Muy poca gente en este mundo y menos en Chile puede decir que hizo de la marihuana una profesión: Simón Espinosa sí.

Simón es periodista y tiene un smoke shop, un canal de Youtube de volados, es sommelier cannabico y escribió un libro sobre sus experiencias fumando yerba, titulado “Historias envolá”.

Con un buen grado de certeza se puede creer que si Bob Marley estuviera vivo tendría un poster en su pieza de Simón fumando un bongazo.

¿Cuál es el ejemplo más concreto en tu opinión del fracaso global de la guerra contra las drogas y acá en chile la ley 20 mil?

Las cifras de SENDA. Se gastan cada vez más plata en violentas e ineficientes campañas de prevención y el consumo adolescente aumenta. Son un ícono a la pega mal hecha.  También el éxito rotundo de algunos estudios y aplicaciones medicinales son una fuerte señal de que la demonización del cannabis no hizo más que impedir la investigación científica y privar a pacientes de tratamientos que podrían haberlos sanado o mejorado su calidad de vida en casos de dolor.

El 2015 el activismo canábico estuvo bien presente en la opinión pública, y muchos pensamos que estuvo cerca la despenalización del cultivo y el consumo, finalmente quedó en una nebulosa ¿Qué crees que pasó?

Creo que el activismo siempre choca con la corrupción e intereses políticos. Es difícil construir leyes cuyo fin sean los ciudadanos, si es que el aparato político está tan empapado de coimas, de corrupción y lobbystas nefastos como Enrique Correa, que representa a Tilray y Aleph Biotechnology, empresas extranjeras con permiso para comercializar productos en base a cannabis. Los tratamientos tienen precios impagables para la realidad económica del país y del Mundo en general.

¿Cuál es la demanda más urgente de ese movimiento?

Son dos flancos distintos, que parecieran estar unidos por la cannabis, sin embargo difieren. Dicho esto, lo más importante siempre debiese ser que aquellos pacientes que necesiten medicamentos, los puedan obtener de manera segura y que esos medicamentos cumplan con todos los estándares necesarios para garantizar un tratamiento con la mayor probabilidad de éxito.

Luego, pero no menos relevante, están las libertades de los individuos en cuanto a consumidores. Quienes deben ser, urgentemente, desmarcados del contexto penal en el que quedan circunscritos por la falta de rigor en la construcción de la Ley 20.000, que no explica realmente qué es el consumo personal de sustancias reguladas.

¿En que momento de tu vida decides hacer de la yerba tu profesión? (Ya lo dijimos arriba pero Simón escribió “Historias envolá”, tiene un smoke shop , un canal de Youtube y es catador profesional de marihuana?

No son decisiones racionales realmente. El plan se construye todos los días. Las cosas han ido ocurriendo y hemos tenido la suerte de poder crear una empresa que nos da trabajo y además permite expresar, no solo nuestra pasión por la cannabis, sino además hacernos cargos de problemas de suma importancia, como el consumo adolescente, a través de campañas de prevención.

¿Por qué crees que el chileno es tan marihuanero?

Es una buena pregunta, no me gusta generalizar ni dar respuestas apresuradas, sin embargo, si tuviera que aventurar una teoría, creo que la gente utiliza drogas para protegerse de un sistema que les es, por distintas razones, hostil. No tengo cifras, ni respaldo científico, pero a simple vista, creo que la sociedad chilena está muy estresada y angustiada. La contraparte es que la marihuana, ocupada correctamente, puede ser un ansiolítico muy eficiente.

Recomiendanos un disco perfecto para acompañar unos pitos y un bajón perfecto.

Al igual que los distintos tipos de música y comida, para distintos estados emocionales e intestinales, existen distintos tipos de cannabis y todos tienen valores químicos distintos, por lo tanto, efectos distintos. Pero varias veces he mezclado la cepa Jack 47 de Sweet Seeds con el “Load” de Metallica y los resultados han sido maravillosos. ¿El bajón? Cualquier hueá con azúcar, urgente.

¿En qué lugar de la literatura stoner colocas tu libro y qué te pareció el otro libro sobre marihuana que salió, “Un viaje fantástico”?

Quizás la temática parece restringir el género literario, pero yo creo que la realidad es al revés: la marihuana es un recurso narrativo para mi, no un fin último, lo importante son las historias, en sentido, el libro pertenece al género de la ficción pero muy basado en hechos reales. Por Marcelo Ibañez (autor de “un viaje fantástico”) siento una gran admiración, soy su fan y creo que es un gran exponente del periodismo en genérico. El trabajo que hizo es un aporte fundamental a la cultura cannábica chilena y espero ver sus próximas creaciones.