Hace algunas horas, nos llegó un email bastante especial de un buen amigo de Pousta. Nicolás Orellana es su nombre, y venía firmado literalmente con sangre.
Básicamente, se trata de una crónica contando sus aventuras con Universidad Adolfo Ibáñez, la universidad que hasta ahora ha construído con más empeño un discurso enfocado a “los líderes” y “emprendedores“. Esto es lo que Nico tenía que contar.
Fotografía de Plataforma Arquitectura.
Entrar a la U no es como el comercial de la Tele si lo tuyo es emprender
Estimado amigo desconocido, postulante a la educación superior, soñador y emprendedor: ésta es una historia/opinión súper personal y quería compartirlo con los que están en búsqueda de universidad. Mi experiencia quizás les sirve de algo, porque si me paso a mí, le puede pasar a muchos más.
Todo es color de rosa cuando entras a la u, el 2003 entré a la Universidad Católica de Valparaíso a estudiar Ingeniería Civil Industrial, fue una experiencia increíble, la mitad de mis compañeros estudiaban con crédito y venían de familias de mucho esfuerzo. Muchos se ponían muy tristes cuando perdían ramos por el esfuerzo que hacían sus familias. Pasaron los años y el 2006 me di cuenta que mi camino no era ese y decidí dejar la Universidad. Vi cosas que no me gustaron, básicamente: la arrogancia de los profesores que se creen Dios. Yo no era un súper alumno, me echaba un par de ramos al año, pasaba con 5, y a veces me sacaba arriba de 6 en algunos ramos. Fui ayudante en 2do año y más que genial, estudiaba mucho como todos.
Buscar universidad en Santiago: la burbuja
Fue cuando me fui a vivir a Santiago donde todo se fue al carajo. Decidí volver a la universidad y busqué una que estuviera relacionada al emprendimiento. Vi un montón de comerciales, conversé con muchas personas y siempre había referencias a la Adolfo Ibañez. Un par de semanas después estaba matriculado (y endeudado de por vida con un SUPER Estudio del Santander) y decidido a terminar Civil Industrial en esa universidad. Pero al pasar los meses me di cuenta de mi grave error.
Partamos por lo bueno, la Adolfo es una connotada escuela de negocios, a muchas empresas les encanta trabajar con profesionales de esta casa de estudios, pero lamentablemente es una verdadera burbuja: los chicos de 18 llegan en sus Mazda 3 hasta en Jaguars de los viejos (¿un Corsa? #ahnoqueroto). Llegar en bus de acercamiento… te discriminan de por vida. No voy a criticar el círculo que predomina en esta universidad, porque tengo grandes amigos de ahí. Lo peor no está en los pasillos, sino que en las salas de los Dioses de la Universidad, secretarias ineficientes, profesores arrogantes y sin miedo a patearle el culo a un emprendedor que no conoce a nadie.
El dick in the eye
El 2007 comencé una conferencia para ñoños —wannabe Zucks— llamada Webprendedor, buscábamos juntarnos a hablar de emprendimiento. El 2008 empecé una agencia de publicidad que partió con todo y nos iba reguleque, pero íbamos avanzando, nos dieron algunos premios y todo iba viento en popa. Excepto una cosa: se me estaba haciendo complicado compatibilizar estudios + trabajo, así que decidí congelar. Jamás pensé que sería un problema pero, créanme, lo fue. Y uno grande.
Estuve 2 semanas tratando de congelar, pero la secretaria siempre estaba ocupada, riéndose con algún profesor jote, hasta que un día me aburrí y le dije “¿tiene algo mejor que hacer que reír? Tienes alumnos esperando”. Enojada recibió mi carga de congelamiento y en una semana recibí esta respuesta:
“Estimado Nicolás: Por encargo del Decano de Pregrado, y después de evaluada su solicitud en conjunto con sus antecedentes académicos, informo a usted que ésta ha sido rechazada; se le sugiere formalizar su retiro voluntario”
Yo no entedía nada, simplemente habían rechazado apelando antecedentes académicos, y yo me había echado 2 ramos en todo el 2007. La siguiente carta decía:
“Estimado Nicolás: Por encargo del Decano de Pregrado, informo a usted, que para que se reconsidere su situación académica, debe apelar por medio de una carta formal a la Comisión de Gracia.”
Ahí decidí elevar la solicitud a la famosa comisión de gracia ¿Cómo no me van a aceptar? Pensé ilusamente. La Adolfo Ibáñez es una escuela de negocios. Después de esperar un mes, recibí un rotundo no.
Estimado alumno Nicolás:
Por la presente lamentamos comunicar que la solicitud que Ud. presentara a la Comisión de Gracia ha sido rechazada. En consecuencia, se procederá a hacer efectiva su eliminación como alumno de la Universidad Adolfo Ibáñez a contar de la fecha de notificación de la Resolución correspondiente.
