Salir de la pega #Alas5 con Vicky y Benedicto, los creadores de Caserita

Vicky Zamora y Benedicto López son el claro ejemplo de que se puede trabajar en pareja, tener un trabajo de oficina y complementar las horas que restan del día en un proyecto personal.

Caserita es un proyecto que tienen en conjunto Vicky Zamora y Benedicto López, donde el apego por el diseño nacional los mantiene unidos y ocupados trabajando en su propio hobby post trabajo “formal”. Queremos destacar a distintas personas que siguen teniendo inquietudes después de apagar sus computadores #Alas5 de oficina para seguir avanzando con energía en sus proyectos personales.

Conversamos con Vicky y Benedicto para saber más sobre su proyecto y cómo logran complementar dos trabajos con un agitado ritmo de vida. Vicky trabaja como diseñadora de productos para la marca Krea Jumbo, mientras que Benedicto es director de arte en Sud Producciones. Ambos, después de la pega, dieron vida a su emprendimiento Caserita:

¿Cómo nace crear un proyecto teniendo además un trabajo de oficina? ¿Qué los motiva?

Vicky: Nace de querer hacer algo tuyo. Algo súper único y tuyo. Por otro lado, nace en este proyecto unas ganas de hacer un aporte, sobre todo desde lo que uno sabe hacer. Creo que cuando uno tiene un talento y lo puedes ocupar en algo positivo o que puedas compartir lo hace súper especial. Entonces, este proyecto nace de la búsqueda de eso. Caserita nunca lo pensé como comercial, no es que me quiera hacer rica con este proyecto. Quiero decir algo a través de lo que se hacer y que eso ojalá sea un aporte en la identidad local, que es lo que me interesa. Me encanta Chile y creo que este proyecto es un aporte.

Benedicto: El proyecto es discursivo y creo que cada uno debiese tener un trabajo propio, seguir evolucionando en tu área o seguir evolucionando en tus “auto encargos”. Es bien interesante cuando uno tiene la libertad de poder diseñar lo que quiera y de poder vender lo que quiera, sin un cliente muy claro, sólo por el gusto de decir algo.

¿Cómo se organizan para complementar un horario de oficina y el tiempo para su proyecto?

Vicky: Es difícil. Pero como lo hemos hecho hasta ahora, si hay algo que hay que hacer ya, se hace y se trasnocha. Son las puras ganas. Hay veces que me quedo en la hora de almuerzo trabajando o los fines de semana sí o sí muchas veces trabajamos. Creo que las ganas lo hace más fácil, pero es difícil coordinar. Hacerse una rutina sería lo mejor, pero uno sabe que todos los días cambian. Hay días en que uno en la pega se queda hasta más tarde y de repente tienes que estar más rato y dejar de lado tu proyecto. Cuando lanzamos una colección es cuando estamos más a full, son como periodos. No tiene un tiempo, viene.

Benedicto: Casi siempre funciona en tiempos de relajo. El trabajar en otra pega te da las lucas para poder invertir en un viaje. Por ejemplo, hace poco fuimos a la Tirana donde vamos a desarrollar una colección con respecto a eso. Cuando desarrollamos la línea de sillas de playa en el verano, también lo hicimos en un viaje a la playa donde nos dimos cuenta de varias cosas y qué hacíamos con eso. Entonces, yo no creo que sea algo tan estructurado. Tenemos ganas de hacer esto. Nace de conversaciones cuando andamos juntos. Como somos pareja, conversamos muchas cosas, entonces, al final hay temas que nos llaman la atención y decimos “¿qué vamos a hacer con respecto a esto?”. Y así desemboca una colección, un producto o un proyecto en particular. Hace poco hicimos un workshop en el Museo Violeta Parra, lo que fue bien interesante. Trabajamos para cosas que nos llaman la atención.

¿Cómo se constituye Caserita y en qué consiste?

Vicky: Es un proyecto. Primero fue una prueba, partió siendo un trabajo sobre la identidad chilena de hoy. Sabemos que existe la cueca y todo lo que la rodea, pero, ¿cuál es nuestra conexión hoy? Yo me fui a vivir un tiempo fuera, eché de menos muchas cosas del cotidiano, como los fósforos, por ejemplo. Me pasó que con el Bene teníamos la misma duda. Y de eso se trata Caserita: investigar y saber que nos conecta con Chile en un lenguaje muy pop, muy actual.

Benedicto: Me pasó que viajé harto a exponer afuera sobre diseño independiente y me di cuenta que los chilenos estábamos haciendo mucho diseño nórdico más que diseño “chileno” y era interesante entender qué es lo que diseñan las personas comunes y corrientes en nuestro país. Como por ejemplo, el típico tarro donde se sienta la gente en la calle, el tarro de pintura o la bolsa de la feria. La primera de colección de Caserita tiene mucho que ver con eso, reinterpretar algunas cosas que vemos, como el trabajo de Andy Warhol o algunos gestos de diseños que tienen objetos populares en Chile.

