Mariel Villagra o Mariel Mariel camina entre las calles de Santiago recordando el clima en Ciudad de México. El frío, las nubes, el viento, luego el calor y la brisa que entrega una cierta frescura en una ocupada tarde para la artista.
Nos subimos al auto recorriendo los barrios que traen a ella la memoria de una infancia corriendo por la casa de su abuela, encontrando su flow latino con el pasar de las horas.
Las carreras artísticas que fluyen entre Chile y México reciben una influencia que es innegable. Mariel es una de las figuras de la música urbana chilena que ha triunfado en México. Gracias a su “flow latino”, como le llama, su discurso y entrega desde las trincheras del pop ha escrito canciones para Mon Laferte y ha cantado junto a Natalia Lafourcade. El 2016 ganó un premio Pulsar, la historia cambió.
La chilena fue capaz de gritar en su discurso de aceptación, lo que dio un giro en su carrera artística. No sólo por ser condecorada con el galardón de Mejor Artísta de Música Urbana, sino que se reconoció como víctima de acoso sexual. Lo dijo. Frente a cientos de personas. En medio de una ceremonia que no esperaba aquella verdad. ¿Pero cómo estar preparado para escuchar testimonios de acoso sexual?
Tiene tres discos. No me despierten! (2007), grabado bajo el Sello Azul y presentado en Chile. Luego se fue a México, y se asoció con el pop. Allá grabó La música es buena (2011) y Foto pa ti (2015), con el que ganó el premio.
Conversamos con Mariel Mariel sobre sus futuras presentaciones en el país, su vida artística, el amor y aquella situación que hoy se repite de sobremanera en la música nacional. Esto fue lo que nos dijo.
Fuiste una de las primeras en denunciar acoso sexual y volverlo un tema. ¿Qué pasa hoy con las denuncias de acoso sexual? Podemos leer opiniones de figuras políticas enunciando que no pueden hacer nada porque hay que esperar a lo que diga la justicia. ¿Qué opinas tú?
El ejercicio es “mostrar, visibilizar, no callar un tema” que ha estado culturalmente censurado, relegado al secreto, por miedo, porque las víctimas de violencia sabemos que corremos peligro. Además por el trauma que genera vivenciar la violencia y también por la asumida costumbre de la presión social, la careta.
La justicia oficial no dice mucho porque no tiene suficientes criterios que regulen los casos de violencia y agresiones. La justicia ignora.
“Alguna vez me vi en una comisaría en Santiago, con heridas y moretones intentando denunciar a una pareja que me agredió y la denuncia no pasó a mayores porque no tenían ambulancia que me llevara a constatar las lesiones”.
Todo puede ser muy absurdo, un chiste amargo.(…) En esto la justicia de la calle está siendo más coherente y más eficaz. Será un proceso largo hasta que tome forma legal, que se transforme en el discurso ético oficial que nos ampare a todos. Mientras aquí estamos denunciando, validando nuestros cuerpos, dejando claro nuestros límites de respeto y placer, en la mitad del mundo las mujeres son esclavas, tratadas como cosas y en sus vidas no hay atisbos de humanidad. Es horrible.
Se han destapado casos de acosos.
Falta que las figuras de poder cambien, que sean otras, que nos den la oportunidad de respirar y pensar sobre estructuras limpias. Las que existen están podridas.
Considero criminal y repudio rotundamente lo que ha pasado en el Sename, los encubrimientos de acosos sexuales en universidades, colegios y ambientes laborales, las ambigüedades de la justicia en los crímenes de género. Mandaría a todas esas autoridades para la casa, no me representan y tampoco me representa la gente de mi generación que es parte de ese estancamiento.
Ahí me considero afuera, me siento poco chilena, no me alineo con las figuras de poder.
Sigo dando las gracias y ofreciendo mis respetos a cada mujer que publica una denuncia, que se cansa de cargar con un silencio dañino y decide devolverlo a quien lo generó, el mensaje es:
“Esto te corresponde a ti acosador, sin quererlo te ayudé, fui tu víctima, fui cómplice con mi silencio, pero la enfermedad y desviación está en ti y no es mi responsabilidad cargarla, así que te devuelvo este daño, es tuyo. Basta de hacernos cargo de basura ajena”.
¿Qué está pasando con la música urbana latina?
Me encanta que la música latina esté marcando tendencias y que se reconozca el valor de ese exotismo irresistible que tenemos los latinoamericanos.
Yo creo que me he posicionado con una mezcla de dos ingredientes. Actitud y respeto a construir una trayectoria. No estoy en una carrera loca por la fama, me perturba eso, no es lo que busco.
“Me siguen pareciendo sospechosas las escenas musicales construidas solo por hombres”.
Vamos llegando al 2020 y me cuesta entenderlo. Los carretes-negocios entre ellos, sus tocatas-eventos con la presencia femenina en la función de ser público o fan o polola con cara de circunstancia, sus festivales con line ups 100% masculinos heteronormados, cerrados, ¡Fome! ¡De weva! ¡Me aburro! veo que muchos no están cachando, no quieren salir de ahí y la contingencia los está obligando, menos mal, algunos que se salven o por lo menos se hagan un par de preguntas, se planteen cambiar.
Creo que en Chile si bien somos pioneros en perreo desde hace años, aún hay resistencia a abrirse a conocer y difundir esta música o de rendirse ante el buen negocio que está siendo artísticamente ser latino en este momento. (…) Yo veo un abanico bastante grande de música que incorpora el dembow, la clave, el 6×8, la sabrosura, la africanidad, pero con estéticas tan diversas como timbres y sonidos existen. Es lo que llamo Flow Latino y creo da para potenciarlo a gran escala.
