Víctor Chanfreau, recién egresado de IV medio del liceo Manuel de Salas, vocero de la región metropolitana y nacional de la ACES, es uno de los jovenes que movilizó la efectiva funa a la PSU 2020. Con 18 años recién cumplidos, encaró a autoridades y cuestionó el segregador sistema por el cual se postula a una educación superior.
La arrojada movida al parecer no estará exenta de consecuencias. El Gobierno se le fue encima con denuncias y querellas y hasta invocando la Ley de Seguridad del Estado.
Victor respondió así vía Twitter, adjuntando una foto de su abuelo detenido desaparecido: “Cuando me tocó asumir la vocería tenía un objetivo, acabar con injusticias que vienen hace más de 40 años. Él es mi abuelo por el que se me ha insultado, detenido desaparecido y aún buscamos justicia. La querella del gobierno no nos asusta, #NoMasPSU no es violencia sino justicia”.
¿Quién es Víctor Chanfreau? Un joven simple y sencillo, le gusta moverse en bicicleta. Viene de una familia ligada directamente a la herida abierta más profunda de nuestro país. Su abuelo materno, Alfonso Chanfreau, fue militante del MIR. Fue detenido y desaparecido en 1974 por agentes de la dictadura marcando de por vida la historia de su familia.
Es por eso que Víctor usa el apellido de su madre primero en vez del paterno Harambour.
Sobre cómo se llegó a lo que se llegó. Miles de estudiantes sin dar la PSU, la versión de Historia suspendida, el Cruch admitiendo que probablemente este sea el último año que se haga la Prueba de Selección Universitaria como la conocemos actualmente y una confusión total respecto a qué va pasar con el proceso 2020, Víctor nos comentó:
“Nosotros le enviamos un mensaje a el DEMRE que avisaba que si no corrían la PSU, nos movilizaríamos. Hasta que buscáramos un método de emergencia respecto a la postulación a la educación superior, seguiríamos con nuestra meta”.
Tal como ya se comunicó a nivel nacional, se logró la funa a la PSU. Para algunos una derrota y destrucción, para estos jóvenes estudiantes, un triunfo ante el sistema. Después de un punto de prensa, en el cual hablaron distintas organizaciones sociales, Victor se sienta con un vaso de agua y su cortavientos negro a conversar. Con cansancio en su rostro que evidencia los días de enfrentamientos en establecimientos y también una agenda llena de reuniones. Recordemos, Víctor tiene 18 años recién cumplidos.
La gente se despide de Victor, lo quieren. Muy dispuesto habla con toda persona que se le acerque. En la junta de vecinos de la Villa Olímpica, se siente el calor de enero. Pero Víctor permanece inmune, con su cortavientos del PSG cerrado hasta arriba.
Una de las primeras cosas que comenta, es sobre la labor en su organización. “Tengo claro que esto es el camino que elegí hace años. Desde abril del 2016 que participo en la ACES. El cambio ha sido brígido. En ese entonces era mucho más bajo, muy bajo. Aún no me pegaba el estirón, entonces fue crecer de manera física, personal y política con la ACES. Ha sido un proceso muy bonito, es acá donde quiero estar. Aunque sé que no me quedan tantos años”.
¿Qué te dicen tus papás?
Yo vengo de familia que tuvo un detenido desaparecido, mi abuelo no apareció desde el 74. Él era del MIR. Siempre ha estado la política ahí presente.
Cuando me empecé a organizar, estaba alucinando con el mundo de la política. ¿Por qué no me metí antes? Si hubiese podido, estaría marchando desde los 5 años. Pero también entendí que hay que respetar los procesos. Hay que educarse y entenderse, sobre todo las apreciaciones personales.
Al ser responsable públicamente, también hay costos.
Si, este año salí de IV, contra todo pronóstico salí con 6,4. Nadie se lo esperaba. Me gusta mucho andar en bici, quizás jugar a la pelota en los recreos. Aunque desde que empezaron las amenazas, dejé de moverme en bicicleta. Las y los cabros me cuidan caleta.
¿Te acompleja?
De repente me dan mis arranques, onda por favor déjenme andar en bicicleta. Pero entiendo que la seguridad va primero, sobretodo porque no se sabe qué te pueden hacer los grupos fascistas. Bueno, en este último proceso, grupos de ultraderecha han querido atacarnos. Me han sacado en cara mi abuelo, amenazándome de que me va a pasar lo mismo. Justamente por esto dejé de moverme en bici, un atropello o choque, se puede hacer pasar muy fácil como un accidente vial. Ya durante el verano, quiero retomar mi vida normal, pero siempre con cuidado. Disfrutar de mi familia también.
