Como un flashback noventero, las chicas 1,2,3: Marcela Brane, Natalia Schreiber y Angela, volvieron a nuestras retinas: “Nos dio cosa volver a usar los shorcitos y los petitos tan cortitos”, cuentan.
Directo a la nostalgia y a la memoria emotiva de cientos de chilenos llegó WOM con su nueva campaña de portabilidad, en un movimiento que solo puede ser catalogado como genial: revieron a las clásicas chicas 123, de Entel y a los ositos 188, de CTC (Telefónica, hoy Movistar).
Marcela Brane, Natalia Schreiber y Ángela Prieto pasaron a los anales de la publicidad chilena en 2003, cuando protagonizaron el spot que clavó para siempre en nuestras cabezas el carrier de la empresa de telefonía. Vestidas todas con un peto, un short apretado en azul metálico, cada una con su respectivo número en la camiseta, y botas blancas. Con cada sonrisa hay un 1-2-3, con la cámara enfocándolas de todos lados y una canción tan pegote como “Despacito” en 2017.
En 14 años las cosas cambian mucho, como las vidas personales de las modelos que siguieron carrera en el rubro de la televisión. Las chicas n# 1 y #2, Marcela Brane y Natalia Schreiber, trabajaron como lectoras de “El Tiempo” en Chilevisión. La hermana de María José Prieto, Ángela Prieto, fue la chica #3, siguió en el modelaje, además de estudiar teatro. Al momento de la grabación del primer comercial solo Marcela era madre y hoy todas tienen familia.
El haber tenido hijos y el inminente paso del tiempo atemorizó a las chicas para realizar este nuevo comercial. “Fue un desafío no menor ponernos esos hot pants y esos petos y tratar de vernos más o menos dignas, como hace 14 años. Al principio estábamos las tres un poco aterradas con ese tema, yo voy al gimnasio, me preocupo, me mantengo, pero los años son los años, ahora siento que me he mantenido bien. Hace mucho tiempo que no hacía algo con tan poca ropa y quedé súper conforme con el resultado”, dijo Ángela a Las Últimas Noticias.
Marcela también pensó algo similar: “De todo el comercial lo único que nos dio cosa fue volver a usar los shorcitos y los petitos tan cortitos a esta edad. Tenía que ser con la misma ropa. Cuando lo conversamos no tuvimos reparos, pero nos fueron pasando las tenidas de una y después decíamos chicas, en qué nos metimos, más encima ya firmamos el contrato, porque nos veíamos medias piluchas, pensábamos en nuestras hijas (…)Pero después dijimos, saben qué más, no estamos tan mal, vamos nomás. Ya entramos en el baile, bailemos”.
Este miedo era completamente compartido incluso por Natalia Schreiber, quien hoy es asesora de imagen: “Nos habían dicho que la idea era hacer la ropa igual, pero nunca creímos que sería realmente igual, el mismo shorcito y el mismo peto. Fue shockeante en los primeros minutos, cuando nos los pusimos. Marcela me decía me quiero ir, pero después vimos las fotos y no nos veíamos tan mal, estábamos exagerando”.
El comercial, como dice la aclaración del final del video, hecho con la misma música que el original de Entel e incluso los mismos pasos, con el coreógrafo original incluido. “Costó un poco, pero salió y nos matamos de la risa. La nueva canción tampoco fue nada fácil porque se nos salía la letra de la antigua”, comentó Natalia.
Bonus track:
Es de esperar que este nuevo spot genera una sabrosa respuesta de parte de Entel, como ya ha ocurrido antes:
@entel Entonces proyéctate este videíto https://t.co/Rla17cde7K
— womchile (@womchile) October 19, 2017