El romanticismo que expele la tienda Velocitta es tan fascinante, que resulta imposible no verte encantado por la belleza y descomposición de una bici, incluso si eres, como yo, de la onda, comprar y usar.
Es que debo confesar, que a mi no me viene eso de entender mucho cómo funcionan las cosas. De hecho veo con envidia a la gente que se involucra tanto con algunos temas y se vuelve experta; y se arma un computador a su pinta, p pimpea su auto, elige con pinzas los muebles y decoración de su casa, o incluso, arman ellos mismos su bicicleta.
En el caso de la bicicleta, automáticamente al ver de manera individual ruedas, llantas, marcos, manubrios y demases, cada uno parece una pieza de arte única, que te obliga a preguntarte cómo luciría esto, con aquello, y más tarde con la pieza de más allá. Como imaginarán el discurso del comprar y usar se te va al carajo ante tanta belleza.
Descubrí la tienda por comentario de un amigo, y digo descubrimiento porque paso por allí día a día sin siquiera percatarme que detrás de esa angosta puerta se escondía un paraíso con todo lo que un amante del mundo fixie pueda querer. Se trata en su totalidad de partes y piezas importadas de italia, holanda, inglaterra o japón. No te vienen con cuentos de vendidas de mate al estilo San Diego, y la atención es tan buena que te sientes en deuda al no llevarte nada, pero qué da, yo salí de ahí mirando con pena mi pobre burra y con la autopromesa de volver para llevármelo todo.
Creo que las fotos no describen muy bien la dedicación que han puesto en cada rincón del showroom, pero al final del día la invitación ya está. Velocitta es una tienda de bicicletas que te encantará, ideal si quieres armarte una o darle un regalo a la bici que te acompaña en las buenas y malas, de seguro no te arrepentirás.
[nggallery id=241 template=medium images=0]Velocitta: Av. Presidente Riesco 3198 Local B. Las Condes