¿Una forma válida de protesta o un síntoma de un sistema a punto de estallar? Juzgue usted.
Cuando quisimos hablar en Pousta el tema de las elecciones municipales, la verdad es que los ánimos se caldearon.
Combos iban y venían entre quienes creen que el voto es un pasaporte a la opinión, y que no hacerlo implica tener que autocensurarte, y por otro lado los que no votan porque no creen que el sistema sea el correcto, no logramos ponernos de acuerdo en un enfoque; pero el comentario que en verdad sacó ronchas fue uno que decía así como “la paja de que la gente no vote, es que reafirma la idea de que los de derecha son responsables y que el resto somos una mierda”.
La paja de que la gente no vote, es que reafirma la idea de que los de derecha son responsables y que el resto somos una mierda.
Ya cuando la cosa se puso insultante (palabras iban, palabras venían), decidimos preguntarles a nuestros pares, gente que desde diversos ámbitos de la influencia, no se acercaron a las urnas por desinterés, protesta o asuntos logísticos. Esto fue lo que nos contaron.
Patricio Pérez, editor del portal de música La Rata
“Yo no pude ir a votar porque mi registro está en La Serena y no hice la transacción para cambiarme. Me arrepiento, pero tengo una dualidad: me gusta que la gente vote, todos teníamos el poder de haber sacado a los hueones que uno no quiere tener. Pero hay casos de comunas donde no hay elección: o te roban en salud o te roban en educación (por ejemplo). En el caso de mi región, yo al menos tenía un candidato fijo; he tenido cercanía con el alcalde actual y he visto una buena gestión, iba a votar por él. En Santiago estoy recién conociendo, siento que la Tohá hizo una pésima gestión, pero el que llegó está decidiendo cosas terribles. Es una explosión de dudas. La gente aún no despierta para que en la próxima elección digan: ‘ya, voy a votar’. Pero pasa por la generación que viene, traen la conciencia y lo he visto así, los niños tienen muy incorporado eso”.
Rucitama, música y locutora del programa Famosa Feminista Local
“Yo no fui a votar porque el voto es mío, el poto también. Yo elijo si voto o no, si anulo o no. El voto y mi poto, misma cosa, yo elijo qué hacer con él. No voté porque no sirve de nada, y rechazo la superioridad moral de los votantes. Sucede que las elecciones hoy no dicen nada, la lógica que obedecen es una lógica donde unas personas son mejores que otras y unas mandan sobre otras, y yo no quiero eso, yo quiero poder ser libre, y que el valor de la libertad no sea monetario o académico porque todas las personas merecemos ser libres sin que nos condicionen con nada. Antes pensaba que, dada la historia del voto como una conquista primero de los hombres pobres y después de las mujeres (porque la democracia, cuando la inventaron era sólo para los ricos, en un mundo con esclavos que obviamente no votaban), era necesario votar; yo me inscribí para las primeras elecciones en las que pude votar, pero estoy aburrido de premios de consuelo o de conformarme con victorias simbólicas. Alejandra González, la primera concejala trans de Latinoamérica – electa en Lampa hace un par de periódos municipales atrás (que en estas elecciones perdió) -, tuvo que enfrentarse a la transfobia de la misma alcaldía en la que trabajaba. Esa no es una democracia que sirva para todos y todas, si queda sólo una persona afuera, es una democracia que no sirve de nada.
Karen Vergara, encargada de comunicaciones en el Laboratorio de Estudios de Internet y Telecomunicaciones de NIC Chile, NICLabs
“Cuando hice los trámites para venir a vivir a Santiago (vivía en Concepción), no me cambié. Igual fue una irresponsabilidad mía, porque pensé que el Servel iba a abrir otro espacio para hacer cambios en el lugar de votación. La verdad, lamento mucho no haber votado. Igual siento culpa, sobre todo por cómo quedó todo después. Tiene que ver también con una irresponsabilidad del Servel, porque hay mucha gente que descubrió que votaba en lugares donde nunca había estado. Creo que no votar es una decisión válida, no me parece cuando la gente critica que por no votar no se merecen opinar. Es un síntoma de que nadie los representa: en Valparaíso se dio el voto a Sharp, fue algo que nadie se esperaba, pero no todas las comunas tenían la opción de que los representaran así. Hay un activismo en redes sociales que no se representa en el voto, eso también propició que hubiera una baja cantidad de votos. He visto a la derecha sobándose las manos, pero si tomamos en cuenta la cantidad de gente que votó, es mínima, el tema es que la política se está cayendo a pedazos“.