“Tomar agua de la llave es lo mismo que tomar del retrete”, dice el fundador de Live Water, Mukhande Singh.

De acuerdo a sus creadores, el agua cruda proviene de manantiales y vertientes sumamente puras, aunque nada ni nadie asegura que beber de esta agua sea seguro.

Silicon Valley la cultura alimenticia

El área comprendida entre el sur de la bahía de San Francisco y el norte de los Ángeles enorgullece a los estadounidenses. Después de todo la zona del Silicon Valley le entregó al mundo compañías como Apple, Tesla Motors, Twitter y Facebook.

Las universidades -de igual prestigio que las empresas que rodean la zona- causaron una subcultura liberal y muy crítica del sistema implementado por Norteamérica llevando la situación a tal extremo que muchas veces los mismos habitantes de California se tapan los ojos mientras esperan que la nueva moda se termine sin dejar graves consecuencias.

San Francisco –cuna del veganismo, la cultura hippie y homosexual– ha visto nacer las tendencias impuestas por los catalogados padres del antiprogreso culinario que llevan la alimentación sana a niveles talibanes.

Desde un tiempo hasta ahora, el slogan de volver a lo natural se asocia con prácticas extremas que perjudican nuestra salud: primero fue comer comidas crudas, sistema cuya implementación fue apoyada por celebridades como Gwyneth Paltrow que sacó un libro de cocina respecto al tema; luego fue la leche sin pasteurizar y ahora el agua sin tratamiento.

El negocio de las comidas “saludables” provee de 40 billones de dólares en ganancias al mercado estadounidense. Los riesgos no son tomados en cuenta generando brotes de enfermedades técnicamente erradicadas de occidente y que provocan brotes epidémicos en África y países de Asia.

Existen reportes incluso de gente que ha pagado más de 60 dólares por una copa de agua sin tratamiento en Nueva York.

Los primeros días del año se llevaron las esperanzas de una sociedad comprometida con no repetir ciertas tendencias catalogadas como estúpidas por la lógica y el sentido común. El panorama suena drástico, pero si tomamos en cuenta las decenas de personas que resultaron intoxicadas por comer detergente tras ser persuadidas por memes en Twitter, no podemos sino hacer un mea culpa de lo mucho que nos merecemos todos los males que aquejan a nuestra sociedad -incluyendo a Donald Trump, la baja natalidad en el primer mundo y la secuela de Jumanji-.

El consumo de agua cruda -moda impuesta por la elite californiana- es la prueba irrefutable de ello.


¿Qué demonios es el agua cruda?

Sacada directamente desde manantiales y esteros, la también llamada spring water se vende con éxito al por mayor en ciudades como Nueva York y Los Ángeles con la promesa de revitalizar tu salud.

Pero regresar a las prácticas alimenticias de nuestros antepasados en el paleolítico solo trae consigo diarrea, parásitos y en el peor de los casos disentería.

Compañías como Live Water comenzaron a vender agua sin filtrar ni esterilizar afirmando que su opción contiene probióticos beneficiosos para el organismo alertando a sus consumidores sobre las alteraciones presentes en el agua embotellada común y corriente.

El creador de Live Water y responsable de iniciar la tendencia, Mukhande Singh, tiene una visión anti corporativa respecto a lo que significa consumir agua cruda y sus dardos apuntan a los aparentes “peligros” existentes en el agua potable.

Beber agua de la llave es igual a beber agua del retrete solo que la primera contiene drogas anticonceptivas en ella” aseguró Singh para The New York Times.

“El agua potable de consumo casero contiene cloramina, y llámenme un conspirador, pero aquel elemento controla nuestra mente además de dañar nuestra salud dental”, asegura el creador de Live Water desde su casa en Hawái.

Por razones carentes de lógica la gente creyó el discurso de la marca dando inicio a una tendencia peligrosa que levantó una nueva emergencia sanitaria por todo el territorio estadounidense.

Mukhande Singh es el responsable de iniciar la tendencia de consumir agua sin tratamiento. Créditos: The New York Times.

Su polémico precio

En ciudades como San Francisco, el agua cruda se vende a 30 dólares por vaso y 14 más por un refill según publicó The New York Times tras rastrear el origen y expansión del creciente negocio. Existen reportes incluso de gente que ha pagado más de 60 dólares por una copa de agua sin tratamiento en Nueva York.

El año 2010 las Naciones Unidas declaró el consumo de agua potable como un derecho humano básico y universal. Cerca de 800 millones de personas carecen de acceso a una fuente limpia de agua y por esta razón las autoridades americanas reaccionaron con extrañeza al estar al tanto de la reciente tendencia.

Me sorprendí y luego me decepcioné” sostuvo la doctora Mary Margaret Fill del Departamento de Salud de Tennessee en una entrevista para la BBC.

“Sabemos que Estados Unidos tiene uno de los mejores sistemas de agua potable en el mundo y no entendemos por qué la gente prefiere agua sin tratamiento y exponerse a sus potenciales riesgos”, agregó.

Esta moda se trata sobre consentir a la gente adulta para ser estúpida” alegó el especialista en Bill Torney para el mismo medio.

“Debemos asegurarnos de que la tendencia se mantenga fuera de las personas más vulnerables a contraer enfermedades infecciosas como niños, ancianos y pacientes con cáncer”, sostuvo.

Todo lo retro nos parece genial. De forma recurrente vemos la etiqueta #vintage en Instagram donde mediante filtros se nos fuerza a revivir la capitalización del pasado mediante objetos como vinilos y carteles publicitarios de los años 50.

Además -y como hijos de la globalización- estamos informados sobre las malas prácticas que ejerce la industria alimenticia envenenando tanto nuestro cuerpo como al medio ambiente.

La combinación de ambas corrientes llevadas al extremo nos da un resultado irrefutable: idiotez.