¿De qué manera los festivales de la música en Chile siguen perpetuando el machismo?
Insistiendo en excluir en un porcentaje casi total la presencia de mujeres artistas en los escenarios. Por poner un ejemplo, en los mas de 50 festivales de verano 2018, que es la temporada fuerte de trabajo a lo largo de todo Chile. Yo hace 10 años elegí irme a vivir a un país más grande y con más oportunidades, donde lo pasé muchísimo mejor todos estos años, porque la realidad para mi en Chile era adversa.
Ahora puedo entender que más que un tema personal, es un tema de género, luego económico y luego histórico, artístico, etc. Lo importante y lo que urge cambiar es que la mayoría del manejo de la mini industria chilena está en manos de hombres. Desde bandas, managers, bookers, productoras, gerentes de marketing y municipios, que están cerrados concentrando la escena y el money entre ellos.
En mis redes sociales estamos publicando y comentando los carteles promocionales de la temporada verano Chile y a mi se me hace evidente el desequilibrio, además de una desmedida exclusión laboral de tantos proyectos impulsados por mujeres que ya cuentan con años de calidad y trayectoria.
Me pregunto en qué están trabajando mis colegas chilenas en esta temporada, porque no las veo en los anuncios y me parece un reflejo bastante patético de lo que se entiende en nuestro país por “música chilena”.
Si esta escena de machos ha existido por herencia, por costumbre, o se ha perpetuado por tradición, si se ha interpretado a ese clima artístico como “nuestra identidad”, esa era ya se acabó, toca evolucionar.
Si bien la reacción espontánea entre las colegas está siendo “hagamos más festivales entre nosotras”, que me parece sin duda un aporte, creo que en paralelo todas las áreas de las grandes producciones chilenas precisan abrirse a la inclusión de mujeres. Que se abra la cancha, que nos tome a todas y todos el tema, porque si este machismo ha sido una herencia, una costumbre por tradición, esa era ya se acabó, toca evolucionar.
Se está terminando en gobierno de Michelle Bachelet, una vez la invitaste a perrear.
Con Michelle Bachelet se crea el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, básico para hacer de nuestras problemáticas un tema oficial y un paso para lograr que el enfoque y lucha de género tenga un lugar en la agenda política. Se promulga el acuerdo de unión civil entre dos personas de diferente o el mismo sexo. También me parece un aporte que exista opción a gratuidad en la educación. La diferencia entre tener o no tener acceso a educación genera consecuencias de vida tremendamente injustas, a mi no me gusta vivir en una sociedad cruel.
Entre las promesas no logradas está el proyecto de un canal cultural de TV abierta, y qué pena porque lo considero necesario. La tele está empobrecida en recursos económicos y de contenido, está en crisis, perdiendo la batalla contra Internet.
En el gobierno de Bachelet hubo muchas batallas, pero en lo concreto tenemos una Ley de Aborto en 3 causales que le ruego a Piñera que no la toque, que nos permita por favor avanzar. Que concentre a su gente en reparar el Sename, el daño sigue vivo ahí.
El perreo es un doble juego entre dar y que te den, es imponerte y saber recibir. Es un baile más, que aunque ahora en ciertos nichos no se pueda creer, en el futuro será parte de la tradición.
“El perreo es reflejo de código sexual, de hasta dónde nos permitimos llegar, si este dancing se queda en la pista y ahí muere, si conlleva o no al besuqueo o finalmente a la cama”.
Creo que eso nos puede pasar con cualquier ritmo, pero este baile parte de la base de que somos latinos, de que nos permitimos y debemos el goce porque nuestra sexualidad está viva. Mucho que aprender de nuestras nuevas colonias residentes en Chile.
Yo le diría a mi generación, a los que tienen 30, que perree hasta lo más abajo que pueda y no lo deje. Que evites copiarle las torpezas a la generación anterior, que no te dejes de divertir y chasconear. Que te acuerdes de dónde vienes, que ahora que estás ganando más lucas revises tus egos y ambiciones, que la calidad de vida no solo es money. Y que te abras a la posibilidad de un nuevo sistema económico, que experimentes objetivos sin plata de por medio. Solo así se logrará y esa genialidad dará vuelta la historia.
¿Qué sigue significando tu viaje a México en la música?
Mantener el puente entre los dos polos latinos a los que pertenezco. Me rindo ante México, me apasiona y libera estar ahí, un país tan grande donde tu vida puede significar nada, donde existe gente de una humildad que te deja sin palabras. México me regala opciones infinitas para todo, me enseña que puedo pertenecerle sin importar de dónde venga.
Ahora estamos en una gira de 1 mes y medio, haciendo 16 fechas en 13 ciudades distintas. Muchas entrevistas, carreteras, paisajes diferentes y comidas deliciosas, el frijol, el maíz y la fruta son la riqueza de México, también el mezcal, bebida de dioses. Un verdadero lujo saborear cada lugar, reconocer el carácter de las audiencias, recibir regalos de gente que te sigue, es muy conmovedor. Estoy compartiendo el escenario con una rapera llamada Hispana y es bacán entrar en contacto con una mujer en México que esté haciendo música afuera del pop, ella va pa’ arriba, le deseo lo mejor.
¿Qué diferencias ves entre la escena musical de méxico y la chilena?
En México es posible que existan los artistas “mainstream” y en Chile no. En Chile un artista es un representante del contexto social, un artista tiene siempre algo que decir, tiene permiso y deber de criticar, y en México no.
Fotos: Mat Mondaca
Maquillaje y pelo: Gabriela Arévalo
Estilismo: Paloma Valencia y Marcial Parraguez