Son fomes las mañanas. Para la mayoría de la gente es cuando todo empieza. Para mi es cuando todo termina.
por Niña Fierro
No se vayan. No me dejen sola,
Son solitarias las mañanas. Espero que alguien llegue. Con una cerveza, o lo que sea. Las mañanas son inquietas, disparatadas, paranoicas. Te enfrentas al dilema de acostarte o seguir. Seguir sola.
Y como dicen por ahí, hay que aprovechar la mañana. Entonces salgo por una cerveza. Me gusta entretenerme sola. Estar sola y enfrentarte de manera cruda a una droga estimulante es muy entretenido.
Estas solo y la cabeza loca, y la dispersión y las ganas de agarrar todo pero raras veces alcanzar. Es un torbellino. Pero algo bueno tenemos que sacar de esto. Estar solo y tomar solo y pensar que en realidad, solo necesitabas eso.
Estar contigo y esa otra persona que vive dentro de ti, que te conversa, te canta canciones, se acuerda de chistes y te entretiene. La gente le tiene miedo a la soledad, el mundo no entiende la soledad.
Pero basta con eso. Es tiempo de enfrentarnos a la realidad. Nacimos solos y moriremos solos, y frente a eso debemos darnos cuenta que uno es su mejor compañía. Me gusta ir al baño sola. Me gusta salir sola. Me gusta caminar sola. Me gusta comer sola. No entiendo porque la gente se junta a comer si todos comemos y necesitamos alimentos diferentes.
Odio ceder. Odio la idea del mundo de a dos.
En este momento ya es pasado medio día. Las ideas se confunden en su mente y pierde el argumento de lo que quería escribir. Sus manos tiritan, sus dientes se aprietan. Ya no puede escribir. Le duele el corazón y odia todo.
Pero tiene una cosa bien clara, que no importa como sea el futuro, como sea lo que sea que venga hay que mantener la lucha y no dejarse influir por nada. El amor no existe piensa, y se le llenan los ojos de lágrimas.
¿Entonces que la hace llorar? Estar sola. Carretear sola. Es justo lo que todos deberíamos hacer alguna vez, la mejor terapia y la mejor manera de escucharte.
Carretear sola.
Jalar sola.
Estar sola.