Hablamos con la dramaturga Amalá Saint-Pierre, que busca llevarte a un viaje inquietante y poético.

El 21 de mayo del 2016, Michelle Bachelet realizaba la tercera cuenta pública de su segundo período como Presidenta de Chile. Esa mañana llovía con truenos y relámpagos.

Bachelet se refirió a la reforma tributaria, el inicio de la gratuidad en la educación, el fin del sistema binominal y anunció el proyecto de creación de un ministerio de Ciencia y Tecnología, entre otras cosas.

Mientras la lluvia amainaba y luego del discurso, la tragedia comenzó a desatarse. El 21 de mayo, es para Chile, un día marcado por la sangre y la muerte:

El año 1879, Chile se enfrenta en guerra con Perú. Ocurre el “Combate Naval de Iquique”, donde el capitán chileno Arturo Prat muere al intentar saltar desde la Esmeralda al Huáscar.

2005. Ese año el 21 de mayo estuvo marcado por la tragedia de los 45 jóvenes conscriptos que murieron tres días antes congelados en Antuco luego de quedar atrapados en una tormenta de nieve durante un ejercicio militar.

El 2016 luego del discurso presidencial, y como todos los años, comenzaron las protestas afuera del Congreso, en Valparaíso. Ese año la intensidad de los desmanes fue mayor. Al punto de que un edificio en el barrio Puerto ardió en llamas producto de las bombas molotov. En su interior, Eduardo Lara , guardia municipal de 71 años, caía asfixiado por el calor y el humo. Horas después murió en el hospital Van Buren.

Casi en paralelo, otro breaking news causaba estupor y rompía también con la modorra del feriado. Franco Ferrada Román, de 20 años, entraba al foso de leones del Zoológico Metropolitano, se sacaba la ropa (entre las cuales después se encontraría una carta con dibujos de leones y una especie de poema firmado por “Jesucristo”)  y provocaba a los felinos hasta que lo atacaron.

https://www.youtube.com/watch?v=RlswyKRoanc

Franco, según explicaría después la psicóloga Josefina GuzmánRevista Sábado estaba secuestrado por “pseudoalucinaciones e ideas delirantes religiosas y mesiánicas y un brote psicótico”. Desafió a los leones con discursos religiosos y se colgó como un koala del cuello de Manolo, un león de también 20 años, nacido y encerrado desde su nacimiento en el Zoológico. Las alarmas empezaron a sonar. Un funcionario intentaba desesperado tirar agua con una manguera a los leones, cosa que como te imaginarás no sirvió de nada. Visiblemente confundido y superado por la situación, Manolo se fue a meter, con Franco colgando, a su especie de cueva. Lo siguió Flaca, una leona de 18 años que hacía seis había llegado al zoo, luego de ser rescatada de un circo.

El desenlace fue el siguiente: el Zoo activó el protocolo de emergencia y disparó dardos tranquilizantes a los animales, los cuales tampoco sirvieron de nada porque según explicaron después, no funcionan como en las películas o dibujos animados en los cuales el animal cae dormido al segundo. Tuvieron que dispararles con balas de verdad.

El director del Parque Metropolitano, Mauricio Fabry, contó por medio de un post en Facebook que al momento de rescatar a Franco, el joven gritaba que por favor no mataran a los leones. Ferrada fue a parar a la clínica Indisa con lesiones en la cabeza, cuello y pélvis producto de las mordeduras y rasguños y también con un dardo tranquilizante clavado en el pie, que fue lo que casi lo mató.

Manolo y Flaca no corrieron la misma suerte y murieron en el lugar. Lo desorbitado de todo el hecho hizo, como dice la jerga periodística, “arder las redes sociales” que pedían la cabeza de Ferrada y de todas las autoridades del zoológico por la muerte de dos animales a todas luces inocentes.

Incluso Kaley Cuoco, la actriz de The Big Bang Theory, se indignó y tildó a Franco Ferrada de idiota y dijo que la humanidad era un chiste.

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Ni siquiera la desoladora historia de vida de Franco, que de los 12 a los 18 años vivió en un centro del Sename luego de la muerte de su mamá y el alcoholismo de su papá, provocó la compasión de las RRSS.

