El prostituto Josecarlo Henríquez acusa de censura a sus fluidos en la conmemoración del 4to año de muerte de Hija de Perra.
Muchas veces ha sucedido que la memoria política de lxs activistas que ya no están en vida sea cooptada y traicionada por quienes en vida se hacen cargo de ese “legado” artístico, lo único que nos queda luego de la muerte.
Los aniversarios de las muertes se suponen que tratan de recuperar la memoria, pero en Chile tenemos tan mala memoria o simplemente no nos interesa. Hay aniversarios que parecen un desinfectante de los legados.
El sábado 25 de Agosto, en el Centro Arte Alameda, se celebró una vez más la memoria de una de nuestras activistas del “under” disidente sexual, la inmunda Hija de Perra, quien ya no habita esta dimensión terrenal. Se supone que celebrar a la Perra es reivindicar su imaginario “gore”, apocalíptico, lleno de fluidos y pospornografia en vivo y en directo. Dildos, líquidos, gritos aberrantes.
Hija de Perra hizo educación sexual con sus performances que bastante espanto generaban en cierto público que, sin embargo, insistía con presenciar su inmunda propuesta artística. Ella misma decía que no buscaba gustar con sus presentaciones, que gran parte de su política de la inmundicia era incomodar, asquear y, a través de ese impacto, generar reflexiones en sus espectadores. Pero el sábado en la fiesta-aniversario “Sobredosis de Hija de Perra” todo ese legado que se supone ser reivindicado, fue minimizado y censurado hasta el grado de parecer cualquier otra fiesta que pueda darse en el amarillista Centro Arte Alameda.
Para seguir con la real recuperación de la memoria de nuestra Hija de Perra, invité a Dita Inmundicia Parthon (transformista bizarra) y a Organa (Vicente Jorquera), ambas de Valparaíso, a formar parte de una performance al más puro estilo de nuestra diosa de la basura. El acto incluiría sangre y jeringas, todo bajo la cuidadosa colaboración de Caleb Gutiérrez, quien también participaría de nuestra “hijaperristica” presentación.
Durante la tarde del mismo día del evento supimos que no podríamos realizar nuestra performance porque incluía sangre. Supimos de un minuto a otro que en la fiesta “Sobredosis de Hija de Perra” ya no estaban permitido los fluidos, “tampoco tetas ni potos”. No había posibilidad de presentarnos.
¿Quién daba la orden de censurar los fluidos en un homenaje a la Perra? Prohibir todo esto en la fiesta era una censura directa a Hija de Perra, su legado, toda esa memoria que varixs se jactan de recuperar, pero en silencio son cómplices de su traición.
No supimos hasta el día de hoy quien dio la orden. No ha sido claro y tampoco hubo voluntad de aclarar lo que sucedía. Ni una explicación para nosotrxs que estábamos siendo censuradxs, ni una crítica de parte de quienes sí pudieron hacer sus performance quitadas de bulla y aburridoras de tan poco inmundas. Algunas justificaron la censura diciendo que son normas del local, como si no fuera denunciable traicionar la memoria de Hija de Perra.
Fue una “Baja dosis de Hija de Perra”. La noche transcurrió bailable y con una exposición paupérrima de todo el registro que hay de la Perra.
Vi más cuiquerio que “undergraund” y mucha gente que no conozco aplaudiendo la despolitizada e higienizada parrilla de entretenimiento. Una fiesta para entretener y nada más.
Nosotras, las que sí creemos en el discurso de Hija de Perra, seguiremos sin saber si estas decisiones incorrectas tienen solo relación con los jefes del local o si también la familia involucró su moral aplastante. Una podría imaginar cualquier cosa. Sin embargo, no es imaginación que ese espacio y esa organización del evento ya no debe tener el monopolio de la celebración de la memoria de Hija de Perra en Santiago.
Hija de Perra no es una persona, es una idea inmunda y subversiva, nos pertenece a las inmundas tanto como a sus más cercanos. No estamos para seguir obedeciendo órdenes poco claras y traidoras. Generar nuestros propios espacios para celebrarla es lo que nos toca hacer desde ahora en adelante. Sino, muy pronto Hija de Perra será todo lo opuesto que quiso ser en vida gracias a esa mano negra que censura a su diva “under” sin titubear.