“Este film fue inspirado por muchas leyendas, cuentos fantásticos y relatos escritos sobre brujería histórica, incluyendo periódicos, diarios y registros de tribunales. Gran parte del diálogo proviene de estas fuentes del período”.

The VVitch” es una película que reconozco haber estado esperando muchísimo tiempo para ver. Cuando en noviembre del año pasado me topé con el trailer en el canal de YouTube de la productora A24 – maestros que han hecho películas como Ex Machina y Room – quedé hecho bolsa. ¿Una película de terror sobre el satanismo y la brujería en pleno siglo XVII? Cuéntame más, por favor. Sabía que iba a ser difícil que llegara (pronto) al cine en Chile, así que tuve que armarme de la paciencia pirata y esperar a que estuviera disponible para bajarla por torrent o verla en alguna página estilo PelisPedia. Hace un par de semanas que por fin la película ya está para descargar en buena calidad – antes habían copias grabadas en el cine o con subtítulos en coreano – así que esperé una noche en que estuviera solo – mágicamente me tocó con lluvia y truenos, qué mejor – y partí viéndola.

El argumento es bastante sencillo: una familia de puritanos del siglo XVII es expulsada de su colonia en Nueva Inglaterra debido a que el patriarca comete el crimen-pecado de “orgullosa presunción“. La familia, compuesta por William, el padre (Ralph Ineson), Katherine, la madre embarazada (Kate Dickle), Thomasin, la hija mayor (Anya Taylor-Joy, con una tremenda actuación), Caleb, el hijo “primogénito” (Harvey Scrimshaw) y los mellizos Jonas y Mercy (Lucas Dawson y Ellie Grainger) logran establecerse y construir una granja cerca de un bosque esperando que la “gracia divina” los salve.

Y como es digno de una película de terror, hay cosas medias extrañas que empiezan a pasar en los alrededores de la casa. Esto los lleva a pensar que hay una especie de maldición o mal sobrenatural que habita en los bosques y los atormenta. Dado el contexto histórico y religioso en que se desarrolla la película, este “mal” etéreo y misterioso es inmediatamente asociado al demonio y la brujería tan comunes en esa época. Basta con un hecho en particular para que los personajes se desmoronen y comience la cacería de brujas al interior de la familia, mientras el “mal” que habita en el bosque continúa apareciéndose en las formas más angustiantes.

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Es difícil hablar del “terror” o “miedo” que puede dar una película, porque es algo demasiado subjetivo y una sensación que no todos compartimos, incluso si es que vemos la misma película. El horror en “The VVitch” es construido a partir de lo inquietante, imágenes e íconos misteriosos, perturbaciones. Es lo cotidiano convertido en algo siniestro y difícil de aceptar, sobre todo en un contexto donde la persecución y las supersticiones son la principal amenaza y lo que motiva a asumir que las señales o situaciones raras que ocurren son obra de Satanás (si es que existe uno).

Es casi como ver en formato película los grabados medievales sobre el diablo o la brujería, o las pinturas demoníacas de Goya. Ejemplo de este siniestro (o que por lo menos a mí me perturbó toda la película) es el “personaje” de Black Philip, el macho cabrío que parece ser el mejor amigo de los pendejos de mierda mellizos de la familia. Este animal es lo satánico personificado; ¿han visto los típicos grabados, pinturas, tatuajes, símbolos y obras de arte satanistas? ¿Han visto la obsesión por la cabra, la encarnación física del demonio Baphomet? ¿La “inversión satanista” del “Cordero de Dios”? Imagínenselo ahora medio poseído en pleno siglo XVII, con una familia puritana y obsesionada con la persecución demoníaca. Perturbadora y deliciosamente terrorífico.