Teatro inquietante y poético

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Francisco Paco López, protagonista de la obra, junto a Amalá Saint-Pierre, directora. Foto: Andrés Olivares/ Matucana 100

Una de las miles de personas que siguieron de cerca el caso, fue Amalá Saint-Pierre, dramaturga y directora de teatro, que lidió con el impacto de una “noticia” así de fuera de toda norma, de una forma diferente.

“Me llamó la atención profundamente, me movió el piso y me sacó de mi zona de confort, porque me provocó mucha angustia. Todos esos sentimientos generaron en mi las ganas de escribir al respecto”, cuenta.

Producto de eso nació la obra “Naturaleza Muerta o la controversia de Daniel” , que acaba de ser estrenada y que puede ir a verse, so riesgo de salir bien zamarreado emocionalmente, de jueves a sábado en el teatro Taller Siglo XX, Yolanda Hurtado. (Todas las datas acá).

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Foto: Wanda Acosta

La obra, en la que participan solamente dos actores (Francisco Paco López, como Daniel y Ricardo Zavala como león) es una interpretación metafórica, inquietante, sobre la locura y sus ilimitados límites. Sobre cómo es oir gritos desaforados dentro de la cabeza.

La obra, explica Amalá, en ningún caso intenta ser la interpretación de lo que pasó por la cabeza de Franco, sino que ocupa ese punto de partida, ese brutal momento, para hablar de otras cosas. Cuenta también que no tuvo, ni intentó contactarse con la familia de Franco porque no era la idea recrear su historia, pero que tampoco busca ni juzgarlo ni apropiarse de su historia.

En el fondo, creo yo, la idea es situarte en un escenario brutal, de pesadilla y desquicio para lograr una postura de total vulnerabilidad, un ejercicio psicológico (como estar desnudo dentro de una jaula de leones) para conectar, con sentimientos profundos y tal vez oscuros.

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foto: Wanda Acosta

“Yo no hago juicio ni sobre los actos de Franco ni los de la gente del zoológico. Es una metáfora poética sobre el horror, sobre la violencia, el poder, el hombre versus la naturaleza. Por eso no hablo ni nombro a Franco Ferrada, el personaje se llama Daniel, nombre que elegí por ser el personaje bíblico. En el fondo el delirio mesiánico de Franco es un punto de partida, miré su entorno, vi las noticias, leí artículos, pero no busqué retratar su psicología, sino que quise explorar una psicologia humana.

¿Qué fue lo que te impactó y luego inspiró a escribir esta obra?

Me impactaron varias cosas, por un lado, el acto de muerte, la puesta en escena de esta especie de suicidio. Eso fue lo que me inspiró, de una manera metafórica, me pareció interesante rescatar desde la perspectiva del drama teatral, el hecho de por qué alguien se tira al foso de los leones, si uno podría elegir mil otras maneras de acabar con la vida.

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Foto: Wanda Acosta

¿Y cuál es la metáfora tras esa decisión?

El león es el rey de la selva, representa al poderoso, es como el Dios de la selva. El hecho de un hombre enfrentando a este Dios, es una manera de reflexionar sobre la lucha de poderes: vida versus muerte, hombre versus naturaleza, naturaleza humana versus naturaleza animal. Al mismo tiempo, de alguna una manera ambos ya eran naturaleza muerta: el hombre enfrentado a sus miedos, a su propio encierro mental y social, a no poder escapar del delirio, era ya una naturaleza muerta. Un leon enjaulado en un zoológico también.

¿Cuál es la reflexión que te gustaría instalar con esta obra?

Las posibles reflexiones las dejo abiertas al público, pero una que me gustaría plantear, o que plantea la obra, es la del rol del hombre, del poder que ha tomado sobre la naturaleza y sobre si mismo, que ha llevado a encierros físicos y mentales que hacen de nosotros personas enfermas. Me gustaría que la gente se abriera a la posibilidad de asistir a una obra que se aleja de los cánones tradicionales del teatro, que no es realista, donde no hay una historia clásica de inicio-climax-desenlace. A la posibilidad de asistir a una obra metafórica, poética, que puede ser inquietante, pero como la vida misma lo es. En la obra los personajes no son buenos o malos, los personajes son buenos y malos. Tienen esas luchas que la propia naturaleza humana tiene. Todos somos un poco locos, o lúcidos, todos nos creemos superior a alguien en algún minuto, todos tenemos pulsiones de muerte, busco que el publico se deje llevar por una experiencia inquietante y poética.