Zoológico no despedirá a cuidador que boxeó a canguro para salvar a su perro

El video, en nuestros registros al menos, está postulando a ser lo más loco del año.

combocanguro

Greig Tonkins está en el ojo del huracán desde que se hiciera viral un video donde el hombre de 34 años y cuidador del Taronga Western Plains Zoo, en Nueva Gales, Australia, le pega un increíble golpe de puño en todo lo que es el hocico a un canguro de dos metros.

El hecho ocurrió en junio de este año pero se hizo conocido esta semana debido a los reclamos de grupos animalistas que exigían el despido del hombre. Sin embargo del lugar dijeron que no iban a hacer caso a los reclamos. Y es que el hecho es tan extraordinario, improbable y confuso, que es muy difícil determinar responsabilidades. Según lo explicado por Tonkins, y que se ve claramente en el video, lo que el hombre hizo fue ir en defensa de su perro que estaba siendo ahorcado por el canguro en una especie de llave.

“El señor Tonkins es un experimentado cuidador y durante sus seis años trabajando con nosotros siempre ha tenido buenas prácticas para con el cuidado de los animales”, explicaron del recinto en un comunicado. “Seguiremos trabajando con él a pesar del incidente”, aseguraron.

Lo otro que es cuestionado por los grupos animalistas es que al momento de ocurrir el incidente, Tonkins se encontraba cazando jabalíes.

Si es que no eres uno de los 8 millones de personas que han visto el impresionante (y por favor perdónenme, pero para mearse de la risa) video. Acá está:

La secuencia es increíble. Un jeep avanza a toda velocidad. Desde el vehículo descubren una escena difícil de digerir. Un canguro tiene atrapado al perro de Tonkins en una llave de judo. Tonkins se acerca decidido. El canguro lo mira desafiante. Tonkins intenta espantarlo. Pero nada. Lo intenta otra vez y el canguro suelta al perro, se para en dos patas y se pone en posición de box, su clásica postura de pelea. Saca pecho, echa los hombros hacia atrás y da saltitos. Pero falla en un punto. No levanta los brazos para protegerse la cara. Esto lo ocupa Tonkins para ponerle un certero derechazo que deja al canguro sumido en la más profunda confusión. Se miran desafiantes un par de segundos y después cada uno se va para su lado.

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