En una de esas jugadas del presidente de Estados Unidos, donde mucho más que querer intentar de solucionar algo más parece buscar un golpe mediático o una demostración de poder o una coqueta cerrada de ojo a sus seguidores más acérrimos el energúmeno naranjo avisó el lunes que estaba considerando seriamente cerrar el paso a la inmigración legal a Estados Unidos, esto con el supuesto fin de “cuidar los puestos de trabajo”.
Si bien ya está más claro que nunca que la migración y el desempleo no tienen nada que ver, ahora Trump parece estar mezclando cosas de una forma bien errática y/o malvada. Porque si por un lado dice que la pandemia del coronavirus ya la tiene medio controlada, los números desmienten totalmente, son el país por lejos más infectado con más de 800 mil casos. Al mismo tiempo mientras dice que quiere cuidar al trabajador norteamericano los está incentivando a que rompan las cuarentenas.
Acá lo único que parece estar sucediendo es un evidente y cruel aprovechamiento de la situación para dar rienda suelta a su histórica agenda racista, porque claramente le importan más lo bien que le van en rating a sus conferencias de prensa (se ha autofelicitado en Twitter) que los 42 mil estadounidenses muertos.