Todo partió como una foto de una persona que subió a sus redes la foto de una niña escolar de no más de 10 años sosteniendo una paleta de helado. Se trataba de una foto publicitaria de la marca Monarch dentro del marco de su campaña de uniformes escolares 2020.
El posteo denunciaba que la posición de la niña tenía un tinte sexual, que era por decir lo menos, inapropiado. Y el tema agarró vuelo. Salieron al baile otros ejemplo, de campañas de otras marcas porque claro, si te fijas, hay bastantes ejemplos en donde la publicidad de escolares muestra, sobre todo a las mujeres, en contextos medio “sensuales” que claramente no corresponden y que bordean totalmente la ilegalidad, porque, y parece que esto hay que repetirlo, son escolares o sea menores de edad.
Las denuncias escalaron tanto que intervino la Defensoría de la Niñez, que pidió a la organización de autorregulación publicitaria de Chile (Conar) que revisara la campaña.
Ante esto, la empresa aludidad, Monarch, decidió contestar a la polémica con el siguiente comunicado:
Quisimos encontrar la opinión de expertas en el tema y recordamos que existe la red Publicitarias, una organización que busca erradicar la cultura machista en la Publicidad. Les hemos hablado antes de ellas.
En un post de Instagram explican de manera bastante clara y didáctica por qué esto este tipo de fotos y campañas son tan pésimas.
Dice así:
“Comenzó la temporada escolar y, junto a ella, volvió la falta de ética y criterio publicitario. No, no estamos exagerando. ¿Qué buscan, vender un uniforme o un zapato escolar, o que un pedófilo guarde estas fotos? ¿Por qué nos quieren hacer creer, nuevamente, que ir al colegio es tratar de alcanzar un canon de belleza, sexualizada por lo demás?
Sí, queremos más niñas y mujeres empoderadas pero ¿por qué quieren hacernos creer que mientras más sexualizamos nuestro cuerpo, más empoderadas estamos?
Según un estudio de @larebeliondelcuerpo el 90% de las mujeres considera que la publicidad impacta en la construcción de identidad, y un 91% cree que la imagen física afecta la satisfacción con la vida.
Entonces, seguir perpetuando estos estereotipos de belleza también es seguir destruyendo el autoestima de niñas y mujeres que día a día son impactadas con este tipo de mensajes.
Nuestra responsabilidad como comunicadores y comunicadoras tiene un “desde”: transmitir valores positivos. Claramente, incitar a la pedofilia utilizando exclusivamente a niñas en poses evidentemente sexuales para vender productos escolares, es de lo más bajo y poco ético que hemos visto este año”.
Más claro imposible, ¿no?