¿Alguna vez tuviste algún problema de seguridad?
Ahora no. Pero cuando tenía 16 años, el 2018, me detuvieron afuera de la Dirección General de Carabineros. Ahí estuve 4 horas desaparecido. No tenía hora, me quitaron el celular y nadie sabía nada al respecto, menos donde estaba. Carabineros me hizo creer que todo estaba normal. Me mantuvieron en el retén, para darme vueltas por Santiago. “No tenemos donde hacer constatación de lesiones”, me decía.
Nosotros somos parte del pueblo y sus demandas, no líderes
¿Te dolió no entrar a la U?
No, porque uno debe entender que hay que hacer sacrificios, para que sigamos luchando y organizándonos. Además me parece inaceptable que si iba a estar en la vocería, no estuviera dispuesto a hacer lo que corresponde, que es dar cara.
Yo igual he visto el tema de la educación con un poco libertad de acción. Tengo la beca Valech y mis papás son profes, entonces me gustaría optar por ese beneficio a mi y dejarle la otra beca (Valech) a mi hermanito.
¿Cómo es tu relación con Ayelén Salgado (también vocera ACES)?
Nos conocimos el 2018 y tenemos una muy buena relación. Construimos juntos, hemos estado en distintas pegas y éramos amigos sin que nos conociéramos tanto. Después en abril, con la vocería fue bacán la amistad que se forjó. También por los procesos personales que implica, los tiempos que requiere, y siempre ha sido así. Los ex-voceros también siempre están muy dispuestos a ayudar. Al final nos cuidamos entre todos.
¿Cómo fueron los portazos previos a la movilización?
Nosotros le enviamos un mensaje a el DEMRE que avisaba que si no corrían la PSU, nos movilizaríamos. Hasta que buscáramos un método de emergencia respecto a la postulación a la educación superior, seguiríamos con nuestra meta. El 2 de enero fue justo cuando le cerramos el plazo al DEMRE para que nos respondan. Tuvimos un punto de prensa que nos movilizaríamos lunes y martes.
Realizamos asambleas para organizar nuestra forma de actuar. La gracia de estas instancias eran para lograr organizarnos. Por ejemplo, yo estaba con 30 cabros del Colegio República de Siria, Ñuñoa. Ellos me ubicaban a mi por la vocería. Lo que más me acuerdo es que decían que estábamos todos juntos en esta, a pesar de que puedan existir diferencias con la ACES. El Siria fue el punto más mediatizado respecto a la cancelación de la PSU
¿Nunca se juntaron con el DEMRE o el CRUCH
Nosotros hace mucho tiempo, generación tras generación, hemos descartado que la primera opción sea hablar con las autoridades. Porque se repite lo que se dio ahora. Una vez más quedó demostrado que las autoridades no responden a menos que sea con movilización. Antes del 18 de octubre, a los secundarios sólo nos estaban criminalizando y como evadimos la cantidad de metros y se generó esta movilización popular, fue cuando realmente escucharon al pueblo y sus demandas. Nosotros somos parte de eso, no líderes. Nuestro rol está con los territorios.
¿Cómo viste el quiebre con el Frente Amplio?
Respecto al tema de la PSU, declararon que no es la forma. Para nosotros esto es inaceptable y contradictorio. Demuestra que se vieron obligados a apoyar a un sector que no les gusta respecto a cómo nos movilizamos. Cuestionaron nuestras formas de actuar, tomas y barricadas en los establecimientos. En los días de la PSU, se demostró que esta es la única forma que hay para movilizarse, organizarse y obtener una respuesta. La gracia del movimiento secundario es la asamblea auto-convocada. Los secundarios no son la Aces ni la Aces son todos los secundarios. Somos estudiantes qué nos organizamos a nivel nacional, que hemos tenido aciertos y también bastantes errores.
¿Hacía donde crees que va el movimiento social?
La política debe seguir a cómo logró estar después del estallido social. En los territorios, en la organización social y en la gente común. Yo no creo verdaderamente en lo que hagan las instituciones, o que las discusiones que se dan en el Congreso y Moneda sean verdaderamente políticas, ya que es un show mediático mientras que los empresarios están viendo qué hacer. Justamente por esto, nuestra crítica va a todos los sectores de izquierda que van a estas instituciones, porque ya estando ahí protegen y blindan los intereses de los poderosos. Esa es nuestra crítica histórica.
Nuestra idea es cambiarlo todo, pero no desde una visión vanguardista, sino que desde el construir con los territorios. Y desde ahí encontrar un real poder que será una alternativa a las instituciones que existen, que le arrebatará el control de nuestras vidas a los poderosos y volverán a ser realmente nuestras.