Datos cronológicos sobre cómo el conservadurismo lleva 15 años boicoteando todas las campañas de prevención y educación y hoy nos tienen entre los 10 países del mundo con mayor aumento de infectados.
La problemática del VIH en Chile escaló de forma tan estrepitosa en los últimos años que las cifras de incidencia y transmisión son más altas incluso, que las presentadas en África (continente históricamente afectado por la pandemia).
Los casos han aumentado en un 96% y los expertos reconocen el fracaso gubernamental para frenar la situación a tiempo.
“El VIH Sida está totalmente fuera de control en Chile y que como país hemos tocado fondo” aseguró el inmunólogo Alejandro Afani en entrevista con Biobiochile.
También mostró preocupación por las cerca de 40 mil personas que desconocen su condición de portadores con proyecciones que incluso alcanzan los 100 mil individuos.
Como si fuera poco y en medio de la urgencia que precisa el tema, la jefa del Departamento de VIH/sida, Ana María San Martín, presentó su renuncia al cargo este mes mediante razones que se desconocen aunque apuntan a la poca rapidez que tuvo la encargada para implementar medidas paliativas y de prevención a tiempo.
Las razones para que el país llegase a estas cifras alarmantes -donde la mayoría de los afectados corresponden a personas de entre 19 y 25 años- varían, pero no podemos pasar por alto las décadas en las que el conservadurismo en Chile se opuso a las campañas de prevención y educación sexual que se han intentado impartir de forma transversal a la población. Los resultados frente a esta censura son nefastos y han llevado a que nuestro país enfrente condiciones epidémicas de VIH.
Tan solo a mediados de este año, el Minsal confirmó 3 mil nuevos casos de la enfermedad y se espera que la cifra -en el mejor panorama posible- llegue hasta más de 7 mil personas.
Mientras países como Colombia, El Salvador, Nicaragua y Uruguay disminuyeron los casos en más de 20% entre 2010 y 2016, Chile, en el mismo período aumentó 34% según consignó un reporte de La Tercera.
Acá te contamos sobre los hechos de forma cronológica:
La iglesia católica de Chile, específicamente el sacerdote Fernando Chomalí (también doctor en Bioética) se manifestó en contra de la compaña publicitaria de prevención del VIH el año 2003 por incluir a homosexuales y otras prácticas consideradas por el gremio como “hedonistas”. Finalmente, ni Canal 13, UCTV y Megavisión transmitieron la campaña.
El año 2004 la Unión Demócrata Independiente (UDI) criticó que el diario La Nación entregase condones de forma gratuita.
“El gobierno, la Concertación y algunos medios de comunicación están muy preocupados de entregar información sobre el tema y finalmente, lo que se logra con todo es manosear el tema” dijo Iván Moreira criticando que no hubiese opciones de prevención “valóricas y religiosas”.
3 años después, la campaña con el slogan “Yo decido y me cuido siempre” diseñada por el Ministerio de Salud en conjunto con las organizaciones Vivo Positivo y Asosida, vivió la misma censura tanto como por los canales de televisión mencionados como por la iglesia. La razón: en la campaña se promovía el uso del condón.
El 2010 luego del terremoto del 27 de febrero, la ONU entregó kits de emergencia para los damnificados. Un texto gubernamental criticó el actuar de Jaqueline Van Rysselberghe quien confiscó los condones dentro de los paquetes (ella era intendenta de Concepción en aquella época, la zona más afectada por el sismo).
Ese mismo año durante el primer periodo presidencial de Sebastián Piñera, se presentó la peor campaña de prevención según Vivo Positivo con el eslogan: “Morir de viejo es más divertido que morir de sida”. En el sport, se puede ver a una pareja de ancianos muriendo de un infarto junto a risas grabadas…
Al año siguiente, el MINSAL preparó una iniciativa donde se pretendía regalar condones en los colegios. La situación fue criticada por Manuel José Ossandón, alcalde de Puente Alto (la comuna de mayor población en Chile) argumentando que los responsables de la educación sexual de los niños y jóvenes corresponde a los padres.
El rechazo se replicó en Providencia, con Cristián Labbé arremetiendo contra la iniciativa. “El problema de fondo es la afectividad y la formación de los jóvenes, lo importante es la formación valórica, la integración de la familia”, señaló.
El año 2012 el ministro de Salud del gabinete de Sebastián Piñera, Jaime Mañalich, intentó facultar mediante un decreto que los doctores pudiesen notificar a las parejas de las personas seropositivas sobre la condición de su carga viral.
El año 2015 los diputados UDI y de Renovación Nacional se abstuvieron de entregar condones femeninos de forma gratuita.
Al año siguiente, el actual alcalde de Santiago Felipe Alessandri, rechazó la iniciativa de entregar el libro “100 preguntas de Sexualidad Adolescente” calificándolo como “incitador”. Manuel José Ossandón también se sumó a la irresponsable idea.
Sin embargo y pese a la responsabilidad – o falta de ella- por parte de este sector político, la activista por la causa y autora del libro “Yo tengo VIH”, Carolina del Real, asegura que la falta de ejecución respecto a políticas de prevención y contención para la enfermedad, corresponde a una negligencia transversal de todos los sectores que conforman o han conformado el gobierno.
“El alza viene desde el 2010 por lo que todo tipo de vacíos y negligencia es básicamente de todos, independiente del color político”, asegura.
“Insisto en la importancia de la educación sexual integral. En la información fluida de dónde y cómo se pueden realizar el test especialmente los más jóvenes, acercar el examen a la ciudadanía sin burocracia, campañas de prevención bien logradas y perseverantes, información relevante sobre qué es el VIH, talleres de capacitación para los profesores, conversatorios dirigidos a los padres, el reforzamiento de la urgencia de utilizar el preservativo y por supuesto la distribución de los preservativos libre de burocracia para quién no puede comprar” responde frente a una real política preventiva frente al tema.
“Es también importante que la ciudadanía entienda que la prevención depende de cada uno, no podemos desconocer el hecho de que muchos deciden no utilizar el preservativo a pesar de contar con la información. La prevención es también una responsabilidad civil”.