiendo rápidamente en un mundo en el que todos trabajaremos, jugaremos y, sí, saldremos o tendremos sexo”.
El metaverso de Mark Zuckerberg, aquel espacio digital en donde los cibernautas pueden interactuar entre sí mediante avatares y a través de un sistema de realidad virtual, sigue dando de qué hablar.
Hace solo unas semanas, una reportera de la BBC se hizo pasar por una menor de 13 años para entrar en este universo. Una vez que salió de ahí, reportó y describió diversas situaciones que podrían ser traumantes para los niños.
Solo un mes antes, la plataforma había informado la creación de un sistema de ciberseguridad para evitar situaciones de acoso, luego de que una usuaria relatara haber sido víctima de una “violación virtual en grupo”.
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Pero esta vez, la atención en torno al metaverso se centra en motivos distintos. En una reciente entrevista con el periódico The Sun, el vicepresidente Daniel Goldin de Dreamcam, un sitio web que ofrece pornografía mediante realidad virtual, dijo que su empresa esta trabajando en un dispositivo llamado Dreamtouch, el cual ofrecerá sus servicios a través de un exoesqueleto que, según dice, aumentará la intensidad de las sensaciones a través de internet.
“Se conecta a unos guantes de realidad virtual que activan tus nervios sensoriales mediante una innovadora tecnología de alta velocidad. Esto envía señales eléctricas a través de tu cuerpo para darte una experiencia suave y en tiempo real”, relató al citado medio, para luego añadir que “recoge y analiza un conjunto de coordenadas espaciales de todos los objetos físicos mediante redes neuronales artificiales”.
Asimismo, dijo que “esto nos permite imitar la experiencia sexual de cuerpo entero que proporciona un encuentro en persona” y detalló que el precio de los guantes será de $299 dólares, mientras que el software costará $50.
“El metaverso ha llegado para quedarse. Se está convirtiendo rápidamente en un mundo en el que todos trabajaremos, jugaremos y, sí, saldremos o tendremos sexo”, sentenció Goldin.
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