Frente al aumento de emisiones de licencias psiquiátricas para enfrentar el estrés laboral, además de una sensación generalizada de cansancio o falta de ganas por ejercer tareas, especialistas entregaron consejos para diferenciar el burnout de la depresión, además de qué hacer en ambos casos.

“Estoy cansado todo el tiempo y me siento poco productivo en el trabajo. ¿Cómo sé si estoy deprimido o sufro de desgaste profesional?” es una de las preguntas que llegó al medio The New York Times durante esta semana, y la autora Dani Blum fue en búsqueda de respuestas para explicar la diferencia entre ambos fenómenos y cómo aliviar los síntomas.

El término “síndrome de desgaste profesional” fue adquirido por la psicología laboral, en el que se asocia el agotamiento al trabajo. Durante la pandemia, es un concepto que se ha vuelto común en nuestro vocabulario, ya que cada día se habla de manera más abierta de los efectos de las jornadas laborales extensas, también conocidas como parte de la “cultura del trabajo duro”.

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Una de sus características es que la persona que lo sufre llega a sentir poca conexión con su vida cotidiana y se complica la realización de tareas laborales, lo que lleva a despreciar el ambiente de trabajo. Sus síntomas físicos se relacionan directamente con el estrés que provoca, los cuales son: insomnio, dolores de cabeza y problemas en el sistema digestivo. La OMS, sin embargo, determinó que es un “fenómeno ocupacional”, no una enfermedad.

En el caso de la depresión, su diagnóstico es clínico y uno de sus principales síntomas es la anhedonia: incapacidad de disfrutar actividades que solían ser atesoradas. Por ejemplo, no pasarla bien en el cine cuando era tu lugar favorito. Mientras en el desgaste profesional no tienes energías para hacer una actividad, en la depresión no hay disfrute en lo absoluto.

Rebecca Brendel, presidenta de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, dijo al New York Times que otro factor clave diferenciador es que el desgaste profesional mejora cuando se puede tomar días libres del trabajo. “Existen formas más pequeñas de establecer límites, como desactivar las notificaciones del correo electrónico laboral o de Slack a ciertas horas. Si hay una reunión que siempre te angustia, trata de reservar cinco o diez minutos justo después para hacer algo que te ayude a relajarte”, expone Blum en su artículo.

Además, especialistas han destacado los beneficios que tiene el ejercitarse en nuestra salud física y también mental. Al ser un aliviador de tensiones, puede ayudar a escapar de las notificaciones constantes y aclarar la mente respecto a lo que se siente sobre la labor que se realiza.

Si crees que estás deprimido, lo más importante es ponerte en contacto con un especialista de salud mental, como un psicólogo o psiquiatra. También hay mecanismos de adaptación para situaciones en los que se siente como el fin del mundo, como llamar a un amigo para distraerse unos minutos.

También es importante destacar que no son excluyentes, por lo que se puede vivir el agotamiento y una depresión al mismo tiempo.