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Hay dos temas que relacionados la película es bueno tenerlos en cuenta, tanto antes de verla como después. Uno de ellos es cómo se tratan los conceptos de brujería y demonización.  La cita que aparece al principio de este post es la misma que sale al final de “The VVitch”; el debutante director Robert Eggers – quien, punto a favor, tiene una pinta de algo así como redneck baptista obsesionado con el demonio – contaba en una entrevista la fascinación que tenía cuando chico con las brujas y leyendas sobre Satanás que se contaban en su natal Nueva Inglaterra. Más allá de que quizás haya sido sólo un pendejo medio perturbado, ¿acaso éste no es un tema que, oscuramente, esconde una seducción morbosa en todos nosotros? Es algo misterioso e inexplicable, siniestro y atractivo. No por nada se ha escrito, filmado y musicalizado mucho sobre el tema. Y, con este antecedente, la película de Eggers puede verse como un “ensayo personal” sobre el tema.

El historiador francés Jules Michelet en su educativo libro “Historia del satanismo y la brujería”, se pregunta sobre Satanás “¿No es él un actor necesario, una pieza indispensable en la gran máquina religiosa, un poco descompuesta hoy? Todo organismo que funciona bien es doble, tiene dos lados. La vida no marcha de otro modo”. La brujería y la adoración al diablo en la película no se ven de forma explícita o ficcionalizada. No esperen algo así como “Evil Dead” o “El Último Exorcismo”. Lo perturbador de “The VVitch” radica en que su fuente de inspiración son los testimonios reales (basta con revisar un poco de la historia del tema) sobre las paranoias e histerias colectivas que los imperios de las iglesias católicas y protestantes oprimían en los fieles puritanos para que se alejaran de las fuerzas infernales.

La principal gracia de “The VVitch” está en mostrar muy fielmente la opresión religiosa en la vida cotidiana de los primeros colonos norteamericanos, con sus respectivos miedos y terrores frente a lo oculto y la respuesta o atracción que despertaba la “desviación” satánica. La misma desviación que, según Michelet, fue fundamental para los famosos “juicios” y quema de brujas(os) en la Europa y Norteamérica del siglo XVII (léase: los procesos de Loudun, Louviers y Salem).

El otro tema muy presente a lo largo de la película y que es un acierto interesante a la hora de incluirlo, es el de la rebelión a través del demonio, este “segundo lado” del organismo. O, mejor dicho, la rebelión femenina. El mismo Michelet en su libro sobre el satanismo y la brujería, apunta que “históricamente, la bruja es la figura de la mujer (…) el brujo era una pérdida de tiempo, debido a que la bruja era quien tenía el tiempo para pensar, imaginar, pactar con el demonio y, finalmente, rebelarse”. La mini-sociedad patriarcal de la familia de “The VVitch” es amenazada por la sospecha de que hay una bruja al interior. Una bruja que busca rebelarse y “derrocar” el sistema manejado por el padre.

Es como la respuesta feminista frente a la dominación masculina que se asociaba con el cristianismo moderno. La bruja, básicamente, encarna toda la inversión de los dogmas cristianos sobre la “buena” y “virginal” mujer. Y así, con el manejo de estas temáticas sobre el satanismo y la rebelión, la película logró mediatizarse, y bastante. Se ganó el apoyo y los aplausos de la organización The Satanic Temple para realizar algo así como una cruzada o “revolución satánica”.

¿Qué chucha? Sí, los gringos se encargaron de crear hace un par de años una institución “satánica” y “ateísta” que busca la rebelión y la oposición en sociedad a través del ejemplo de un Satanás individualista y rebelde (y no un coludo de cachos y tridente como lo es para The Satanic Church, la otra cara de la moneda del satanismo mainstream norteamericano). En fin, con todo lo loco que puede sonar eso, no deja de ser interesante sobre todo por el hecho de que este “fenómeno” nació a partir de una película de terror. ¿Cuándo fue la última vez que una película del género logró algo así? Digan ustedes. Mientras tanto, pueden sacar sus propias conclusiones viendo “The VVitch” porque, considero, es imperdible.