Ideales para cuando lo único que quieres es matarte algunas neuronas a punta de rayos catódicos radioctivos.
De alguna manera el periodismo siempre se ha relacionado con la farándula, y no necesariamente con la cultura del espectáculo donde los actores y actrices brillan paseándose por la alfombra roja de los más prestigiosos festivales de cine. Hablamos de la farándula que nos avergüenza. Esos personajes que bordean lo ridículo y que terminan siendo parte de nuestra cultura popular, enaltecidos por nosotros mismos aunque no queramos reconocerlo.
Si bien la crítica de cómo la farándula acapara espacios que deberían pertenecer a la cultura y las artes se manifiesta de forma recurrente, ninguno de los espacios que hasta hace poco reinaba en la televisión habría llegado tan lejos de no ser porque nosotros mismos lo permitimos.
Llegó la hora de empoderarnos y aceptar nuestro gusto por este tipo de producciones en lugar de hacernos los intelectuales virtuales. Los placeres culpables varían a todo ámbito, y como la televisión no es una excepción, te dejamos varias horas de procastinación divina que te divertirán y también te harán sentir mucha, pero mucha vergüenza ajena.
Terapia de Shock
Esta serie está basada en un documental del mismo nombre que incluso llegó a ganar un Oscar. Diferentes chicas y chicos en riesgo social recorren diferentes prisiones para que los internos e internas se desahoguen con ellos, les griten, escupan y hagan sentir como “en casa”.
Los jóvenes –en su mayoría de 15 años o menos- deben dormir en una celda y levantarse durante la madrugada para comer lo que desayunarían por el resto de su vida si eligen que su vida continúe fuera de control. Todo esto es monitoreado por sus madres, que miran el proceso afligidas y esperando que este tipo de medida pueda encarrilar sus vidas.
Nuestro país también tuvo su propia adaptación con “Nadie está libre”, pero si bien nuestra versión se dedicaba netamente a que jóvenes mimados que no querían dar la PSU pasaran malos ratos, la versión original del canal A&E es mucho mejor por la crudeza de sus historias y por un plus que hace de esta versión una joya: la traducción de inglés al español latino.
“Esta no es una excursión al jardín de infantes perras, bienvenidos a la realidad, oh vaya” son los diálogos que se repiten de forma constante.
Snack de sugerencia para comer viendo este programa: puré instantáneo con salchichas acompañado de jugo en polvo, todo servido en una bandeja y taza de plástico.
Absolutamente toda la programación del Investigation Discovery
Discovery Channel siempre ha logrado mantener una audiencia leal gracias a su compromiso con la cultura y la historia humana. Este canal nos ha llevado desde la sabana africana hasta los resquicios submarinos de lo que alguna vez fue el Titanic. Por esta razón puede parecer difícil creer que podemos ver el nombre de este canal asociado a un producto bastante…diferente.
La programación de Investigation Discovery recorre los crímenes que ocurren en Estados Unidos a diario emitiendo programas como: “Mi vecino el asesino”, “Gemelos malvados”, “Hasta que la muerte nos separe”, y una largo etcétera que nos deja pensando en los verdaderos índices de seguridad que tiene la tierra donde Donald Trump es presidente.
Media hora viendo este canal te dejará sin ganas de volver a confiar en alguien o de salir de tu casa. Como si fuera poco, las actuaciones son tan malas y banalizan de forma tan paupérrima crímenes tan sangrientos como los cometidos por Ted Bundy, que más que un canal policial parece una reunión de todo el elenco de la Gata Salvaje.
Snack de sugerencia para comer viendo este programa: vino tinto y frutillas como crema para sentirte como una persona elegante a punto de cobrar la herencia de tu fallecido sugar daddy.
Guerra de Containers
Un grupo de gente se reúne en los muelles esperando que subasten algún conteiner abandonado. Puede parecer aburrido, sobre todo por el conocimiento general que gira en torno a las subastas donde las personas levantan un cartelito de forma silenciosa mientras el precio va subiendo. Pero esto es un extremo que nos mantiene pegados durante la hora que dura el programa.
Los compradores –un grupo de gente que se caracteriza por decir tres groserías por cada dos palabras- se pelean por el contenido misterioso de cada container y la mejor parte es cuando gastan hasta 10 millones de pesos por un contenedor que tiene peluches viejos o miles de batas para gatitos.
Hay veces donde el caso es completamente diferente y un contenedor tiene un auto de lujo con incrustaciones de oro. El suspenso es francamente notable y la presencia del español latino solo añade más cosas positivas a la serie de TruTv.
Snack de sugerencia para comer viendo este programa: una caja de galletas y apostar mucho dinero para ver si efectivamente tiene dulces o elementos de costura.
Bar Rescue
El concepto sobre la remodelación de una casa o de un auto quedó en el pasado. En esta oportunidad, un tipo que se parece mucho más a La Roca que a un experto en salvar tu negocio, pretende refregarte en la cara la razones de tu mal administración y la poca solvencia que ha tenido tu local por la manera en que sirves tus tragos y comida.
En casi todas las oportunidades, las razones de que estos locales acumulen tantas deudas se debe netamente a que los trabajadores –familiares apitutados- se dedican a carretear de forma gratuita, y los momentos de tensión son varios porque los hacen trabajar por primera vez. También la fuerza bruta de su conductor hace que nos preguntemos que tan necesaria es su presencia ya que provoca nula empatía.
Sin embargo, el resultado siempre termina siendo espectacular: donde había sillas de playa y hamburguesas mal cocinadas, se crea un espacio parecido a algún restaurant de la Cuca lleno de parafernalia y una carta de primera.
Snack de sugerencia para comer viendo este programa: prepara y bebe en soledad tu trago favorito para que nadie te lo critique.
La Vega
El último de nuestros exponentes televisivos no podía ser otro que este producto nacional con potencial de exportación. Lo guardamos para el último porque sinceramente es el mejor. Desde hace tiempo la televisión chilena no se la jugaba con una producción que agrupara tantos elementos que nos provocase tanto placer culpable.
La premisa es la siguiente: padres desesperados llaman a TVN para que hagan algo con sus hijos flojos, que son reclutados para trabajar en La Vega bajo estrictas ordenes de sus subalternos. A medida van pasando los días, acumulan dinero y supuestamente, también cambian de actitud con sus padres.
Sin embargo, la verdadera razón de por qué este programa ha tenido éxito es gracias a que ninguno de los tipos aprende una lección y se dedican a demostrar que no saben hacer otra cosa además de dormir y tomar. Son los personajes de Chile que nos encanta odiar, los nini que viven a costa de sus padres y son juzgados tanto por nosotros como por la gente más sacrificada de Chile a través del programa. Su resultado es tan catastrófico que ha sido catalogado de tongo y como una falsedad porque a nadie le cabe en la cabeza que exista gente así.
Leo Caprile -conductor del programa- ha tenido que salir en defensa de la producción y el canal, afirmando que las personas que aparecen en este espacio son reales y no –muy malos actores-. Juzgue usted mismo.
Snack para acompañar este programa: una buena cazuela de pollo o un lomo saltado del lugar que tiene que soportar la presencia de un equipo televisivo mientras trabajan.