“Estoy muy consciente de lo excepcional jugador que Kobe fue. Pero en mi opinión también fue, al igual que muchos otros, culpable de violación”, asegura Gavin Polone.
La columna fue originalmente publicada el año 2016 cuando Bryant se retiró con bombos y platillos del baloncesto profesional. Pero la noticia de su trágica muerte junto a su hija y cómo esta devastó a todo el mundo tanto del espectáculo como del deporte, hizo que el post volviera a la superficie convirtiéndose en lo más leído del blog The Hollywood Reporter, probablemente el sitio de espectáculos más grande del planeta.
Y es que aunque la trágica muerte del ex jugador junto a su hija adolescente haya consternado al mundo entero lo cierto es que Bryant tiene en su pasado un episodio oscuro y que plantea una incómoda discusión y una amarga verdad: a las mega estrellas se les deja pasar cosas extremadamente graves (delitos, comportamientos inadecuados). Desde que son demasiado jóvenes al parecer viven en una dimensión paralela donde con dinero todo se arregla.
“De acuerdo a los documentos judiciales, los hechos ocurridos el 30 de junio del 2003 son: Bryan llegó al Cordillera Spa en Edwards Colorado, antes de ser sometido a una cirugía de rodilla. Una joven conserje de 19 años le mostró a Kobe su pieza. Kobe le pidió que volviera luego a hacerle un tour por el hotel. Ella fue. Tras eso, fueron a su pieza. Se dieron besos, según su relato accedió a eso. Luego él quiso ir más allá, y ella intentó evitarlo. Él la tomó del cuello y ella temió por su vida. Luego él la dobló apoyó encima de una silla y le quitó los calzones. Ella dijo que le rogó en varias oportunidades que la dejara ir pero que la penetró igual. Cuando logró irse tenía sangre en su ropa interior y su polera”, reza la columna.
“Lo que pasó después de que la joven hiciera la denuncia es un guión bastante típico: se contratan abogados, la defensa asegura que el encuentro sexual fue consensuado, la víctima fue perfilada como una “mentally ill slut” que solo quería hacerse famosa (otra mujer que iba a testificar se arrepintió al ver cómo la primera fue tratada). Luego se llega a un acuerdo extrajudicial y nadie termina testificando. El juicio llega a su fin”, señala la columna firmada por Gavin Polone.
El hecho fue ampliamente cubierto el año 2016, cuando el recién fallecido ex basketbolista superestrella retiró del baloncesto profesional.
“Si realmente queremos reducir la violencia en contra de la mujer, necesitamos primero aceptar que la gran mayoría de las acusaciones de violación, según indican estudios, son verdad. Segundo, si los hechos señalan que una celebridad cometió una violación no podemos simplemente olvidar que lo hicieron e ir a sus partidos y comprar sus poleras y las cosas que promocionan. De hecho si lo que queremos esalimentar la cultura de la violación, justamente lo que hay que hacer es apoyar y dejar ser a las celebridades acusadas de violación”, cierra el texto.
Sin embargo, esa demoledora columna no es lo único que ha aparecido. De hecho esta jornada hizo noticia el hecho de que una periodista del Washington Post, Felicia Somnez, fuese suspendida de sus funciones luego de tuitear este artículo de medio Daily Beast.
La columnista Clemence Michallon, del medio inglés Independent salió en su defensa y da en el meollo del asunto: “Si no podemos vivir con el complejo legado de las celebridades, nunca vamos a poder avanzar”. Aparte Michallon señala algo que es clave, las redes sociales es donde se discute respecto de todos los alcances de los sucesos de mayor connotación pública, incluso los más complejos. Respecto del momento en que se hace, si junto con los mensajes de dolor y celebración de su vida, corresponde mencionar los pasajes más oscuros, asegura que es una situación de “si no es ahora cuando” pues hoy en día el torrente informativo corre demasiado rápido y estos temas son importantes de abordar.
“Kobe Bryant murió el domingo. Tenía 41 años y 4 hijos. Fue uno de los mejores basketbolistas que el mundo haya visto y para muchos, un héroe. También hubo una vez que fue acusado de violación y otra que fue descubierto usando lenguaje homofóbico en la cancha. Hay espacio en nuestros corazones y en nuestros cerebros para lidiar con todo eso”, cierra Michallon.