Lo hizo por medio de Twitter. “No me quedo con la crónica roja”, dice. Tú tampoco deberías.
“Todavía tengo pena”.
Así comienza la apología de Daniela. Ella es psicóloga y el 2012 tomó la jefatura del octavo básico en un colegio de Quilicura. Cuatro años después, a través de Twitter, Daniela contó la historia de cómo uno de sus alumnos murió.
El hecho salió en las noticias.
Ocurrió el domingo de madrugada.
El joven, junto a otro muchacho menor de edad, chocó a 160 kilómetros por hora contra un árbol y luego contra una casa en un auto que habían robado en Providencia. Llevaban pasamontañas y guantes. Ambos murieron. Las redes sociales se llenaron de comentarios que demostraban “alegría” por la muerte de los menores. Daniela leyó la palabra “lacra” tantas veces que terminó por ahogarla.
“Para mí no murió una lacra. Murió mi alumno”, pensaba Daniela. Decidió contar su historia por medio de twitteos.