por Colectivo “Sin justicia no hay paz”.
La noche del viernes 27 de diciembre, en las cercanías de la Plaza de la Dignidad, el mismo día en que se quemó el Centro de Arte Alameda presuntamente por una bomba lacrimógena, un grupo de manifestantes comenzó a escapar de un carro lanza-aguas de las FFEE de Carabineros.
Entre ellos estaba Mauricio Fredes, quién cayó a una fosa de 1,80 metros de profundidad que contenía agua y cables energizados. Llegó a la ex Posta Central sin signos vitales. Dos días después el Servicio Médico Legal confirmó que Mauricio murió por asfixia por sumersión tras caer en la fosa eléctrica, la que se encontraba sin su cubierta protectora de concreto.
Este es el testimonio de Víctor Albornoz, quién junto a la familia de Fredes, piden justicia.