“Se gobiernan para ellos, entre ellos. Nunca se hacen cargo de la historia. Ese negacionismo de los horrores de la Dictadura los arruinará siempre. Difícil entender qué hace a esta gente insensible, rayando en la mediocridad en todo”.
Al igual que hace un par de semanas Alejandro Goic puso la cuota de cordura en esta demencia de país cuando tuvo que “explicar” por qué no podía compartir escenario con una pinochetista como Patricia Maldonado, ahora fue Alfredo Castro quien sacó la voz por el mundo artístico chileno para explicar con peritas y manzanitas por qué era completamente inaceptable que Mauricio Rojas estuviera más de un fin de semana como ministro de las Culturas y las Artes y Patrimonio, luego de que se diera a conocer su opinión relativista y negacionista respecto de las violaciones a los DD.HH durante la dictadura de Pinochet al decir que el Museo de la Memoria era “un montaje”.
Rojas fue reemplazado por Consuelo Valdés Chadwick.
A continuación puedes leer las opiniones que el actor y director de teatro Alfredo Castro dijo en el marco de una entrevista a The Clinic.
“Me parece muy bien su salida (Rojas). Lo que me impresiona es esa soledad de la derecha, no tienen a nadie a ningún o ninguna representante de la Cultura de creación y/o gestión cultural”.
“Pero más miserables me parece que nada les importa. Se gobiernan para ellos, entre ellos. Nunca se hacen cargo de la historia. Ese negacionismo de los horrores de la Dictadura los arruinará siempre. Difícil entender qué hace a esta gente insensible, rayando en la mediocridad en todo”.
“No han sido capaces de reconocer y pedir perdón por los horrores que provocó en Chile el haberles tirado maíz a los militares para que dieran ese maldito Golpe de Estado. Esta derecha, que nombra a un ser completamente incapacitado para el cargo, un tanto mitómano, especulador, con una militancia, exilio y ‘conversión’ dudosas… esa derecha inculta, ciega, a mi me avergüenza”.
“No les interesa nada la cultura, mientras que para el mundo entero es la Cultura lo que los ha salvado de la barbarie”.
“Cómo es posible que un sujeto cuya madre fue víctima severa de la dictadura, torturada, exiliada, no tenga la más mínima empatía con esa historia. El tema de los derechos humanos no es ideológico, es ético”.
“Uno espera que un ministro de Cultura sea un sujeto capaz de dialogar con sensibilidad con quienes él representa. Este no es el caso. Este señor hiere en lo más profundo a una comunidad artística que siempre ha estado en la defensa de la democracia y por supuesto de los derechos humanos. No existe en la historia de este país una fractura tan traumática y criminal como el Golpe de Estado que dividió a este país en dos fracciones irreconciliables”.
“Las biografías de los sujetos a veces dicen mucho más que sus diplomas y conversiones“, cerró.
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