Una crónica que palpita rojo sangre, que te va apretar los dientes y poner los ojos vidriosos a horas de la última fecha clasificatoria, que tiene a todo un continente con el alma en un hilo.
por Javier Manríquez
Lo que es el fútbol, loco, minuto 83’ y Chile está dentro del mundial, minuto 84’ Chile está afuera del Mundial, minuto 85’ y Arturo que la roba, Arturo, tócala, Gutiérrez, pégale, pégale, ¡no!, ¡Alexis! No te lo puedo creer, no te lo puedo creer, minuto 85’ y Chile está adentro del Mundial otra vez.
Lo que es el fútbol, Colombia, que estaba listo, y ahora no, y Paraguay, que estaba en nada, pero en nada, ahora está adentro, porque le ganó a Chile, porque le ganó a Colombia en Barranquilla y ahora le toca Venezuela en el Defensores del Chaco, y mientras tanto Perú juega con Colombia en Lima, qué partido, qué partido, hace casi 40 años que no van a un mundial los peruanos, llegan a ganar ese partido y desde la sub-14 para arriba todos curados me dijo un amigo ayer y le encontré toda la razón, porque son 34 años sin ver a tu selección en un Mundial, loco, qué locura.
Lo que es el fútbol. ¿Habrá hoy alguien en este continente hermoso y herido que no esté pensando en fútbol? ¿En algún segundo, en algún momento, habrá alguien que no se cuestione todo, alguien que no se debata entre la esperanza, el sinsentido, y el todosentido de este deporte que es rey y que es mendigo, y que no importa nada pero a la vez lo importa tanto?
¿Habrá alguien más fanático que los argentinos? Esos nacen jugando al fútbol, con el manual tatuado en la espalda, esos nacen y son compatriotas de Juan Román Riquelme, de Maradona, y ahí están hoy día, sextos, quedando afuera con Messi en cancha, y tienen que ir a ganar a Ecuador, que no ganan allá desde el 2001, cuando éramos otro planeta, y acá todavía estábamos llorando la muerte de Pelluco, ahí recién ganó Argentina en la altura de Quito.
¿Nos darán una mano, los ecuatorianos, ya eliminados? Humboldt escribió hace más de 200 años que los del Ecuador “son seres raros y únicos: duermen tranquilos en medio de crujientes volcanes, viven pobres en medio de incomparables riquezas y se alegran con música triste”. Y cresta, me da la impresión que en realidad Humboldt estaba hablando también de nosotros, de este pasillo a punto de caerse al mar, como dicen los argentinos, y de esta gente que transita entre la algarabía y la tristeza, la rabia, el amor, el vino, la crítica, el llanto, y la celebración, y entonces se me ocurre que quizás somos pueblos hermanos y que si ganan hoy, de alguna manera clasificamos todos, un solo corazón.
Lo que es el fútbol, dios mío. Tenemos que ir a ganar a Brasil, donde nunca una selección chilena ha ganado en la historia. Tenemos que sacar por lo menos un punto donde tenemos como cinco goles con cueva y en total, para seguir soñando, porque es como si de eso viviéramos, como si en realidad no importara tanto si somos campeones, lo que importa es todavía soñar, porque podríamos serlo, y mientras eso no se derrumbe de eso comemos y con eso nos abrigamos del frío.
Lo que es el fútbol, en este año complejo, en este año de elecciones, en esta década turbulenta, con terremotos, accidentes, injusticias, toda sudamérica pendiente de 90 minutos y 187 combinaciones posibles que dejan a varios millones con el corazón roto y otros tantos con feliz caña y esa felicidad especial y distinta mañana en la mañana, en el trabajo. Y ahí estamos, ahí estamos, estamos ahí mismo, cabros. Con la misma generación que eliminó al campeón del mundo, que fue campeona de América dos veces, dos veces loco, la finalista de la Confederaciones, los perros salvajes, la banda pitillo, los mismos cabros que se hincaban con una mano al pecho y la otra al cielo hace más de diez años, y uno en el colegio hacía lo mismo después de meter un golazo con una caja de leche aplastada.
Lo que es el fútbol. ¿Pesarán más los sueños de algunos? ¿Quién elige qué país clasifica, qué pueblo tiene permitido la fiesta y cuál la decepción? ¿Existirá la justicia en el fútbol, en la vida?
Quizás no exista la justicia y haya que ir a buscarla, y hoy día depende de ellos, jóvenes, exitosos, atletas, millonarios de origen humilde, depende del alma de Chile, de cabros sin tanta educación que partieron de más atrás y hoy día están más adelante. Qué Continente por la cresta, lleno de corruptos, vivos, pincharatas, maletines misteriosos y palos injustos, lleno de esperanza, y música, y colores, sueños, no nos quiten los sueños que de eso se trata todo, al final, nido de animales hambrientos, cuna del talento mundial, todos contra todos, qué eliminatoria madre de mi vida, cómo fue que le ganamos a Brasil y perdemos con Bolivia, y le ganamos los dos a Perú, y Perú le gana los dos a Paraguay y Paraguay nos gana los dos a nosotros, pueblo de esfuerzo, fanáticos a nuestra manera, épica sucia de la cancha de barrio, fiesta interminable, borrachera oscura, llanto de curado, de amor, desamor, neoliberalismo, y gloria, patria, matria, puta que hemos gritado, puta que hemos llorado, y qué felices que hemos sido mirando una pelota correr.
Lo que es el fútbol, dios mío.
Pase lo que pase, gracias Chile, y ¡Vamos Chile todavía, la concha de tu madre!