Rosalía hace años que demuestra su fanatismo por el animé y la cultura oriental, ocupándolos como referencia en sus últimas creaciones. Y su última canción se llama HENTAI, lo que le contó críticas incluso antes de publicarla. Aquí te contamos las principales características de este género pornográfico en que se producen mangas y animé.

Este miércoles, la artista española Rosalía publicó un nuevo sencillo de su disco Motomami (2022), el cual será publicado este viernes 18 de marzo y que incluirá otros temas ya presentó este año, tales como SAOKO y CHICKEN TERIYAKI.

La nueva canción se titula HENTAI y se presenta a sí misma como una obra pausada, en la que las melodías efectuadas por su voz resaltan por sobre los acordes de piano.

“Te quiero ride, como a mi bike. Hazme un tape modo Spike. Yo la batí hasta que se montó. Segundo es chingarte. Lo primero es Dios”, canta en el tema. 

Es conocido el fanatismo de la cantante por el anime, hasta el punto en que, incluso, sorprendió a sus seguidores de redes sociales con un vestido de Sailor Moon en 2020 y, precisamente, la letra del tema también alude a un elemento de la cultura japonesa.

En japonés, la palabra “hentai” suele referirse a una “transformación” o “perversión”. En términos más concretos, el término es utilizado para hacer referencia a un género nipón de ficción que incluye material pornográfico y que puede manifestarse tanto en formato escrito/dibujado a través del manga o de manera audiovisual a través del anime.

Cabe destacar que ninguno de estos dos métodos artísticos posee exclusivamente este tipo de contenidos, ya que también existen de aventuras, terror, entre otras temáticas.

Dentro del hentai existen numerosas clasificaciones para los distintos gustos y preferencias de cada persona, y se pueden clasificar ya sea por los personajes y sus características, o según las temáticas que se tratan en cada historia. 

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En ese sentido, está el hentai que muestra relaciones de heterosexuales, pero también de personas con el mismo sexo: el “yaoi” tiene como protagonistas a hombres del mismo sexo, que en caso de que tengan características andróginas se les llama “bishonen”; y en el género “yuri”, son mujeres las que desencadenan la historia. Sin embargo, esta clasificación no es solo de hentai, ya que también se le llama así a historias solamente románticas y no necesariamente pornográficas.

También existen subgéneros según los fetiches que buscan las audiencias: el ashikoki, donde se muestran masturbaciones a través de los pies; BDSM, sobre relaciones consentidas de sadomasoquismo, servidumbre, y otros por el estilo; incesto; netorare, en la que se relatan infidelidades; y vanilla, con encuentros romántico que culminan en encuentros sexuales. 

Por último, existen clasificaciones respecto de características físicas de los personajes que participan en la trama: 

  1. Bakunyú: mujeres con busto gigantesco
  2. Bestialidad: personajes con rasgos de animales, o simplemente la intervención de fauna en el sexo
  3. Futanari: participación de sujetos hermafroditas o con genitales de ambos sexos biológicos
  4. Lolicon: Historias de menores prepúberes o adolescentes
  5. Todlercon: relatos donde existan niños o niñas menores de 6 años

Debido a la representación gráfica de las relaciones sexuales que algunas veces incluyen escenas de violencia psicológicas y física -llegando a violaciones y tortura- existen posiciones críticas al género por promover esta clase de comportamientos. Sin embargo, los defensores señalan que en este tipo de pornógrafía nadie resulta lastimado, y quedaría a criterio de los consumidores distinguir la fantasía de la realidad. 

Una disputa aún no resuelta, ya que queda para el análisis la posible generación de predisposiciones mentales -o no- en quienes disfrutan de este contenido.