El tiroteo en una escuela de Parkland -considerado el distrito más seguro del estado de Florida en Estados Unidos- nuevamente puso en boga el problema sobre la tenencia de armas en Estados Unidos. El país es uno de los pocos del primer mundo donde el derecho de portar armas se defiende apasionadamente en el congreso siendo una causa particularmente amparada por el ala republicana y conservadora del país.
La segunda enmienda americana garantiza la rápida defensa ante cualquier amenaza mediante la tenencia de armas, sin embargo estas medidas fueron creadas en 1791 para protegerse del colonialismo inglés. Obviamente no tiene sentido continuar bajo el alero de medidas contextualizadas frente a un escenario de hace dos siglos, siendo la situación de Parkland un triste ejemplo de lo flexibles y permisivas que son este tipo de leyes en un país donde cada año mueren decenas de personas a causa de los tiroteos.
En Sudamérica existen leyes mucho más estrictas respecto a la tenencia de armas de fuego si se compara con países europeos o norteamericanos como USA y Canadá; la razón de estas restricciones es que nuestro continente se ha caracterizado por ser especialmente conflictivo y las muertes causadas por armas de fuego han llevado a que diferentes naciones como Colombia y México tomen cartas en el asunto.
En el caso de nuestro país, el sistema jurídico pone las trabas suficientes para que cada vez sea más difícil portar un arma de fuego en Chile. Algo de lo que debemos sentirnos orgullosos pese a que existen ciertos resquicios que deben ser corregidos.
¿Quiénes pueden portar un arma? ¿Cuáles son las cifras de víctimas por armas de fuego en nuestro país?
Averiguamos y te contamos lo básico para que sepas sobre la situación de las armas de fuego y decidas de una vez por todas nunca, pero nunca tener una. Realmente no vale la pena.
La situación sobre el porte de armas en Chile
El marco normativo principal que regula a las armas, los artefactos explosivos en Chile y su tenencia es la ley 17.798 creada en 1972.
A un año del inicio de la dictadura militar, los grupos armados y subversivos habían proliferado bastante siendo necesaria una ley de armas para poder limitar su existencia. Claramente con el correr de los años la medida fue quedando desactualizada siendo modificada en dos oportunidades: primero en 2005 y luego 2015.
Una de las principales novedades de la ley es que entrega todo el control y fiscalización al Ministerio de Defensa, que por su parte tiene otras organizaciones paralelas como la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) que limita la venta de armas en gran medida gracias a los requisitos impuestos para conseguir una.
La línea es poner cada vez más requisitos para que la tenencia de armas sea algo limitado y cada vez más restrictivo.
“Ahora para poder tener armas inscritas debes pasar por una serie de exámenes: psíquicos y físicos que se deben rendir periódicamente. La última ley habla sobre los delitos relacionados con armas donde se aumentan las penas para quienes fabriquen armas hechizas, etcétera” sostiene el abogado Benjamín Napadensky.
Según la DGMN los pasos a seguir para tener un arma inscrita son los siguientes:
- Ir a un lugar donde vendan pistolas (duh) elegir y cotizar
- Dirigirse a la autoridad fiscalizadora correspondiente al domicilio que se declarará para la tenencia del arma, quien verificará que el comerciante cuenta con stock para la venta del arma y la munición. En el lugar se informará a la persona sobre los requisitos legales para la inscripción
- Luego, se debe rendir un examen escrito de conocimientos.
- Y después otro sicológico
- Después tienes que ir a tu casa
- Prender la televisión, ver Netflix y olvidarte del asunto porque tener un arma es realmente una estupidez y pierdes mucho tiempo.
Armas entregadas y cifras
Nuestro país es el segundo de todo el continente americano donde menos crímenes con armas de fuego existen gracias a la legislación actual. La tasa de homicidios en Chile es de 4,6 por cada 100 mil habitantes. En Honduras la tasa es de 103 por cada 100 mil habitantes y en Venezuela se dejó de contabilizar las víctimas desde el año 2015.
El año 2015 fue crucial para endurecer las penas sobre tenencia y porte de armas de fuego en nuestro país. La principal razón fue la explosión ocurrida en el Subcentro de Escuela Militar en Las Condes.
Desde ese momento, se legisló en favor de las modificaciones que conocemos actualmente y Carabineros comenzó una campaña para que los civiles entregasen las armas de fuego que tenían en sus casas. Claramente la gente pensó que era muy ridículo ir a dejar un arma de forma voluntaria a la policía, pero increíblemente funcionó.
Antes de la campaña, y según datos entregados por la misma institución, el año 2014 se entregaron 2,855 armas de forma voluntaria. Desde el 2015 coincidiendo con el inicio de la iniciativa, la cifra aumentó a 10 armas entregadas en un periodo de tres años.
Pero la ley también tiene sus desfases y no todo es maravilloso. Sabemos que un grueso de las personas que ocupan este tipo de armas no las registra ni entrega de forma voluntaria.
“Generalmente la situación está bien regulada. El problema es la cantidad de armas que no son legales y que no están inscritas” sostiene Napadensky.
“Una cosa es tener un arma inscrita y otra a portar armas. Hay que hacer la distinción entre proteger tu casa y otra obviamente el permiso que te faculta de andar en la calle (y nunca se lo dan a civiles)” dijo.
“En resumen tenemos un sistema de regulación de armas que entrega muchas facultades fiscalizadoras. Una manera de captar más armas que no han sido entregadas de forma voluntaria y que van quedando en circulación podría ser ofreciendo incentivos monetarios para que las personas lo hagan”
Las sanciones por portar o fabricar armas en Chile también son altas: una persona que lleva consigo un arma sin registro arriesga una condena de 541 días hasta 10 años de presidio. Fabricar un arma modificada (o hechiza) también implica la misma sanción.
En conclusión, el país debe enfocarse en la captación de armas hechizas y modificar ciertos resquicios para lograr que la baja sostenida de tenencia de armas de fuego se mantenga.
Países como Estados Unidos pueden aprender de la situación Chilena y dejar de tener leyes que permitan a un joven de 18 años tener un revolver antes de aprender a manejar.