“El sexo anal está muy asociado al dolor, casi como que fuera una práctica sexual sadomasoquista en donde el goce no existe” critica Fernando García, el hombre que pasó del “Dar hasta que duela” a trabajar en la industria del “Dar sin que duela”.

“Dar hasta que duela” es una las frases, si no la más conocida, del Padre Alberto Hurtado, fundador del Hogar de Cristo, quien el 2005 se convirtió en Santo de la Iglesia Católica. El psicólogo Fernando García trabajó cinco años en el Hogar de Cristo como Jefe de Desarrollo Organizacional, pero decidió dar un cambio y renunció sin un plan muy claro que seguir.

Fue en ese período en que su pololo de aquel entonces le hizo un regalo: un lubricante anal muy distinto a lo que se puede encontrar en Chile. Ése fue su primer encuentro con Boy Butter, un lubricante pastoso y con un formato de presentación distinto a lo acostumbrado. Su forma se asimila a potes de mantequilla y de mayonesa. Le gustó y notó que la calidad era superior a la que existía en Chile. Fernando recuerda una conversación con su hermana, una químico farmacéutica, que lo motivó a emprender. “Mi hermana me preguntó: ¿Cachai la oferta de lubricantes que hay en Chile? Ahí me di cuenta que los que están en la farmacia son unos pocos, nos dimos cuenta que había un nicho. Después empezamos a hablar con gente que usaba lubricantes y dijimos dale, traigámoslo”, recuerda.

Junto a su hermana iniciaron el proceso para vender Boy Butter en Chile. De esta forma Fernando García giraba su rubro y pasaba a vender lo necesario para dar y que no duela.

Aprovecharon un viaje que tenían programado a Nueva York y se coordinaron para conversar con Eyal Feldman, el neoyorkino creador de Boy Butter. “Eyal estaba fascinado, no podía creer que en Latinoamérica quisieran comprar Boy Butter“, comenta Fernando. Reconoce que cada vez son más son las personas que quieren su producto.

Algunos de sus amigos de la universidad cuestionaron su nuevo camino, le preguntaban a Fernando que cómo era posible que dejara de lado una carrera ascendente, que cómo podría desperdiciar la posibilidad de pasar a ser subgerente del lugar donde trabajaba para dedicarse a traer una marca de lubricante.

¿Está lubricada la sociedad para tocar el tema del sexo anal y entrar a la venta de estos productos siendo que aún es medio tabú?

Ha sido un descubrimiento. Hace un tiempo compré en la Feria del Libro de México el libro “Por el Culo”, escrito por Javier Sáez del Álamo y Sejo Carrascosasociólogo y activista, en el cual te encuentras con artículos, investigaciones y una serie de elementos sobre este tema, visto desde la sociología. Todo lo que gira en torno al culo es como mal visto, peor que cualquier otro tema de sexo. Hay toda una teoría detrás del culo como algo feo, que hay que tenerle distancia, entonces todo hay que sofisticarlo, incluso desde la imagen, de cómo lo estás mirando. Entonces ha sido un “ir tanteando”. Actualmente logro diferenciar una generación que tiene cero rollo con el tema, a la cual le dices “lubricante” y bienvenido sea, versus otra generación a la que hay que disfrazarle todo un poco más. Incluso personas que son artistas y que tienen una visión del mundo más liberal, a la hora de hablar de esto reculan, lo toman como algo de mal gusto.

¿Cómo fueron construyendo el negocio?

Desde la nada, sin ser expertos en el tema. Mi aporte era desde una mirada hacia la estructura de una organización y mi hermana, como químico farmacéutico, sabía que era bueno. Compramos toda la línea y revisamos la textura, se lo pasamos a amigos gay para que lo probaran. Hicimos un testeo, como focus group, pero muy intuitivo. Nos dimos cuenta que químicamente era bueno, además la gente lo identificaba como superior en relación a otras marcas. Notaron la diferencia.

“El sexo anal es la nueva virginidad”

“En Chile desde que le va bien en el cuento de nuevos mercados, todo se comenzó a perfilar hacia lo gourmet: tragos más gourmet, autos más caros, se fue sofisticando en un montón de cosas, pero en el lubricante seguían utilizando lo mismo”, señala.

Según el propio Fernando, Boy Butter “tiene todo lo que la alta dermocosmética tiene”, y está en lo cierto, entre sus componentes podemos encontrar vitamina E, aceite de coco, karité y agua mineralizada, componentes que se asocian principalmente a la góndola de cosméticos más exclusivos de una farmacia.

Eyal Feldman, el neoyorkino creador, ha desarrollado desde el año 2003 distintos productos que responden a distintas necesidades. Su primera creación, Boy Butter Original, es a base de aceite de coco y aceite de karité consiguiendo una base oleosa, ideal para parejas estables que tienen relaciones sexuales sin preservativo. En este sentido Fernando explica que ha tenido que educar a sus clientes respecto a que lubricante deben utilizar. Explicar por ejemplo, que los de base oleosa, como el Boy Butter Original, no son compatibles con el uso de preservativo pues daña el condón, es por eso que también existe una opción con base acuosa, Boy Butter H20.

“Crear este producto requirió de otras complejidades, hacer algo que sea sedoso, que tenga la textura pero hecho con una base de agua, y eso es el Boy Butter H20″, afirma Fernando destacando que la gracia de este producto es que se logró hacer un lubricante con una forma más pastosa, como una crema de mano.

Pero la oferta Boy Butter no solo se queda en estas dos opciones, existe otra opción para situaciones más grandes, para mayores niveles. “El sexo anal está muy asociado al dolor, casi que fuera una práctica sexual sadomasoquista en donde el goce no existe”, reconoce Fernando. Para estos casos existe Boy Butter Extreme, un lubricante que tiene un 5% de benzocaína, la cual que actúa como un anestésico. “Básicamente cuando entra en contacto con la piel tiende a hacer un leve adormecimiento, es un anestésico tópico y tiende evitar que se produzca cualquier tipo de dolor”, detalla.

Fernando también cuenta que le ha llamado la atención el número de mujeres que le han solicitado Boy Butter Extreme.”El sexo anal es la nueva virginidad, llegan mujeres que se van a casar y que ya se han acostado con el pololo antes, entonces ven en el sexo anal algo como la nueva virginidad y quieren estar preparadas”, señala.

No ha sido mucho el tiempo que lleva Fernando en este nuevo rubro, pero ya está haciendo las gestiones para abrirse al mercado en Perú y Colombia. Reconoce que su misión va más allá de solo vender lubricante para hombres o mujeres que quieren perder su virginidad anal. Su búsqueda se enfoca en la normalización del sexo anal, que el uso de lubricantes y su venta de estos sea tan normal como hoy que vemos condones en las góndolas de las farmacias. Las mismas donde hace no tantos años se encontraban escondidos detrás de los mesones de atención. “El sexo anal es una realidad, es una variación más del sexo y se debe tomar como normal, como lo es en realidad”.

Ponte en contacto con Boy Butter Latam acá


CONCURSO: Comparte este post públicamente usando el hashtag #BoyButterxPousta y participa por dos lubricantes personales. Tienes hasta el martes 25 de abril para participar.


GANADOR: 

Eduardo Felipe Reyes Muñoz