“En estos momentos se elimina el mural de Rosal esquina Lastarria, realizado hace dos años por el artista antofagastino Luis Nuñez @luchopintor para el Festival @hechoencasafest. Si bien el mural tenia un permiso de 6 meses, una parte importante de los vecinos del edificio estaban luchando por mantenerlo. Además, este trabajo de arte urbano se transformó en un hito turístico”, el post publicado en la cuenta de Instagram de SantiagoAdicto muestra una escena ruda de ver para cualquier amante del arte y sobre todo probablemente para los vecinos del barrio Lastarria.
En el video dos trabajadores aplicaban una gruesa capa de pintura blanca sobre el histórico mural que cubre, o cubría, la esquina de Lastarria con Rosal.
Antes las cientas de preguntas al respecto de por qué diablos borran una obra de arte como esa la Municipalidad de Santiago respondió a través de su cuenta de Twitter que: “Es un acuerdo que existía con la Municipalidad y los vecinos: recuperar la pintura original luego del Festival Hecho en Casa, como lo pidieron los dueños del inmueble y la Administración del Edificio. Saludos!”
Sin embargo a través de la misma red social una vecina decidió exhibir una serie de documentos que contradicen a la versión entregada por el municipio
En redes sociales, te podrás imaginar, el debate está que arde. Mientras muchos acusan a la Municipalidad de ensañarse con el arte en vez de limpiar las murallas que están rayadas con pura mierda, otros dicen que están exagerando y el mural no era ni siquiera tan bonito.
Por su lado, Luis Nuñez San Martín, el artista cuyo trabajo fue extinguido, se expresó vía Instagram: “Es difícil encontrar las palabras, pero es imposible mantenerme en silencio. ¿Sentimientos? Tristeza, perplejidad. ¿Agradecimiento? Mucho, sobre todo al equipo que participó de esta obra, al público que le dio vida y a quienes confiaron en que un grupo de artistas de regiones asumiríamos con excelencia este desafío de revivir la historia en muros de la ciudad. Espero que nos encontremos pronto, desde Antofagasta”.
El hecho sin embargo revive un debate más viejo que el hilo negro. Y es el siguiente: ¿Es parte del arte urbano el hecho de tener fecha de caducidad? ¿Es una regla no escrita dentro del arte callejero que tanto un mural o graffitti por espectacular que sea siempre va tener los días contados frente a un nuevo trabajo o como en este caso, la Municipalidad, la ley, una inmobiliaria los dueños de la muralla?
Desde el Festival Hecho en Casa tienen la visión de que el arte urbano es “un proceso vivo y en constante cambio”. Así lo expresaron en su Instagram.
“Queremos dar nuestras infinitas gracias a los vecinos del Barrio Lastarria, a la comunidad del edificio que recibió el Mural Patrimonial, al artista @luchopintor y las autoridades que nos permitieron intervenir un edificio de alto valor arquitectónico como el de Rosal 312.
La administración del edificio y @monumentos_cl, acordaron que el mural sería temporal. Aunque originalmente el edificio volvería a su fachada anterior seis meses después de su creación, su vida se extendió por casi dos años convirtiéndose en un hito de la ciudad. Cumplir con los compromisos que asumimos nos ayuda a seguir acercando el arte a las personas.
El mural fue un hito y aunque también lo echaremos de menos, sabemos que el arte urbano es un proceso vivo en constante cambio. Seguimos trabajando en la versión 2019 del Festival Hecho en Casa para traer nuevas obras a las calles. ¡Nos vemos pronto!”
Todo parece indicar que no tiene mucho caso llorar sobre la pintura derramada. Por lo menos el mural de Lastarria pasará a la posteridad en las cientas de fotos que tanto vecinos como turistas se sacaron. El caso recuerda inmediatamente lo sucedido con el mural 100 caras y un país en Providencia. En esa ocasión abordamos lo sucedido desde todas las perspectivas. Del artista que hizo el mural, el debate que se generó y hasta la réplica del graffitero que lo pintó encima.