A ver, Donald Trump es un tarado. No es una opinión: los hechos así lo demuestran. Lo peor es que su influencia sigue expandiéndose y muchos fascistas disfrazados de demócratas han agarrado vuelo (como sucede en nuestro país) para hablar más y más estupideces justificándolas como “opiniones”.

Bueno, esas opiniones nos están llevando a la destrucción y no en un sentido figurado. Somos uno de los países más afectados por el cambio climático y las autoridades siguen comportándose de forma errática ocultando información a la ciudadanía.

Uno de los mayores negacionistas del cambio climático es justamente, Donald Trump. El presidente -conocido por su racismo, machismo y transfobia- retiró a la primera economía del mundo del acuerdo de París asegurando que el calentamiento global no es más que un invento de las potencias para terminar con la hegemonía americana.

Sin embargo, supimos que logró superarse a si mismo tras burlarse de Greta Thunberg, activista de 16 años que ha luchado durante toda su corta vida para frenar la futura catástrofe que se viene.

Thunberg se robó las miradas del mundo tras un emotivo discurso en la cumbre de la ONU para combatir el cambio climático. En la instancia, la joven emplazó a los líderes del mundo por “robarle su infancia” tras poner en jaque la supervivencia del mundo en pos del dinero.

“Han robado mis sueños y mi niñez con sus palabras huecas (…) Estamos en el comienzo de una extinción masiva, y de lo único que ustedes pueden hablar es de dinero y cuentos de hadas de crecimiento económico eterno. ¿Cómo se atreven?” señaló.

Thunberg se mostró descontenta con la presencia de Trump en el evento (que llegó sin previo aviso), y la única intervención que hizo el presidente de Estados Unidos de forma posterior, fue burlarse de Thunberg ironizando sobre su discurso.

“Parece una joven muy feliz que mira hacia un futuro brillante y maravilloso. Qué lindo de ver!”, escribió.

Claramente y como es una persona que se hace la vístima apenas lo atacan, Trump limitó sus comentarios en redes sociales luego de miles de personas lo criticasen por atacar a una niña.

Greta Thunberg tiene síndrome de asperger y mutismo selectivo. Cuando era pequeña, según comentaron sus padres dejó de comer y hablar por su preocupación ante el cambio climático y la incoherencia mundial. Hoy en día inspira a millones de jóvenes para marchar contra el cambio climático.

Es un hecho que nos cuesta comprender del todo. Por un lado entendemos, en paaarte, quizá, de lejos, el escepticismo que pueda existir en torno a su figura, o de sus padres, incluso quizá uno podría ser medio cínico o sarcástico respecto a que llevamos 50 años sin que nadie se tomara los efectos del cambio climático en serio hasta que una niña europea de 16 años se pusiera a decir las cosas de forma enfática y bien argumentada.

Sin embargo, lo más increíble de todo es cómo puede ser que haya gente que derechamente la odie y se burle de ella, siendo que si vamos al fondo del asunto se trata de una joven que solo quiere que no destruyamos el planeta. No es un asunto de izquierdas o derechas, es supervivencia. Sobre eso escribimos hace un tiempo pero lo volvemos a preguntar ¿Qué tiene en la cabeza la gente que se burla de Greta y por qué debe recibir tanto odio?

¿Cómo puede el presidente de quizá el país más poderoso del planeta atravesar un nuevo fondo y caer al nivel de un trol de Twitter?