Los líderes del mundo se han unido para pedirle sensatez a Trump.
El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció que reconocerá a Jerusalén como la capital de Israel y también que trasladará la embajada de USA desde Tel Aviv a dicha ciudad. Una decisión que ha puesto en alerta a la comunidad internacional y que ya ha hecho reaccionar a cancilleres y líderes alrededor del mundo.
Uno de los primeros en manifestarse, y fiel a su estilo directo, fue el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien aseguró que la decisión del magnate llevaría a Turquía a romper relaciones con Israel y que esto podría desatar “un fuego interminable en Medio Oriente y el mundo”.
Desde Inglaterra, el ministro de relaciones exteriores, Boris Johnson, declaró que “seguimos con preocupación las informaciones que hemos oído porque pensamos que Jerusalén debería, evidentemente, formar parte de una solución definitiva entre israelíes y palestinos “, agregando que ellos no tienen intensión alguna de mover su embajada desde Tel Aviv.
Por otra parte el Secretario General de la ONU, el portugués Antontio Guterres, hizo un llamado a la prudencia igual que el Papa Francisco quien también pidió muestras de sensatez.
Mientras tanto en Israel, la opinión de las autoridades es distinta a la que se ha podido escuchar desde Europa. El Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha tomado la decisión de Trump como un reconocimiento a la identidad histórica de su país. Por su parte el Estado Palestino no ha escatimado en expresar su profunda molestia por el anuncio de Donald Trump. Tras una conversación con el presidente norteamericano con el presidente de Palestina, Mahmud Abás, en la cual le informaba de su polémica decisión, el portavoz de Palestina aseguró que la idea de Trump es una violación al derecho internacional y que de concretarse sepultaría las intenciones de retomar las conversaciones de paz entre su país e Israel.
Las declaraciones de otras naciones de Medio Oriente están en sintonía con lo declarado por Palestina. Si por una parte Siria definió la acción como peligrosa, la máxima autoridad de Irán, el ayatolá Ali Jamenei lo calificó como un gesto de debilidad y que esto no detendrá la liberación de Palestina de la ocupación israelí.
Jerusalén, una capital sagrada en disputa
No es la primera vez que Estados Unidos intenta reconocer a Jerusalén como la capital israelita. En 1995 el congreso norteamericano aprobó una ley que reconocía a dicha ciudad como la capital junto con la reubicación de la embajada, pero al final nunca se realizó. En 2002, bajo la administración del presidente George W. Bush, la Casa Blanca informó que si bien se había dicha ley, no tiene las facultades para declarar capital a Jerusalén pues es esa una atribución exclusiva del presidente, por ende, dicha ley puede ser tomada solo como una recomendación.
La promesa de trasladar la embajada y declarar Jerusalén como capital no ha venido solo de Donald Trump, de hecho esa promesa es máxima frecuente en cada año electoral de Estados Unidos y tampoco es de exclusividad de Republicanos o Demócratas. En ocasiones anteriores tanto Bill Clinton como George W. Bush prometieron esto mismo, pero sin concretarse.
La razón por la cual los políticos han prometido constantemente responde a una estrategia de campaña que busca asegurarse los votos de la comunidad judía en Estados Unidos y también aportes a las campañas de magnates que profesan esa religión.
Pero lo cierto es que la polémica de la ciudad israelita data de mucho más tiempo que los años noventa.
Fue en 1980 cuando Israel declaró Jerusalén como su capital mientras que los palestinos declaraban el lado este de la ciudad como su sede de Estado. En ambos casos, la comunidad internacional en general no reconoce estas declaraciones y menos las potencias mundiales. Jerusalén ha sido por mucho tiempo una ciudad de diferencias y divisiones al ser reconocida como una ciudad sagrada por fieles de las tres grandes religiones monoteístas (musulmanes, judíos y cristianos), lo cual ha llevado a la ciudad a ser el escenario de varias conquistas y reconquistas a lo largo de su historia.
Al contener grandes símbolos de tres importantes religiones, las declaraciones del presidente Trump solo hacer temer un aumento en la tensión entre ambas naciones que hasta el día de hoy no hay podido conseguir la paz entre sus pueblos. A pesar que Trump afirmó que la construcción de la nueva embajada de su país en Jerusalén será un “monumento a la paz”, Europa y China ya han manifestado su rechazo a estas declaraciones y Palestina pide que interceda el Papa y los líderes mundiales.