“Mis amigos me dicen no me toquí y yo les digo que me voy a cortar en la noche y se lo voy a pegar a todos. Es un hueveo constante. Pero el poder lo tengo yo. Yo soy un arma mortal”, dice el artista de performance bizarra.

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“El Sombra es un parásito” es lo que José Abarza te dice cuando se presenta. Porque frente a ti no es José, sino que el Sombra, la persona que adoptó, tanto como artista como ser humano.

Hace performance bizarra, así lo define. Lo empezó a practicar desde los tiempos en que era parte del dúo Marako Intenso, dónde cantaban de experiencias verídicas. Por ejemplo, la canción “Trava asesina” es sobre una travesti que conoció, que mató a tres personas y que por eso estuvo nueve años presa; o “Sexy pasturri”, que era sobre alguien que le gustaba que estaba metido en la pasta base. “Muchas veces te bombardeas de tantas cosas y normalizas tantas situaciones que quizá son tan comunes que ya no te sorprenden. Pero cuando sales de ahí piensas que es fuerte. Yo le decía al Felipe (Palomo, la otra parte de Marako Intenso) ‘Oh, me pasó una cosa’ y escribía las letras”, cuenta.

Pero hoy Marako Intenso es un proyecto del pasado y Sombra es un artista independiente: “Yo soy loca, soy más bizarra. Yo hablo del sida, de las enfermedades de transmisión sexual, sobre cortarte, que tires puteadas a los demás. Ahora hago algo similar a Marako Intenso pero más bonito, más visualmente cuidado. Ya no me grabo yo, hay alguien que lo hace, que me corta y arma las maquetas. Yo puedo pedir lo que quiera, quiero que suene así, o quiero que suenen balazos. Igual antes me tenía que adaptar a lo que había en internet y me enseñó a trabajar con cero recursos. Pero ahora puede crear algo con más recursos”.

Sombra lanzará el próximo 5 de diciembre su primer single y video en solitario, titulado a “Canibal”.

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Al Sombra no le importa que lo molesten, menos lo que la gente opina de él. “Yo soy un maricón superado. Yo solo quiero ser. Si me gritan hueco en la calle, ¿qué voy a hacer? Si soy hueco. Una vez yo trabajaba en una tienda del Altos Las Condes, tenía el pelo rosado, una volada muy nada que ver. Estaba en la escalera mecánica y alguien me grita ‘mira el hueco, mira el hueco’. Yo me devolví y le dije ‘oye, soy hueco, qué quieres que te diga. Cambia la talla, ¿qué edad tienes? Tírame otra talla para que nos ríamos juntos”.

“Nos quieren a todos los huecos muertos”

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En marzo de este año apareció en una nota de El Desconcierto sobre el VIH, contando que era seropositivo. Lo que para muchos significaría un drama infinito no es tan así para él. “Salió un día y al otro tenía toda la bandeja de entrada llena de mensajes de ‘estoy contigo’, ‘te apoyo’, y yo como ‘no me estoy muriendo, estoy más vivo que nunca’. Lo que menos quiero es que sientan pena o lástima”, asegura.

Sombra tiene VIH hace un poco más de un año, pero tuvo que pasar un tiempo en una dura incertidumbre. Tuvo que pasar por meses de exámenes, sin saber qué tenía. “Era o VIH o leucemia. Yo prefería Sida, no cáncer”, dice. Después comenzó un desfile de médicos que se iban antes de atenderlo. Otros atendían a 17 pacientes en una hora y media. Otros llegaban acompañados de practicantes mientras los revisaban. Actualmente no está en etapa de recibir tratamiento. No le gusta demasiado el tema de la medicación. “Tengo un amigo que toma como ocho pastillas y él no se va a morir de sida, se va a morir de falla hepática de tanta cosa. Si al final, nos quieren a todos los huecos muertos y resulta que somos súper buena inversión. Vivímos solos, carreteamos toda la vida, nos compramos ropa cara, no tenemos hijos. ¿Para que nos quieren matar estos empresarios locos?”, pregunta serio.
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“Enterarme de que tenía VIH fue como salir nuevamente del closet. Yo lo vi así. Esta era mi segunda oportunidad y esta vez no lo voy a hacer triste, lo voy a hacer con show. Si mi mamá se siente mal, obvio que se lo voy a explicar de mejor forma para que no le de pena. Si me como a alguien obvio que le voy a decir, mejor que lo sepa de antes para evitar esa conversación. Porque no todo el mundo es como uno. Por ejemplo mis amigos me dicen no me toquí y yo les digo que me voy a cortar en la noche y se lo voy a pegar a todos. Es un hueveo constante. Pero el poder lo tengo yo. Yo soy un arma mortal”.

Según él, los grupos de poder se han apoderado del discurso del VIH: “Todo lo adornan con lentejuelas. Hubo una marcha el 1 de diciembre para decir que yo tengo VIH, patético, salgamos a marchar a decir que tenemos VIH todos. A mí me llegó una invitación y dije ‘uuuh voy a derramar y esparcir sangre para que todos se infecten’, y me dicen ‘oooh es tan serio’. No puedes dar charlas para asustar a la gente. Normalicemeos el VIH ahora, no mañana. Yo no entiendo a la gente que le tiene tanto miedo al VIH. Sí, ya, es una enfermedad crónica. Pero si te la cuidas bien puedes ser más sano que alguien sin VIH. Tengo VIH. Soy persona”.