Este miércoles 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Bisexualidad.
En nuestro país diversas organizaciones han resaltado la importancia de esta fecha y han llamado a dejar atrás los prejuicios, la discriminación y la bifobia que existe contra las personas bisexuales.
Una de ellas es BBB podcast, espacio que fue creado en mayo de 2019 por Isaías Osorio (31) y Estefanía Sepúlveda (29).
A través de una conversación con diferentes invitades, el programa busca discutir distintas problemáticas que atraviesan los bisexuales en su vida cotidiana.
Sin embargo, no sólo se han limitado a grabar podcast, también han organizado cabildos bisexuales para compartir experiencias e historias en un espacio seguro.
“Es muy importante visibilizarnos porque pese a que somos muches en número y formamos parte de la colectiva LGBTIQ+, faltan lugares para discutir nuestros dolores, nuestra forma de enfrentar la vida y los desafíos que tenemos para que sea más conocido el significado de nuestra orientación y dejen de esparcirse los prejuicios sobre nuestra comunidad”, comenta Estefanía Sepúlveda a a Pousta.
¿Por qué hay personas que dicen que la bisexualidad no existe?
Porque la ven como una etapa de transición o una forma de excusar el miedo al compromiso. Ninguna de esas ideas es cierta, ya que la bisexualidad no es un paso intermedio hacia reafirmarte como gay o hetero, sino que una orientación en sí misma. A muchas personas les cuesta entender esto porque lo primero que imaginan al pensar en alguien bisexual es que nos tienen que gustar dos personas al mismo tiempo, cosa que tampoco es cierta. Por esta razón es que se nos invisibiliza y debemos luchar contra esa idea, porque tenemos una orientación tan válida como cualquier otra y nadie tiene derecho a invalidarla solo porque le parece extraña o ajena.
¿Cuál es la diferencia entre pansexualidad y bisexualidad?
Más que diferencias, lo que es importante es reconocer los puntos en común entre ambos conceptos.
La bisexualidad en un inicio sí tenía una definición binaria, donde no cabía más que hombres y mujeres. Por aquellos años, las personas que sentían atracción por identidades de género más fluidas o en transición no se sentían cobijades por el concepto “bisexual”, y por eso nació la pansexualidad con la idea del todo, de que no hay personas excluidas en nuestra posibilidad de atracción.
Así como muchas palabras van modificando o enriqueciendo sus significados conforme van evolucionando las personas, lo propio ocurrió con la bisexualidad, cuyes activistas comenzaron a tener las conversaciones necesarias y así llegamos al Manifiesto Bisexual, que explicita que no hay transfobia ni enefobia entre quienes nos pueden llegar a gustar. En la actualidad, ambos conceptos conviven con grandes similitudes y finalmente la decisión de usar una u otra palabra es personal y política.
Digo política, porque al definirme bisexual tengo la oportunidad de reivindicar el término de los prejuicios y al utilizar el término pansexual, como es un concepto no tan conocido por todas las generaciones, hay una oportunidad de sembrar.
¿Qué prejuicios contra la bisexualidad tenemos que erradicar?
Los prejuicios son múltiples y van cambiando, pero los más comunes tienen que ver con que le tememos al compromiso, que tendemos a la promiscuidad y que nunca nos va a bastar con una pareja, porque siempre “nos va a faltar” aquello que una persona distinta tiene, pero ahí cabe preguntarnos qué es eso que falta. ¿Un falo? Generalmente nos enfrentamos a eso.
Por poner un ejemplo: si un hombre o mujer bi está en una relación con una mujer, muchas veces se piensa que no será suficiente y que muy pronto serán abandonadas, cuando no hay fundamentos más que el prejuicio tras esa idea. El tema de la promiscuidad nos aburre porque no porque que te gusten personas de diferentes orientaciones quiere decir que te gusten todas al mismo tiempo.
¿Por qué todavía se da el debate de si la bisexualidad es una orientación sexual?
Porque se sigue viendo como algo pasajero, propio de la adolescencia o de la indecisión. También tiene mucho que ver con el prefijo “bi” que indica dos, pero la primera idea que la gente que tiene es “dos al mismo tiempo”. Sin embargo, el paralelo de esos dos elementos no significan personas en simultáneo, sino “personas parecidas y personas distintas a mí” y no es más que eso.
El porno también es un factor que no nos ha ayudado en nada a desmitificar, ya que ahí se ve que la bisexualidad de las mujeres está al servicio del deleite del hombre hetero, solo para cumplir una fantasía. Ni hablar de los hombres bisexuales, que pareciera ser que no son una posibilidad siquiera, siendo que existen y son miles.
¿Qué es una orientación sexual fluida?
La verdad creemos no ser los más expertes en esta materia, ya que lo que se refiere a una sexualidad fluida nos parece similar a la definición de bisexualidad, pero nos imaginamos que muchas personas quieren sentirse libres de etiquetas y palabras que las definan, por lo que prefieren identificarse con la fluidez entre lo mucho o poco que te puede llegar a gustar otra persona a través del tiempo.
¿Se trata de encajar la bisexualidad dentro del binarismo de género?
Creemos que eso ocurre con todas las orientaciones sexuales y las identidades de género. A la heteronorma le cuesta entender algo distinto, no le calza que se pueda pensar el amor o la identidad de una forma distinta a la que están acostumbrades. Lo bueno es que no creemos que vayan a tener éxito en encasillarnos, porque cada vez se abren más espacios para visibilizar y derribar los mitos que nos siguen gobernando.
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