To The Bone, la película de Netflix acerca de la anorexia, queda en el mismo terreno empantanado de 13 Reasons Why.
Del universo de enfermedades mentales, la anorexia es probablemente una de las más representadas en la cultura popular. Quizás, esto se deba a la glorificación de los cuerpos delgados en pro de aquellos que no lo son y, por ende, todas esas historias de desordenes alimenticios rara vez representan otros tipos. To The Bone, estrenada en Netflix, solo es una más de esos films.
A pesar de esto, no quiere decir que no sean necesarios, pero tal como en algún momento a 13 Reasons Why se le acusó de hacer un retrato glamoroso de la depresión y el suicidio y además de venir con una advertencia de posibles imágenes gatilladoras para el espectador, la película dirigida por Marti Noxon entra en el mismo terreno.
Ellen (Lily Collins) es una chica de 20 años, proveniente de una familia acomodada pero disfuncional, que sufre de anorexia. No solo sus parientes son un problema para ella y sus fallidos tratamientos, sino que su actitud no ayuda en nada a una posible recuperación. Básicamente: Ellen no quiere mejorar y no está haciendo nada para salir de su estado. En una de sus últimas internaciones en el hospital, mandó a una de sus compañeras a “chupar sus bolas flacas” y la terminaron echando del programa. No es que a Ellen le interese, pero volver a casa de su padre ausente, con su aprensiva madrastra (Carrie Preston), tampoco la emociona. Es aquí cuando llega a ser tratada por el Dr. Beckham (Keanu Reeves), un médico con métodos poco ortodoxos que decide meter a la chica en una casa de retiro, en donde hay más chicos con problemas alimenticios.
Entre los métodos no convencionales del doctor se encuentran un sistema de puntos (en donde comer o cambiar tus hábitos alimenticios es lo que más puntos te da) que permite a los pacientes salir de la casa o simplemente escuchar a sus pacientes en vez de convencerlos de abrazar la vida. La idea: existen algunas personas que antes de mejorar necesitan tocar fondo. Y eso es precisamente lo que le pasa a Ellen.
El camino que debe recorrer la joven, que muchos aquellos que se han enfrentado a los demonios internos, es uno especialmente complejo, el problema es que como espectadores se nos hace difícil la tarea, entre lo azucarado de esas soluciones que se le presentan y las escenas que bordean lo cliché. No es que todos necesitemos otra Hannah Baker y sus problemas en nuestras televisiones, pero To The Bone podría haber sido una película que ayude a quienes lo necesiten a sentirse acompañados, y lamentablemente queda a medio camino.