La serie animada de Comedy Central cumple 25 años y en un ensayo publicado por un medio español, el periodista Jaime Lorite intentó descifrar las repercusiones de un trabajo audiovisual a veces considerado muy extremo en sus interpretaciones. En este artículo te contamos sobre sus conclusiones.
Contra todo y contra todos. Así se titula el ensayo escrito por el periodista de El País, Jaime Lorite, que descifra la influencia de la serie South Park en la derecha de Estados Unidos. Con la llegada de su aniversario número 25 y aún en emisión, Lorite asegura que los seguidores de la serie “se encuentran más entre en las filas conservadoras que las liberales”.
Así, Lorite considera que la existencia de la serie –que tiene un lenguaje que podría ser considerado “vulgar”–, se convierte en el reflejo de transformaciones que han ocurrido desde que se estrenó en agosto de 1997. Creada por Trey Parker y Matt Stone, retrata la vida de cuatro niños en un pueblo inexistente en Colorado, Estados Unidos en el que la política y los hechos del mundo son observados desde un lente sarcástico, además de fantasioso.
Te podría interesar: Pepe el Sapo: de personaje de cómic a símbolo de la ultraderecha
Si en la década de los 90’s tocaba temas como el satanismo, en los últimos años South Park ha retratado situaciones como la existencia del calentamiento global, el racismo, además de burlarse de la Iglesia de la Cienciología y el profeta Mahoma. Todos estos últimos han marcado la agenda política de los últimos años, lo que lleva al periodista a tocar el tema de cómo la serie ha influenciado a la misma.
Desde el 2016, cuando Donald Trump fue electo como presidente de Estados Unidos, Lorite apunta que hubo un crecimiento exponencial de artículos sobre si el show contribuyó a la existencia de la extrema derecha en el país. Por su lado, Trey Parker mencionó en una entrevista que sabía que Trump era fanático de la serie.
“En este mundo en el que los conservadores se han posicionado a sí mismos como precursores de la libertad de expresión y manipulado el derecho a decir lo que se piensa como justificación para violar las libertades personales de los demás, el verdadero legado de la actitud de nada me importa una mierda de la serie parece un poco más peligroso”, menciona Ross McIndoe de Vice como un ejemplo de que la serie ha mostrado problemas para actualizarse.
En una de sus últimas temporadas, las cuales ahora siguen un hilo narrativo constante que no son “capítulos sueltos”, la serie introdujo a “los bebés políticamente correctos”, personajes jóvenes que se ofenden por todo, algo así como una “generación de cristal”. Para McIndoe, esto también demuestra que las personas detrás del show sólo envejecieron para no crecer, lo que le hace un producto atractivo para simpatizantes de ultraderecha.
Por otro lado, en la discusión que plantea Jaime Lorite, existen autores como Peter Coffin quién escribió un artículo preguntándose si sus creadores eran reaccionarios y que ridiculizan a quienes intentan crear un mundo mejor; la respuesta es rotundamente negativa: “South Park no está contra el cambio, está contra las doctrinas. Es pura posmodernidad, deconstruye sin ninguna intención de reconstruir. Pero la destrucción es cambio”.