La obsesión por los brazos de Popeye y el “pecho de gorila” se ha tomado TikTok, haciendo que cientos de jóvenes desarrollen problemas de autoestima corporal y sentimientos de ansiedad por nunca tener un cuerpo lo suficientemente tonificado. Especialistas advierten sobre este fenómeno -en aumento gracias a la pandemia- muy estudiado en población femenina, pero no lo suficiente en el género masculino.
“Quieren ser como yo, alguien que ha aumentado su musculatura en la adolescencia”, dice Bobby, un estudiante de 16 años proveniente de Long Island que cuenta con más de 400.000 seguidores en TikTok.
Hace algunos meses, el adolescente comenzó a ver videos de fisicoculturistas para esculpir su cuerpo y se convirtió en todo un rito digital. Hoy, es parte de su rutina asistir al gimnasio hasta seis veces por semana y consumir waffles, batidos de oreo, o repetirse -de vez en cuando- hasta ocho veces los platos de arroz con pollo en la escuela, todo para obtener las proteínas necesarias que le permitan aumentar su masa muscular.
Según cuenta su padre a The New York Times, Bobby comenzó a hacer videos y los primeros meses ni su familia sabía lo que estaba haciendo y por qué. “En realidad no habla mucho de lo que hace en sus videos, pero sé que se toma su tiempo con ellos para asegurarse de que sean perfectos”, relata.
Él es parte de un fenómeno cada vez más común: la adoración de los músculos en cuerpos masculinos en diferentes redes sociales. Una práctica cada vez más masificada que, según médicos y especialistas, puede tener efectos nocivos en la autoestima de los hombres jóvenes.
Y si bien ha aumentado la concientización respecto a las consecuencias que pueden traer las obsesiones por abdómenes perfectos o rostros envidiables en mujeres -tras la filtración de una investigación interna que hizo Facebook al respecto-, la atención se ha centrado en el género femenino, dejando atrás lo que puede suceder con los hombres.
“La mayoría de los estudios sobre el tema de la satisfacción corporal y las redes sociales se realizan pensando en la población femenina, lo cual, por supuesto, es bastante comprensible (…) Casi nada de lo que hay se enfoca en los hombres”, señaló Thomas Gültzow, académico de salud pública de la Universidad de Maastricht en Países Bajos.
Esta obsesión por los cuerpos perfectos a ese nivel de intensidad, psiquiatras la han llamado “vigorexia”: un trastorno muscular que se da principalmente en el género masculino, provocada exceso de levantamiento de pesas, ingesta de alimentos para reducir peso y aumentar musculatura, mezclado con inquietudes por no sentirse lo suficientemente tonificados.
“Siento que estoy tratando de ser algún personaje solo para obtener más vistas, en vez de convertirme en la persona que quiero ser”, cuenta Elliot (17), un joven que hace desde hace dos años publica videos de entrenamiento en su cuenta de TikTok con el hashtag #TeenBodyBuilding (fisicoculturismo adolescente).
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Jason Nagata, un pediatra especializado en medicina adolescente de la Universidad de California explica que “la pandemia creó una tormenta perfecta para los trastornos alimentarios con la combinación de aislamiento social, interrupción de las rutinas normales y temporadas deportivas, y estar constantemente frente a las cámaras a través de las redes sociales o videoconferencias”.
De hecho, el año pasado una investigación sobre trastornos alimenticios en hombres jóvenes publicada en the journal of Adolescent Health arrojó que al 25% de los participantes entre 16 y 25 años les preocupaba no tener suficiente musculatura. Asimismo, el 11% dijo que había consumido como creatina o esteroides anabólicos para esculpir sus cuerpos.
Incluso, expertos en salud han tenido que advertir de los efectos nocivos que tienen la ingesta de estos productos, después que un trend en TikTok instara a los usuarios a consumir proteína en polvo sin mezclarla con agua. Veya Seekis, una profesora de psicología en la Universidad de Griffith en Australia que lleva tres años recolectando datos sobre hábitos de hombres adolescentes en plataformas sociales, sostiene que “las redes sociales son el lugar donde los jóvenes se someten a que los demás juzguen su apariencia”.
Uno de sus principales hallazgos ha sido que la acción de ver imágenes de físicos estereotipados está directamente relacionada con un decaimiento en la estima corporal y el deseo de aumentar masa muscular en los jóvenes. Y no solo es un problema que ataca en la intimidad, porque también quienes sufren este trastorno, se quejan de sentirse aislados y ansiosos.
Edwin (22), un obrero canadiense con cuerpo de futbolista americano que tiene más de 12.000 seguidores en su cuenta Big Boy Yonny de TikTok, cuenta que las redes sociales y la presión por mantener su cuerpo “se apoderaron completamente” de su vida.
“Hay tantos momentos memorables que me he perdido por estar en el gimnasio. Básicamente no salgo de casa más que para hacer compras, ir al trabajo e ir al gimnasio (…) Si no existieran las redes sociales o internet, probablemente ni siquiera me preocuparía por mi físico, para ser sincero”, concluye.