El gobierno chino consideró a Winnie the Pooh una amenaza por su asombroso parecido al presidente Xi Jinping.
Tanto Winnie the pooh como Sheldon Cooper son considerados grandes agentes de cambios en una de las sociedades más estrictas del mundo políticamente hablando.
El domingo por la noche durante la transmisión de Tolerancia Cero, José Antonio Kast aseguró que de llegar a ser presidente no cortaría relaciones con China debido a que el país muestra signos de democratización a diferencia de Cuba y Venezuela.
Sin embargo, el hecho de que un dibujo infantil fuese prohibido es un signo que nos recuerda las restricciones graves a las que está sujeta su población –la más numerosa del mundo- y por razones absurdas ¿Qué daño le hace a una de las sociedades más complejas la imagen de un oso amarillo adicto a la miel?
Resulta que el partido comunista de China censuró por completo la imagen de Wininie the Pooh en internet para frenar las comparaciones de la caricatura con el presidente en ejercicio Xi Jinping.
El inicio de la batalla se remonta al año 2013 cuando Barack Obama y el presidente asiático se reunieron en una visita oficial creando una inusual ola de memes en un país cuya conexión se ve restringida por la censura, y esta semana se prohibió por completo el uso de Winnie the Pooh en Sina Weibo –el equivalente a Twitter en el país- así como cualquier video que replique su imagen en medios de comunicación tradicionales.
Nos cuesta ver con ojos occidentales que una imagen tan inocente pueda ser censurada y contenida en un universo tan amplio como internet, pero desde que la clase media en China logró costear su conexión a inicios del siglo XXI, la censura ha sido implacable para mantener intactos los ideales del partido comunista por sobre el pensamiento occidental.
Por esta razón casi todas las redes sociales que ocupamos a diario y con total libertad, en China se encuentran prohibidas. Tal es el caso de Facebook, Instagram, Snapchat y Pinterest.
Vale recordar también la política vigente desde 1970 que prohibía a las mujeres chinas tener más de un hijo y que fue cambiada el año 2016 ante los embarazos selectivos donde se privilegiaba a los varones por sobre las niñas generando importantes e irreversibles cambios en las tasas demográficas de la nación.
En el campo audiovisual, quienes regulan la censura en China permiten un máximo de 34 producciones extranjeras al año. Un caso conocido fue el de Avatar, proyectada en salas 3D que cuentan con menor disponibilidad para lograr disuadir a los espectadores de ver la cinta que presenta una crítica ecológica y que complica a las autoridades locales.
Otro caso fue el del director taiwanés Ang Lee, que ganó el Oscar el año 2005 y si bien fue felicitado por la prensa China, su película Secreto en la Montaña nunca fue exhibida al público por razones “obvias”.
Respecto a las series, The Big Bang Theory conoció la censura el año 2014 luego de que la Administración China de prensa catalogara la producción como “culpable de inducir a los jóvenes a creencias supersticiosas con tendencia al culto” dejando perplejos a los fans asiáticos que no veían nada de malo en su contenido.
En cuento a figuras específicas del espectáculo Brad Pitt tuvo prohibido el ingreso a la nación durante 20 años luego de protagonizar la película de corte político “7 años en el Tíbet”. La situación cambió el año pasado cuando visitó Shanghái ante el mayor hermetismo posible y sin poder contestar preguntas de la prensa, limitándose a sacarse fotos con algunos fans.
La lista también incluye a obviedades como libros específicos que puedan incidir en la forma de pensar de la población que nunca ha acudido a las urnas para elegir un presidente, música y series de streaming, hasta ridiculeces como representaciones de la flor de jazmín, símbolo usado durante la lucha por la democracia en Túnez.
Lo gracioso es que un gobierno que ha sobrevivido a revoluciones con coyunturas históricas vea en un meme de Winnie The Pooh la principal amenaza hacia la hegemonía del Partido Comunista y en la comparación inocente de este dibujo con la figura de su presidente, un alzamiento en contra del sistema. Punto para internet.