Como es su conocimiento y en atención al exhaustivo análisis de cada caso, lo dispuesto por la Comisión tiene carácter inapelable.
De acuerdo a la normativa que regirá para la admisión del año académico 2008, quienes reingresen por admisión regular, no obstante hayan sido eliminados de la Universidad por causales académicas, no podrán solicitar la convalidación de las asignaturas previamente cursadas o convalidadas en esta Casa de Estudios.
p.p. Comisión de Gracia
Así nomás me eliminaron de la universidad, aunque patalié y reclamé. Y usted querido lector podrá decir qué diablos me importa la vida de este pobre idiota, yo sigo creyendo que este tipo de situaciones hay que contarlas. El discurso de la Adolfo Ibáñez que apoyaba supuestamente el emprendimiento, se fue al carajo. No quisieron que congelara, por lo que perdí 1.7M de pesos. Nunca nadie se acercó ni le importó.
Contacté a varios profesores para pedirles ayuda y éstas fueron algunas de las comprensivas respuestas.
Un académico del centro de emprendimiento de la Adolfo Ibáñez:
“Es triste lo que cuentas, pero la vida del emprendedor es así, a veces recibes golpes duros, inclusive desde lugares muy cercanos. El tema es cómo te paras frente a eso. Al margen de quién sea responsable por lo que te sucedió el tema que debes abordar es ¿en qué crees tú? ¿Crees en el título o crees en ti? A partir de eso puedes priorizar mejor y abordar tu futuro con mayor claridad”.
La raja, me estaba diciendo que una universidad te elimine por emprender es parte de la vida. Parte de emprender, en vez de asumir la culpa de una universidad que no entiende nada.
Otro académico, me tiró otra respuesta pelotuda:
“Lamento mucho tu situación, desconozco las razones, pero sin duda no fue por emprender que te eliminaron, mas bien diría que fue por no cumplir con tus obligaciones académicas. Cuando te embarcaste en emprender debías tener muy claros los costos, de lo contrario estás tomando riesgos a ciegas…. Lo que está muy mal. Conocer, medir y controlar los riesgos es básico.
Encuentro lamentable que uses un locus externo para explicar el fracaso en parte de tu vida, los reglamentos de la universidad son claros, y no tiene nada que ver con ser o no ser emprendedor…. Para mí el ser emprendedor es una forma de ver el mundo y no veo que la forma como tomas éste fracaso te ayude a ser mejor…”
Ésta fue la mejor respuesta: “No conozco tus razones…” y luego da su opinión como si los conociera.
Quería contar esta historia para empujar y evitar que otros estudiantes se compren la pomada que vende la Adolfo Ibañez, la pomada de muchas universidades de fantasía que sólo buscan lucrar.
Algunos buenos casos
Pero no todo es tan malo, la Santa María para mí es una tremenda universidad, de verdad comprometida con el emprendimiento. Tienen un centro de aceleración de negocios llamado 3IE del que, después de más de 4 años en la escena emprendedora, jamás he recibido crítica. No te imaginas la cantidad de buenos proyectos nacidos desde el 3IE. Se las recomiendo 100%.
¿Y la aceleradora de la Adolfo Ibañez Octatis? Cerrada.
El futuro
Dejé la Universidad y seguí mi propio camino. No soy David Karp —y quizás nunca lo seré—, pero estimado postulante, estoy por las mías, soy libre, tengo mi empresa y me las arreglo de lo más bien. No se deje engañar por el discurso chanta de muchas universidades, ahora simplemente pienso una cosa: me quieren sacar plata.
En las calles este año se manifestaron los cabros por un cambio importante: gratuidad en educación entre otros temas, fueron tratados de comunistas y muchos los detestan. Yo los adoro, pusieron sobre la mesa algo que nadie había querido discutir. Destaparon muchos casos, como el de la U. Mayor y sus negocios cruzados mulas.
Pero entonces, ¿para qué sirve la U?
Para aprender a aprender, para vivir la vida universitaria (minas, minos, copete, estudiar hasta la hora del coco, sentirte una mierda, vivir). Pero ese no es el único camino, hay mil opciones más. Hay vida más allá del cartón, más allá de pasar directo a la empresa del tío o a algún ministerio donde tengas amigos (especialmente si eres de la UC), también puedes crecer sin esto. Lo veo a diario con mis amigos “emprendedores”, cabros que sin conocer a nadie hoy se están comiendo el mundo.
¿Y este quién es?
Nicolás, es ex estudiante de Ingeniería civil industrial en la Adolfo, Es el fundador de Webprendedor, serie de conferencias de tecnología+emprendimiento y Welcu, plataforma digital de organización de eventos que levantó inversión conTomorrow Ventures, el fondo de inversión de Eric Schmidt (Ex CEO de Google) y 500startups de Dave McClure. Es uno de los 100 jóvenes líderes del Mercurio (2008) y Emprendedor tecnológico del año según el Diario Financiero (2008).