Una prenda de látex con un sello para el interior del muslo femenino podría revolucionar los cuidados ante enfermedades de transmisión sexual. Aprobada por el organismo que regula medicamentos de Estados Unidos (FDA), la pantaleta Lorals permite realizar sexo oral, sin que los fluidos contagiosos se traspasen a la otra persona.
Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el uso de una pantaleta como protección contra infecciones que se pueden transmitir por la vagina o el ano mientras se hace el sexo oral.
El herpes, la gonorrea, la sífilis, o incluso tipos del virus del papiloma humano, son todas enfermedades de transmisión sexual que pueden contagiarse teniendo sexo, sin necesidad de penetración. Y esta prenda de látex podría ayudar a la prevención de contagios a través de esta práctica cada vez más masificada.
Jeanne Marrazzo, directora de la división de enfermedades infecciosas de la Universidad de Alabama en Birmingham, explicó a The New York Times que “el sexo oral no está tan libre de riesgo”, señalando además que las generaciones más jóvenes suelen iniciar sus actividades sexuales con esta modalidad.
Y aunque antes de esta invención existía una barrera bucal que consistía en una lámina de látex que hacía una barrera entre la boca y los genitales, no era nada de sexy y se había masificado muy poco.
Melanie Cristol es la responsable de esta pantaleta. Tras enterarse que tenía una infección que podía ser transmitida vía oral durante su luna de miel en 2014, se sintió muy desanimada. Y aunque sabía de la existencia de los protectores bucales, pensó que “quería sentirme sexy y segura de mí misma y usar algo que estuviera hecho pensando en mi cuerpo y en el sexo real”.
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Por eso en 2018 comenzó a vender Lorals, una prenda de ropa interior de un solo uno para personas con vulvas, hecho del mismo látex que los condones y que tiene una especie de sello en la zona púbica que mantiene los fluidos dentro. Además, tiene un agradable sabor a vainilla.
“Lo interesante de esto es que en esencia erotizan la protección, que es algo con lo que las compañías de condones han luchado durante años”, señaló Marrazzo.
Una usuaria, Shelly, relató su experiencia con Lorals al medio neoyorquino, señalando que la prenda la hizo retomar el sexo oral con su prometido. Él se sentía asfixiado cuando practicaba el sexo oral, porque tras un cáncer le hicieron una cirugía que mermó su movilidad de la lengua y el sentido del gusto, cuando el sexo oral era su actividad favorita.
“Era algo muy importante, le gustaba más que el sexo con penetración o cualquier otra cosa”, explicó, y detener eso la hacía sentir “muy insegura y sentía que tal vez él ya no tenía interés por mí en ese sentido”. Pero después de ocuparlas funcionó muy bien: apenas sentía las pantaletas, su pareja sentía que se estaba comiendo una galleta, y a la vez, con la autorización del producto se mantendrán protegidos contra infecciones a las que el hombre sería vulnerable.
“Nunca pensé que volvería a sentir eso”, dijo la mujer de 29 años.