En febrero se encontraron tres casos de personas que se infectaron con superbacterias de la enfermedad, microorganismos que según se sugiere, emergen en hospitales. Y no solo la gonorrea, sino que otras infecciones de este tipo también serían capaces de evolucionar y generar una resistencia a los medicamentos.
Aunque hace años que la conocida enfermedad de transmisión sexual, gonorrea, está prácticamente controlada, preocupa que en el último tiempo se ha identificado una variante de la bacteria que podría ser mucho más peligrosa y resistente a los tratamientos.
Durante febrero, funcionarios de salud del Reino Unido dieron a conocer que tres personas habían contraído la enfermedad, llamando especialmente la atención que su infección correspondía a una “superbacteria”.
Los hospitales serían los recintos donde emergen esta clase de infecciones, ya que los pacientes se encuentran en peor estado de salud, además de que los antimicrobianos -sustancias utilizadas para reducir la presencia de bacterias y hongos- son mayormente ocupados en estos lugares.
De esta forma, los recintos médicos se han convertido en un caldo de cultivo para que las bacterias muten y generen resistencia a los medicamentos, consignó el medio Gizmodo.
Te podría interesar: Vacuna contra el VIH logra una respuesta inmune del 97%
“Tan pronto como comenzamos a usar antibióticos, aumenta el riesgo de evolución bacteriana y de que las bacterias aprendan a evadir los efectos de los antibióticos (…) Si observamos la historia de la gonorrea y la resistencia, realmente comenzó en la década de 1930. Los primeros medicamentos que usaron fueron las sulfamidas, y casi de inmediato los médicos comenzaron a ver fallas en el tratamiento, y empeoraron progresivamente con el tiempo”, explicó David Hyun, director del proyecto de resistencia a los antibióticos de The Pew Charitable Trusts, una ONG estadounidense.
Y la gonorrea no sería la única. Un informe reciente publicado en The Lancet arrojó que en 2019 las infecciones resistentes a los medicamentos mataron a 1,27 millones de personas en todo el mundo, cifra superior a las muertes causadas por enfermedades tan contagiosas como la tuberculosis, VIH o malaria. Además, dijeron que es posible que haya contribuido con la muerte de otros 5 millones de personas.
Un fenómeno que se podría convertir en uno de los peligros escondidos de una era posterior a los antibióticos.