¿Qué es lo más difícil de trabajar y tener un proyecto en paralelo?

Vicky: No poder dedicarle más tiempo del que quisiera. O sea, me gustaría tener todo el día para hacer las cosas, me encantaría. Yo creo que ese es mi mea culpa, porque al tener un tema comienzo a pensar que deberíamos haber empezado, etc. Al final es eso, que ganas de tener dos días a la semana para dedicarme solo a esto, mi proyecto.

Benedicto: Falta de tiempo. Me parece que al final igual eso te da el hambre para hacerlo. La falta de tiempo tiene esa dualidad.

¿Cuál es el proceso creativo al momento de crear?

Vicky: Las conversaciones, mucha observación y también lo que está pasando. Por ejemplo, nosotros pegamos unos stickers de remedios hace un tiempo cuando fue el tema del alza de remedios y la colusión, porque finalmente nosotros también vemos las noticias que todo el mundo ve y también opinamos “¿nos están cagando?”. A raíz de eso, nos reímos de todo y pegamos unos stickers de “paracelamol”, entre otros. Le cambiamos los nombres a todos los remedios jugando a que esos son los que te sanan. Estamos constantemente hablando de cosas de la actualidad.

Benedicto: La contingencia y la bajada del producto es interesante. Lo de los remedios fue más guerrilla, pero también nos gusta harto la pasada del concepto de lo que estábamos conversando a lo qué se va a convertir y cómo se va a vender. Hemos hechos cosas súper baratas y otras muy caras y creo que la gente ha entendido que la marca es única, hemos logrado tener una consistencia, pero es peludo. La Vicky es gráfica y yo soy súper 3D-objetual, entonces nos complementamos. Eso nos ayuda a que la idea se aterrice siempre y llegar a un producto para que se complete el proyecto.

¿Cómo se ven en 10 años más?

Vicky: Con mi estudio. Un estudio de ilustración, que es lo que yo hago. Me encantan los patrones y el print de los diseños, cómo mezclarlos y que esté todo ilustrado. Estoy en esa, buscando la manera de cómo poder vender para afuera. Y que Caserita siga, obviamente. Un proyecto así nos da libertad. Nosotros no vendemos sólo ropa.

Benedicto: Siento que es interesante seguir trabajando. Uno le tiene un poco de miedo a la palabra trabajo, por trabajo remunerado, el jefe o el trabajo angustioso. Pero al final, el trabajo tiene que ver con un trabajo personal. Al verlo de esa manera, ser mejor, proponer cosas más ricas, etc. A mí, en lo personal, me gustaría estar diseñando en una cabaña al lado de un lago y viniendo a Santiago de vez en cuando para trabajar con gente. Salirme un poco de esta pulsión extraña que es la capital, esto medio tóxico donde siento que las respuestas están en otro lado. Las cosas están en lo simple, que es lo que tratamos de reflejar en Caserita, el día a día, las cosas que uno vio toda la vida y que están ahí y como se refresca de otra manera. En 10 años más quiero seguir trabajando en proyectos bacanes.

¿Qué le dirías a todas las personas que quieren realizar proyectos personales después de un día laboral y sientan que les falta energía?

Vicky: Es súper gratificante cuando ves que las cosas están hechas. Creo que nunca había sentido una alegría tan rica que cómo cuando veo algo que está hecho y es para mí. Es un abrazo a mi misma, que gratificante es. Se siente súper bien. Yo creo que ese es el punch de decir “me puedo morir mañana” pero hice un proyecto que es mío, que a mí me hizo sentido; aunque a nadie le haya hecho sentido, lo hicimos con todo el cariño del mundo y me doy por pagada. Hicimos algo. Creo que esa sensación es súper bonita, es como un regalo para uno.

Benedicto: Es satisfactorio, porque cuando uno trabaja en “pegas comunes” uno celebra en equipo o el reconocimiento se lo lleva la marca en la que uno está trabajando. Acá es un “voh vela”. Se parte con una idea, trabajas en esa idea y cuando uno termina, el cliente lo compra y uno dice “se cierra un ciclo y valió la pena”. Más de que haya plata de por medio o que podamos ganar plata con esto, tiene que ver con que uno igual está comunicando a través de tu obra y eso es la zorra. Es bacán que una señora le mande una polera de maní a su hijo que está viviendo en el extranjero para que se acuerde de sus raíces. Eso es lo más satisfactorio de hacer algo que a ti te gusta. El premio está en que alguien lo valore al final de la cadena. La gente le da otro sentido a las cosas que uno hace.

¿Cómo hacen rendir el tiempo cuando no está a tu favor?

Vicky: Nos hemos puesto cada vez más rápidos y más eficientes. Eso te lo da la pega del día a día. Cuando uno está en retail al estar a cien por ciento, de verdad te sirve tener el día a día como rutina. Cuando uno es freelance igual te cuesta más conectarte. La rutina ha hecho que sigamos en la máquina.

Benedicto: Cuando cachas el proyecto que tienes que trabajar y vienes de estar máquina todo el día, simplemente lo sacas.

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