Puede que suene como una opinión impopular, pero tomando en cuenta estos últimos 8 años, los 5 capítulos de esta temporada merecen un análisis mucho más profundo que el tremendo backlash que ha recibido una de las series más populares del último tiempo.

Es difícil pensar que después de esperar un año completo, la última temporada de GOT esté llegando a su fin. Fue polémico saber que esta despedida sería corta, con 6 capítulos de los cuales solamente dos han estado a la altura de las expectativas de los fans más acérrimos (y de aquellos que se volvieron conversos en poco tiempo).

Sin embargo, ninguna temporada ha sido tan criticada como esta y muchos seguidores apuntan a que estos últimos capítulos arruinaron la serie completamente.

Diversos medios -entre ellos Vice- han sido majaderos con insistir en esta teoría: la página de internet, caracterizada por sus títulos incendiarios, ha publicado una diversidad de artículos donde desacreditan el trabajo de guionistas y actores bajo un ojo que carece de escrutinio crítico más allá de una rabieta.

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Según la página, los personajes del mundo de Westeros solo han demostrado que son erráticos y ninguno ha aprendido nada durante estos 8 años.

BBC también publicó un artículo diciendo que la temporada arruinó los personajes de la Reina de Dragones, Jon Snow y Tyrion, cuando la gracia de GOT siempre ha sido convertirse en una serie impredecible incluso cuando nos desilusionamos por ver nuestras propias teorías caer.

Los fans también sostienen que la serie perdió su brillo cuando dejó de ser una adaptación directa de los libros (recordemos que George R. Martin todavía no publica las últimas dos entregas), y pese a que el creador de los textos trabaja de cerca con los productores de la serie, existe una manía por desacreditar de forma unánime los acontecimientos de esta temporada.

Frente a la aparente desilusión de los fans y los medios de comunicación, es difícil pensar que el último capítulo de la serie pueda llenar las expectativas de la audiencia y crítica, que también ha sido punzante con el desempeño de la producción original de HBO.

El último capítulo, estrenado este domingo ha sido calificado por la página Rotten Tomatoes como el peor evaluado en la historia de su transmisión. Es más, los últimos dos episodios son los únicos con una calificación “podrida” por parte de la decena de críticos que opinan para llegar a una nota parcial.

Pero la única forma de que la fórmula GOT hubiese resultado es viendo nuestras expectativas cumplidas y sabemos que la serie es contraria a esto.

No queríamos que Ned Stark muriese y finalmente murió; no queríamos ver a Cersei en el trono y sin embargo, lo obtuvo; no queríamos que Jamie dejara a Brienne, pero lo hizo.

George R. Martin, el año 2011, fue enfático al anunciar de qué se trataba su saga: “Son historias reales plasmadas en un mundo fantástico, pero la naturaleza humana no cambia bajo ninguna circunstancia”.

El autor nos deja claro que la historia del mundo no es justa, que muchas veces quienes creemos vencedores por el orden natural de las cosas no ganan y que muchas veces los justicieros terminan siendo quienes reprimen.

Es una lección difícil de deglutir, pero es sin duda la más realista.