Un momento muy interesante en la historia entre ambos países, hoy día manejados por los dos capos mundiales de la posverdad. Así fue el gallito entre un ex agente de inteligencia y un ex protagonista de reality show.

Este tipo de cosas ocurren, vaya a saber uno, por coincidencia, cruce de agendas, justo pero justo 48 horas después de la final de la copa del mundo disputada en Rusia, que, puede ser que a ti particularmente te haya importado tres carajos pero resulta que a la inmensa mayoría de la humanidad sí y un montón, por ende a los noticieros del mundo les iba costar un par de días al menos sacudir de sus grillas los contenidos mundialeros.

Incluso Putin le regaló una pelota a Trump. “Dásela a tu hijo, dile que es de parte de un buen amigo”, le dijo.

Entonces desde ahí que todo agarra un tufo medio a tongo. O a querer pasar derechamente desapercibidos (imposible) o a querer comunicar un mensaje absurdo (algo más probable). Pero resulta que la reunión de Vladimir Putin con Donald Trump se convirtió desde la elección de fecha en el evento político más raro y confuso del año.

Toda la relación entre ambos ya es muy extraña y a ningún cientista político le calza del todo. Trump contraviene totalmente la política diplomática que Estados Unidos ha tenido en toda su historia con Rusia. Y aunque uno quisiera pensar que eso podría ser en pos de la paz mundial y del fin total y absoluto de la guerra fría a estas alturas del partido somos demasiado cínicos para pensar que eso es.

¿Intereses en común? ¿Enemigos en común? Siria, no. Corea, no. Medio Oriente, tampoco. Por ende cuesta hacerse esa idea. La lógica lleva más a pensar que uno está manipulando, engatusando al otro. Ahora, quien a quien. O quién se está haciendo el loco y operando en la sombra. Tampoco es llegar y decir “obvio que el huevas de Trump está cayendo de guata en la llave de Putin”, porque cómo va ser todo tan folclórico.

Uno espera que la política internacional sea más El Padrino y menos Los Simpsons pero al parecer es mucho más Springfield que Nueva York.

Esto porque de la reunión entre ambos presidentes, donde se sabe que no nos íbamos a enterar de la Verdad, al menos uno esperaba un desenlace un poco menos ridículo. Lo único que en realidad se esperaba era una especie de gallito entre ambos por una cosa que ya está recontra probada: que agentes de inteligencia rusos, hackers, se infiltraron en el proceso electoral de Estados Unidos.

Y lo que pasó fue francamente dramático. Luego de la reunión, Putin habló primero y básicamente dijo que estaba todo en orden, que estaban de acuerdo en todos los grandes temas, salvo detalles aquí y acá y que habían aclarado el tema de la “supuesta intervención” rusa en las elecciones de Estados Unidos.

A esto, Trump, que abandonó en esta pasada totalmente su parada de dueño de fundo para más bien parecer un tímido y anciano campesino, contestó cuando le tocó tomar la palabra que le había preguntado a Putin al respecto y que cómo lo negó tajantemente, le creía.

Esto produjo un terremoto grado mil en Estados Unidos porque esta vez no solamente sus detractores se le fueron encima, sino también sus adherentes en el parlamento y en los medios de comunicación, que calificaron la actuación de Trump en esa conferencia de prensa desde “no su mejor performance” hasta “asqueroso” y “vergonzoso”, pues había dejado en ridículo a todo el país y peor aún a sus propias agencias de inteligencia que le entregaron informes que comprobaban que efectivamente había ocurrido una intervención rusa en las elecciones. Incluso la justicia tiene agentes rusos formalizados por el caso. Entonces qué mierda.

Después dijo que no dijo lo que había dicho pero ya el mojón estaba en el suelo.

Llegado a este punto, es imposible no ponerse un pelito conspirativo, pero antes, un poco de data dura: Desde el 2014 en adelante que los hijos de Trump han alabado el sistema bancario de Rusia diciendo derechamente que sus inversionistas principales y sus fondos son rusos. Se sabe que Trump pidió en cámara a Rusia que buscara los mails perdidos de Hillary Clinton y que ese mismo día el hackeo comenzó. Después despidió al director del FBI que estaba investigando ese caso. Eso es info de prensa mainstream ni siquiera de medios alternativos.

Otra cosa que también es ciencia política pura y dura es que Putin es un ex agente de inteligencia rusa que tiene más de una década de experiencia en la primera línea de la política mundial. Y Trump es un millonario megalómano y ex estrella de un reality show. Haz la matemática.

Ahora, cuando se trata de dos de los capos máximos de la desinformación y las fake news, cómo mierda podemos saber si lo que se publica y cómo y dónde es real o no. Pero lo del párrafo de arriba es info pura y dura.

Si te pones más curioso puedes encontrar hasta versiones que hablan de que Rusia tiene videos de Trump incurriendo en actividades poco diplomáticas como fiestas con lluvias doradas con prostitutas rusas y que por eso lo tienen prácticamente dominado. Ojo que eso fue publicado en Buzzfeed News y no un sitio cualquiera.

El problema más profundo que están teniendo en Estados Unidos tiene que ver con qué hacer con toda esta info (además de ya realmente no saber cómo filtrar la real de la falsa o la manipulada, o la real hecha parecer falsa y al revés). Porque las consecuencias de toda esta locura por supuesto parecen serias pero da la impresión de que nadie sabe si quiera el calibre del inminente desastre. ¿Es Putin un aceleracionista que quiere ver el capitalismo caer ardiendo? ¿Cuál será su objetivo, en caso de que esté manipulando a Trump?

Por otro lado, ¿Por qué diablos iba a Trump salir reconociendo que los rusos intervinieron en una elección de la cuál el salió ganando?

Da para pensar un buen rato.