Si bien las exportaciones presentaron un alza de 18,2% en la industria nacional en 2021, el uso de antibióticos, los constantes escapes de especies como la coho y la crisis de las microalgas, han acentuado la preocupación de diversas facciones respecto a esta temática. Mientras tanto, organizaciones medioambientales exigen que se efectúe mayor fiscalización y regulación a las empresas involucradas.
La industria de los salmones en Chile se encuentra en un punto crítico. A inicios de esta semana, el Servicio Nacional de Pesca y Agricultura (Sernapesca) presentó un informe en el que aseguraron que nueve de los trece centros de salmónidos operativos en la región de Aysén debieron activar sus planes de contingencia. ¿El motivo? La presencia de microalgas, un elemento que resulta letal para los animales en cuestión y que les provoca la muerte de manera prácticamente instantánea.
El mismo día en que se publicó el documento, el Consejo Nacional del Salmón publicó otro escrito, en el que aseguraron que las exportaciones como producto de esta especie alcanzaron los $5.180 millones de dólares en 2021, cifra que se traduce en un aumento de 18,2% en relación a 2020, es decir, el año en que la pandemia alcanzó su punto más álgido.
En medio de un escenario en donde la salida de salmones hacia el mercado internacional se recupera y más de la mitad de los centros mencionados debieron entrar en alerta ante las eventuales pérdidas, un estudio llegó a encender aún más la situación.
Según Seafood Watch, un organismo de asesoramiento sobre los productos del mar que es parte del Monterey Bay Aquarium, California, los salmones chilenos se han visto afectados significativamente.
Podría interesarte: La anguila europea está en riesgo🐟
Factores como el uso excesivo de antibióticos para controlar enfermedades han generado que sus representantes llamen a la comunidad internacional a evitar el consumo de salmones chilenos provenientes de regiones como Aysén y Los Lagos, las cuales según datos recopilados por El Mostrador, representan a un 59% de la producción de todo el país.
Desde las plataformas oficiales de Oceana, una organización activista por el cuidado y la conservación marina, se dirigieron directamente al Senado de Chile para que se vote un proyecto de ley que exija transparencia y fuertes sanciones por escape a las industrias salmoneras. Además de una mayor transparencia respecto al uso de antibióticos y otros químicos.
Según cifras de Sernapesca, solo entre 2010 y 2020 se registraron los escapes de 5 millones de salmones en un total de 73 eventos distintos, mientras que desde el informe de Seafood Watch, aseguran que escapes masivos como el del salmón coho, es decir, una especie carnívora, generan un alto impacto en el ecosistema y ponen en riesgo la convivencia con otros grupos de la vida marina.
“Esperamos que el proyecto sea puesto en tabla a la brevedad, porque la transparencia y la regulación en una actividad económica tan grande no puede seguir esperando”, manifestó la coordinadora de Campañas y Ciencia de Oceana, Catalina Sapag, para luego sentenciar con que “hacemos un llamado al gobierno a impulsar también esta iniciativa, porque el crecimiento de esta industria no puede seguir ignorando a las comunidades y al medio ambiente”.